Sánchez y los «patriotas» del dinero en el PSOE
Francisco Marhuenda.- No hay duda de que Sánchez tiene una obsesión patológica por Ayuso. Una vez tras otra fracasa en su pintoresca cruzada y camina con paso firme a la derrota final.
No ha aprendido de los fracasos anteriores. El sanchismo ha lanzado su Operación Ayuso utilizando las cloacas, siguiendo una inveterada costumbre porque considera que el Estado está a su disposición. Lo ha estado para colocar a sus amiguetes en las empresas e instituciones públicas, impulsar una amnistía inconstitucional que divide a la sociedad y reformar el Código Penal al servicio de los delincuentes políticos, crear la mayor red clientelar desde la Transición, mentir descaradamente, ya que la única realidad que le interesa es seguir en La Moncloa, y utilizar los recursos públicos en su beneficio.
El sanchismo es un grave problema para la democracia española, como lo es el populismo de izquierdas en Iberoamérica.
En el PSOE han proliferado los patriotas que no tributan como sucede con la corrupción sistémica que hemos vivido desde las maletas que llegaban de otros países para financiarle durante la Transición.
Ahora tenemos el repugnante escándalo protagonizado por un socialista al que tenía en alta estima, como es Koldo, y sus compinches. No entiendo que se atreva a decir que «la patria para la derecha acaba en sus bolsillos». Por supuesto, cuenta con el apoyo de la todopoderosa izquierda mediática que le aplaude este tipo de esperpentos, pero la realidad es que sabemos cuál es la patria de muchos socialistas, como se puede ver con sus escándalos de corrupción, el amiguismo clientelar en RTVE y las colocaciones masivas en puestos públicos sin respetar el mérito y la capacidad. La desviación de poder es algo que caracteriza a este Gobierno.
A pesar de estas realidades, mantiene su repugnante campaña contra Ayuso que jamás ha tenido un comportamiento reprobable como muchos de sus amigos y colaboradores. El dinero que se desvió durante la pandemia para favorecer a intermediarios y comisionistas amigos del PSOE es uno de los mayores escándalos económicos de la Historia de España. Las medidas aprobadas por medio de reales decretos leyes fueron un disparate, como escribí desde el primer momento. Por ello, Sánchez no puede dar lecciones.