No cuela Escrivá
La Comisión Europea se pronunció el pasado viernes sobre la reforma de las pensiones que el Gobierno envió a Bruselas, siendo ministro de la Seguridad Social José Luis Escrivá. En su día nos contaron que lo que habían hecho lo iban a copiar en otros países, que era una buena reforma. En realidad, fueron meros retoques y todos pasaban, por supuesto, por aumentar los ingresos. En un principio, había intención de aumentar los años para el cálculo de la pensión, pero finalmente no se hizo. Eso sí, se ligó por Ley la subida de las pensiones al IPC y se incorporaron dos mecanismos de subida de las cotizaciones que ya han sufrido desde enero de este año las nóminas de los trabajadores y los costes de las empresas.
Era tan buena la reforma que desde Bruselas se ha publicado un informe que asegura que España es el país que presenta un mayor deterioro de las proyecciones de gasto en pensiones. Es decir, el país donde más aumentará el gasto en pensiones. Critica que se hayan ligado las subidas al IPC y se haya suprimido el factor de sostenibilidad, que incorporó el Gobierno de Rajoy. En definitiva, que, en no muchos años, el sistema no será sostenible, a pesar de que las proyecciones de empleo y llegada de inmigrantes son favorables según las previsiones de la Comisión Europea y que habrá que hacer un ajuste de al menos 12.000 millones de euros.
Es evidente que las pensiones siempre han sido un arma electoral y que ningún gobierno le ha querido hincar el diente. Pero debemos ser conscientes de que en apenas 15 años se habrán incorporado como pensiones casi 3,5 millones de nuevos jubilados fruto de el bum de natalidad que España experimentó en las décadas 60 y 70. Y no será por estudios de todo tipo que se han publicado en los últimos años alertando de este problema que se une a la baja natalidad y al empeoramiento de los salarios.
Hasta el propio José Luis Escrivá hizo rigurosos análisis cuando no era ministro y trabajaba en el servicio de estudios del BBVA o presidía la AIReF. Se le olvidaron sus propuestas como también a otros ministros que nunca acabaron de poner pie en pared y aprobaron una auténtica y eficaz reforma del Sistema Público de Pensiones. Como tampoco acabaron de explicar a los ciudadanos con total transparencia el problema al que nos enfrentamos.