No odian los toros, odian a España: El ministro comunista de Cultura suprime el Premio Nacional de Tauromaquia
AR.- Los antitaurinos han deseado la muerte a un niño con cáncer porque quería ser torero. Los antitaurinos celebraron con estruendo la muerte del torero Víctor Barrio. Los antitaurinos pretendieron empapar con la peor baba el seco dolor de su viuda. Los antitaurinos han destrozado parte de nuestro patrimonio artístico. Los antitaurinos insultan, amenazan y agreden a cualquiera que no tenga su misma visión fundamentalista sobre la fiesta brava. La ex alcaldesa socialista de Gijón, Ana González, decidió poner fin a la Fiesta Nacional en su municipio porque fueron lidiados sendos toros que se llamaban Feminista y Nigeriano.
Me gustaría explicar que si la vaca ’feminista’ tiene una hembra, se le pone un nombre que le recuerde a su familia, así el ganadero siempre sabe a dónde pertenece. Por ejemplo, ”Camionero’ sería el nombre del toro engendrado por la vaca ‘Camionera’. Desde 1995, la Unión de Criadores de Toros es el garante y la responsable con una exigencia del Ministerio muy rigurosa, el nombre se le pone como mínimo a los 4 años. Es una prevaricación clarísima que la ex alcaldesa decidiera prohibir los toros porque no le gustan los nombres de los toros. Felizmente, el nuevo gobierno municipal de Gijón puso las cosas en su sitio.
La fiesta brava constituye uno de las principales símbolos identitarios de nuestra nación, y no es descabellado atribuir la escalada de violencia verbal y física de los antitaurinos a su pretensión de poner fin a una tradición nacional en beneficio de la cultura global. Odian todo lo nuestro, todo lo que nos resulta propio, todo lo que subraya nuestra singularidad nacional. Ellos preferirían que consumiéramos carne transgénica, que rezáramos mirando a La Meca.
Podría glosar la proyección artística y cultural de los toros a través de los lienzos de Goya, los aguafuertes de Picasso, la poesía de García Lorca, los metrajes de Orson Welles o las narraciones de Hemingway. No haría sino referirme a la tauromaquia como un revulsivo de la conciencia nacional. Los toros refuerzan además nuestros lasos fraternales con las patrias de Víctor Mendes, de Sebastián Castella, de Roca Rey, de César Rincón, de Morenito de Maracay y del maestro mexicano Arruza.
Si fueran personas normales, si no estuvieran tan anestesiados por el odio y el sectarismo, preguntaría a la regidora gijonesa acerca del por qué de su desinterés por casos tan extremos de crueldad con los animales como los corderos degollados cada año en España durante la fiesta musulmana del Eid al-Adha, o las pavorosas condiciones en muchos mataderos y granjas avícolas. Sería perder el tiempo. Odian la tauromaquia porque la tauromaquia se encuentra en el ADN de la tradición y de la identidad españolas.
Si los antitaurinos fuesen coherentes con los ideales en favor de la vida que dicen defender, los antitaurinos tendrían que tener una posición clara y rotunda en contra del aborto. Si a los antitaurinos les preocupara la pérdida de vidas animales, los antitaurinos no mantendrían el miserable silencio que mantienen con las peleas de gallos, las cacerías de ballenas en aguas australes, las matanzas de focas en Groenlandia, los cotos de caza donde se dan cita algunas de las principales personalidades de la vida española o el salvaje sacrificio que lleva aparejada la elaboración del foie gras. La tauromaquia en cambio es amor a la naturaleza y respeto al medio ambiente, es una simbiosis de hombre y campo, es ver crecer al toro bravo en libertad y rodeado de las atenciones y cuidados de las que, por desgracia, la mayoría de las personas no tienen. Es la belleza de la vida largamente preparada para afrontar con grandeza el rito de la muerte.
Los amantes de la tauromaquia amamos tanto al toro bravo que no cambiaríamos la vida de uno sólo de estos ejemplares por las de todos esos antitaurinos que celebran la muerte de un torero o desean la de un niño por el hecho de querer ser torero. Definitivamente, algunos no son antitaurinos, son enemigos de España. Y como tales deben ser considerados.
El ministro comunista de Cultura suprime el Premio Nacional de Tauromaquia
El ministro comunista de Cultura ha tomado la decisión de suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia, ya que estos galardones deben ser “fiel reflejo de las valoraciones y sentimientos de la sociedad”, como el aumento de la preocupación por el bienestar animal.
Según han explicado fuentes del Ministerio a Europa Press, la regulación actual de los Premios Nacionales data de 1995 y, “desde ese momento, ha sufrido numerosas modificaciones con el objetivo de adaptar a la realidad de cada momento este instrumento de fomento que corresponde al Ministerio de Cultura, revisando aquellos sectores culturales que en cada momento se considera oportuno apoyar”.
En este sentido, Cultura considera que, “teniendo que ser los Premios Nacionales fiel reflejo de las valoraciones y sentimientos de la sociedad y, dado que la nueva realidad social y cultural en España, donde la preocupación por el bienestar animal ha ido aumentando mientras que, por el contrario, la asistencia a los espectáculos taurinos se sitúa, según los datos del periodo 2021-2022, solamente en el 1,9% de la población, es oportuna una nueva revisión de los mismos”.
De este modo, el departamento que dirige Ernest Urtasun ha detallado que el trámite se inicia con la apertura de una consulta pública, que es el primer paso necesario para modificar la orden ministerial que regula el conjunto de premios nacionales del Ministerio de Cultura. El Premio Nacional de Tauromaquia se convocó por primera vez en 2013 y está dotado con 30.000 euros.
“Esta actuación es coherente con los argumentos que ha ido esgrimiendo desde su nombramiento el titular de dicha cartera, Ernest Urtasun, quién siempre ha declarado que ‘hay una mayoría de españoles que no comparte el maltrato animal'”, han subrayado las fuentes del Ministerio.
Esta supresión del Premio Nacional de Tauromaquia se suma a la decisión de Urtasun de no conceder ninguna Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes 2023 (las únicas que ha propuesto hasta el momento) a nadie vinculado al sector de la tauromaquia, un recorrido que desde el Ministerio de Cultura aseguran que mantendrán “en cada momento que haya que tomar una nueva decisión”.
Tras conocerse la decisión de Urtasun, la Fundación Franz Weber ha valorado la no concesión del Premio Nacional de Tauromaquia y los trámites del Ministerio de Cultura para suprimirlo del catálogo, por “ser coherente con la opinión de la inmensa mayoría social”.
Los naturalistas apoyan la decisión al entender que “existe una enorme variedad de perfiles reconocidos y los toreros no son reconocidos como un perfil a galardonar por su actividad: el maltrato hasta la muerte de animales y promoción de valores asociados a la violencia”.
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Fanáticos fascistas de izquierdas, sicarios del contubernio sionistamasónico
Soy totalmente contrario al “espectáculo” de los toros. Pero yo soy más de la opinión de lo que en realidad hay que suprimir -filosóficamente hablando- es a ese ministro pijo-comunista y harágan y a todos los de su ideología criminal.
Lo que había que suprimir es a todo el Consejo de Ministros empezando por su Presidente
Si bien en tiempos pasados se promocionó a España con los toros, la realidad de nuestro país es otra. En España hay monumentos de gran importancia, España tiene una Historia que va mucho más allá de tópicos. Y, en todo el país, podemos admirar no solamente los monumentos, si no paisajes bellos que, ya sé que a algunos no les gustará, pero dejan la tauromaquia reducida a la mínima expresión. Se puede amar, y mucho, a España, sin ser un fanático de esa no-fiesta.
El ministro de cultura del gobierno de Martuecos suprime el premio de tauromaquia. Próximos objetivos se Mohamed la cruz del Valle de los Caidos y alguna catedral.
Efectivamente no odian los toros, odian ESPAÑA y por eso atacan la FIESTA NACIONAL.
Pero lo que mas me llama la atencón de la mayoria de los que defienden a los animales (ojo no mr parece mal) son PARTIDARIOS DEL ABORTO
Es decir, defienden la vida de los animales y ATACAN LA VIDA DE UN SER HUMANO, porque reconozcamoslo, UN FETO ES UN SER HUMANO
lo de los Toros es dual.
1) Los Animalillos viven como marqueses Emeritos hasta el dia de su Tortura y Muerte
2) Un espectaculo sangriento, psicopata,,, plagado de sufrimiento.
Yo desde luego ni harto de vino ire a ver como masacran a un pobre animal y ver como agoniza entre estremecedores mugidos y bañado en su propia sangre.