El Reino Unido pone fin a la ideología de género en su sistema público de salud
Arnau Borràs.- El Reino Unido ha decidido poner orden y ha empezado a dar marcha atrás después de años de impulso de la ideología de género y el trangenerismo. Primero decidió prohibir la prescripción de bloqueadores de pubertad en niños y adolescentes con disforia de género. Y ahora ha decidido ir un paso más allá.
Para empezar, el Servicio Nacional de Salud (NHS) deja claro que el sexo es algo biológico y, como consecuencia, adaptará el sistema sanitario y sus normas a esta premisa. La propuesta se votará en las próximas semanas para su aprobación definitiva.
No lenguaje inclusivo y sí en los espacios separados por sexo
Los cambios que se prevén son varios. Uno de los más destacados es, como indica el colectivo Contra el borrado de las mujeres , que “se prohibirá a los hombres transfemeninos utilizar y recibir tratamientos en salas destinadas exclusivamente a mujeres”. Se trata de una medida para preservar “la intimidad y la protección” de las mujeres y las niñas que acudan al sistema de salud público británico.
Las actuales directrices del Sistema Nacional de Salud británico permiten la utilización de espacios exclusivos femeninos por parte de hombres autoidentificados como mujeres. Algo que generó protestas y preocupación por parte de varias usuarias del sistema público de salud del país.
También habrá cambios en la comunicación oficial del NHS. Y es que, aunque algunos centros potenciaron el lenguaje inclusivo, éste quedará apartado de las normas del sistema nacional de salud británico. Por poner algunos ejemplos, se eliminarán conceptos como “progenitor lactante” para recuperar el concepto “madre” o la sustitución de la expresión “personas con ovarios” por “mujeres”.
Todas estas medidas se están tomando en el contexto de la reciente publicación del ‘Informe Cass’. Es un estudio elaborado por la pediatra Hillary Cass y que se considera el más importante que se ha realizado hasta ahora respecto a los tratamientos para las personas con disforia de género.
Entre otras conclusiones, en ‘Informe Cass’ advertía de las consecuencias negativas de los tratamientos a niños y jóvenes con disforia de género. Y es que, según este estudio, el ejercicio de permitir estos tratamientos a poca edad se basa en “fundamentos poco sólidos”.
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