No sólo fracasos: todas las veces que España sí pudo ganar Eurovisión
El 6 de abril de 1968, España vio la luz entre densos nubarrones. Tras décadas de infortunios y desesperanza, en la España más oscura la música devolvió la ilusión y el orgullo. Aquella noche, la ‘Tanqueta de Leganitos’, como así se conoce popularmente a Massiel, obtuvo la primera victoria de España en Eurovisión gracias a su icónico ‘La La La’. Un triunfo mayúsculo para un país falto de alegrías que, 53 años después, se ve con cierta nostalgia ante la desoladora trayectoria de nuestros posteriores representantes en el festival.
Un año después, Salomé repetiría hazaña en el único festival celebrado en España hasta la fecha. Los gastos estimados de ese certamen, que se celebró en el Teatro Real de Madrid y que presentó Laura Valenzuela, fueron de unos cien millones de pesetas. Sin embargo, el gobierno de Franco no escatimó en recursos con tal de ofrecer a través del concurso una imagen moderna de España a toda Europa. Tanto fue así que, incluso se invitó a todos los cantantes, compositores, directores y acompañantes a unas vacaciones pagadas a la Costa del Sol y Mallorca, cenas copiosas, cócteles a granel, tablaos, partido de fútbol y hasta una visita por el Madrid de los Austrias.
Salvador Dalí recibió el encargo de hacer el cartel promocional y el lema del festival fue en aquella ocasión “La España diferente”. La retransmisión mostró las carencias de una televisión pública que todavía no estaba a la altura de un evento de tal magnitud, pero que solventó con buena nota el reto eurovisivo. Sólo la confusión tras la conclusión de las votaciones, con cuatro distintos ganadores, puso la nota discordante a una noche que atrajo la mirada de más de doscientos millones de personas. El “Vivo cantando” de Salomé fue una de las cuatro canciones triunfadoras de la gala. La última vez que España disfrutó del éxito en Eurovisión.
Los malos resultados han trufado la carrera posterior de TVE en el concurso. Un vendaval de fracasos y ruidosos batacazos que han empañado el palmarés de España en un certamen visto cada año por más de 150 millones de espectadores. Sin embargo, la historia de nuestro país en el certamen ha dejado también más capítulos de esplendor que los protagonizados por Massiel y Salomé.
España debutó en 1961 con un digno noveno puesto de Conchita Bautista en Cannes con la canción “Estando contigo”. En la misma década, antes de la victoria de la Tanqueta de Leganitos, Raphael marcó época en Eurovisión al encadenar dos sextos puestos con las maravillosas “Yo soy aquel” y “Hablemos del amor”.
Los triunfos de Massiel y Salomé dieron inicio a la época más dorada de España en Eurovisión. Tras ser anfitriones, Julio Iglesias se atrevió a concursar con la canción “Gwendolyne” poco después de ganar el festival de Benidorm y comenzar a despuntar como uno de los artistas españoles más cotizados del momento. Su cuarto puesto, que ahora sería envidiado, tuvo un cierto aroma de fracaso dadas las altas expectativas. Un año después, Karina rozó la gloria al lograr un gran segundo puesto con la canción “En un mundo nuevo”. La andaluza ganó la preselección “Pasaporte a Dublín” – la más famosa que TVE ha organizado en toda su historia – a artistas de la talla de Nino Bravo, Rocío Jurado o Encarnita Polo.
Tras el desastre de Jaime Morey en 1972 con la canción “Amanece” (fue décimo de 18 participantes), Mocedades volvió a lograr la plata con “Eres tú”. El tema fue, sin embargo, un éxito rotundo en todo el mundo y llegó a entrar en la prestigiosa lista Billboard de los Estados Unidos. Sus adaptaciones fueron muy numerosas y es, a día de hoy, la canción española que más puntos ha recibido (125). Ningún representante posterior ha superado esta barrera, pese a que hora participan el doble de países y hay también el doble de puntos en juego al dividirse el jurado y el televoto.
Después del éxito de Mocedades, España comenzó a encadenar una década muy discreta con la excepciones protagonizadas por Betty Missiego (1979) y Bravo (1984). A Betty Missiego, que fue segunda, se le escapó el triunfo en la última votación, que precisamente era la de España. El jurado español otorgó diez puntos a Israel, lo que hizo que el país hebreo se impusiera finalmente sobre la candidatura española.
Diez años después, Nina devolvió algo de brillo al palmarés español con un sexto puesto gracias a la canción “Nacida para amar”. Al año siguiente, Azúcar Moreno lograría un mediático quinto lugar con una canción salpicada por el fallo técnico del inicio, la pérdida del vestuario en el aeropuerto y una actuación con mucha raíz que encandiló a Europa y que, actualmente, es una de las actuaciones españolas más recordadas en el continente europeo. En 1991, Sergio Dalma volvería a aupar a España a los puestos más altos de la tabla con un cuarto lugar gracias a su mítica “Bailar pegados”.
La última vez que TVE rozó el triunfo fue en 1995 con Anabel Conde. La intérprete malagueña consiguió la segunda plaza con la balada “Quédate conmigo” pese a que no partía como una de las favoritas. Sólo Noruega se interpuso en el camino de Anabel, que pese a conseguir tan preciado puesto no ha conseguido la trascendencia mediática que se podía esperar. Tal vez porque su gran resultado coincidió con la época en la que Eurovisión cosechaba sus niveles más bajos de popularidad en España.
El fenómeno ‘OT’ contagió de nuevo la ilusión por el certamen y llevó a Rosa, Beth y Ramón hasta el top10 de la tabla. Un año antes, el turolense David Civera allanaba el camino con el hit del verano “Dile que la quiero”. Desde entonces, España se ha abonado al fracaso y sólo las candidaturas de Pastora Soler (2012) y Ruth Lorenzo (2014) cosecharon un honroso décimo lugar. Por ejemplo, somos el único país junto a San Marino y Montenegro que no ha superado la barrera de los cien puntos en una final desde el año 2000 y en los últimos cinco años no se ha superado el puesto 21. Blas Cantó tendrá este sábado la oportunidad de revertir dicha mala tendencia con “Voy a quedarme” en la gran final de Róterdam 2021.