Así está el patio
El pistoletazo de salida fue el jueves 14 de Marzo, cuando por 178 votos a favor y 172 en contra y ningún valiente absteniéndose, salió adelante la Ley de Amnistía, ¿os suena?.
Esto ocurrió a escasos minutos de que el presidente de la Generalidad, Pere Aragonés, nos diera la noticia de que se celebrarían las autonómicas catalanas el 14 de mayo, con el resultado «incómodo» que todos conocemos. Entre bambalinas, oímos a los de Junts decir que esta Ley solo arreglaba el tema de la represión, pero que todo lo demás está de camino; los de ERC comunican que están muy contentos y siguen para bingo exigiendo la autodeterminación «ya». Por el otro lado, Abascal anunció que iban a querellarse contra la presidenta Armengol por prevaricación por tramitar La Ley en el Congreso, y su compañero «derechito cobarde» estuvo muy inteligente y ocurrente queriéndonos explicar que Sánchez aprobaba esa Ley, por seguir en La Moncloa… ¡Un fenómeno!
El mejor de todos los del patio fue el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, que nos soltó esta retahíla: «la Ley de Amnistía esta cosiendo el espacio común de convivencia que se llama España y que se llama Cataluña” y que su partido trabaja por una convivencia democrática mejor, por la reconciliación y la concordia» no se si lo escribió él, tengo mis dudas.
Acto seguido, se envió La Ley al Senado, donde las tropas peperianas mandaron «un carajo de los de Miley» y eran los que deberían haber paralizado esta tropelía de Pedro Sánchez.
Pues yo os cuento el resultado que estamos teniendo:
La Amnistía se vota este jueves, demostrando de manera absoluta, que lo del Senado es una patochada que solo sirve para retardar lo inevitable y para calentar barrigas de los unos y de los otros; es una inutilidad que debe desaparecer de inmediato. No hay dinero para tirar. ¿Nos daremos cuenta algún día?
Resulta también claro que el PP no pasa de frases hechas y tan previsibles que rozan la ridiculez por la simpleza de contenidos, frente a la que le están dando a nuestra Constitución. «Estos no tienen sangre para nada».
Al «enterado» de Abascal, el Supremo le ha contestado que «prevaricaría su tía, pero no Armengol». Otro éxito de VoX en los tribunales.
Así que el escenario es que los socios de Gobierno creen que cumplen con chulescas declaraciones ante sus votantes, que estarán viendo como son tratados como monigotes en manos de Sánchez, que los ningunea sobremanera, sabiendo que ninguno de ellos va a prescindir de su puesto y sueldo, porque ven negro el futuro ante el espectáculo que están dando los unos y lo otros. Digo ninguneando, porque sin contar con ninguno de ellos decidió lo del Sahara y ahora le va a dar a Zelenski para armamento, que nadie sabe de qué tipo, 1.000 millones de euros, sin que ninguno de ellos haya sido consultado; si eso no es ningunear, que venga Dios y lo vea. Y esto lo hace Sánchez sin despeinarse.
Esto es lo que tenemos. Si no se reacciona, este elemento seguirá haciendo de las suyas por los siglos de los siglos.
Me parece que el primer paso es centrar el voto en el Partido Popular (votaré con la nariz tapadita), porque lo único que consigue el voto a Vox, es dividir y debilitar el voto de la derecha. Abascal con dos o tres representantes ya tiene voz suficiente, porque en ese partido solo mandan sus bemoles; el resto no sirve para nada. Y si no saca ningún escaño en las próximas Generales, no os preocupéis, ya vive donde quería y con la cartera llena.
Seguiremos esperando al Mesías.