Roberto Montes.- Un hombre armado con un cuchillo de grandes dimensiones atacó este viernes una concentración de extrema derecha en la ciudad alemana de Mannheim, e hirió a varias personas, entre ellas un activista contra la islamización que iba a pronunciar un discurso y un policía, antes de ser neutralizado por disparos de otro agente.

Los agredidos sufrieron heridas de diversa gravedad, y se teme por la vida del policía, que fue apuñalado en la nuca, y se halla en estado crítico. El agresor, un hombre barbudo con gafas, tal como muestran los vídeos que circularon pronto por las redes sociales, quedó herido de gravedad.

El incidente se produjo hacia las 11.35 horas en la Marktplatz de Mannheim, donde Michael Johannes Stürzenberger, bloguero vinculado a grupos de extrema derecha y que se autodefine como activista antiislam, se disponía a dirigirse a simpatizantes del grupúsculo Pax Europa, fundado por él mismo. Stürzenberger repartía folletos en un puesto con la bandera israelí y con el lema “Detener el islam político”.

Un vídeo recogido por una cámara de los propios organizadores que estaba en marcha muestra cómo el atacante se lanzó contra el grupo de personas y acuchilló a varias, mientras otros hombres intentaban reducirle. Finalmente se produce el disparo policial que abatió al atacante. Stürzenberger fue acuchillado en la cara y en una pierna.

El activista antiislam agredido, Michael Stürzenberger, de 59 años, fue portavoz de prensa del partido socialcristiano bávaro CSU en Munich, que abandonó para crear un pequeño partido llamado Die Freiheit (La Libertad), que desapareció en el 2016. Stürzenberger se integró entonces en el movimiento Pegida (Europeos Patrióticos contra la Islamización de Occidente), surgido en Dresde en el 2014, que convoca marchas xenófobas y antiinmigración en ciudades del este de Alemania. En su blog PINews-Politically Incorrect, Stürzenberger arremete con frecuencia contra el llamado islam político.

Michael Stürzenberberg hizo campaña contra las actividades de una mezquita en Múnich, advirtiendo contra una “islamización de Alemania”, manifestándose en particular junto al partido NPD o a activistas del movimiento antiinmigrantes Pegida, especialmente presente en Sajonia.

El ataque se ha producido a pocos días de las elecciones europeas del 9 de junio. Las motivaciones del atacante aún no han sido aclaradas formalmente.

Esta es la noticia que los medios han publicado en las últimas horas. Ahora, si miramos detenidamente las imágenes de la agresión nos daremos cuenta de algunas cosas que no nos pueden dejar indiferentes.

Primero uno se extraña de la poca seguridad que parece contar el agredido, que está participando en los preparativos para un mitin a punto de celebrarse. Eso en un clima general de tensión por la naturaleza de los temas que se iban a abordar en ese acto. Pareciera que los mismos que denuncian los peligros de la islamización y la violencia que esta trae en su equipaje no terminan por creerse su propio discurso.

Una vez que el ataque se inicia, en un escenario donde la Policía está presente, se origina una situación de lógico pánico y confusión en el que nadie atina a actuar correctamente. No podemos reprochar esto a gente no profesional que no ha sido entrenada para estas situaciones. De paso apreciamos el profesionalismo del cámara que acude prestamente y filma la escena con aparente sangre fría desde muy cerca de los hechos.

Hasta aquí nada del otro mundo. Lo bueno viene a continuación. Es importante ver la escena una y otra vez, porque no apreciamos todos los detalles a la primera. Unas personas tratan de neutralizar y reducir al atacante. Aparecen varios agentes de policía. Vamos por el minuto 0:20 (20 segundos) del inicio del ataque, un tiempo bastante considerable, teniendo en cuenta la presencia (cercana) en la plaza de la Policía.

Deténganse en estos segundos. Para atrás y para adelante, las veces que haga falta. Aparecen unos agentes, varios de ellos mujeres, (un recuento final me da unos 7 agentes, de ellos 4 mujeres). Bajo sus ojos se está desarrollando una agresión a cuchillo, con varias personas en el suelo, con gritos de pánico, de socorro… Los agentes llegan sin sacar las armas de sus fundas. Las mujeres policía tienen como un movimiento de retroceso ante la escena (miren una y otra vez esos segundos). También un agente masculino da unos pasos atrás cuando el agresor logra levantarse para proseguir con su agresión.

Lo más grandioso viene ahora. Un policía se arroja sobre unos de los operarios (en azul) que está tratando de socorrer al agredido. El policía que ha visto la escena (con el ojo ciego supongo) se abalanza contra quien está tratando de parar la agresión. El policía que lleva obviamente rato (posiblemente horas) en la plaza, ya sabe (debe saber) que esta gente vestida de azul son los trabajadores que están preparando el escenario para el mitin. Este gran servidor del orden y la ley no se ha dado cuenta quién es el que tiene un cuchillo de Rambo en las manos y está dando cuchilladas a diestro y siniestro como si no hubiera mañana.

Mientras el arrojado policía está neutralizando al operario, el atacante aprovecha para darle una puñalada en la nuca, y después otra en el lado izquierdo del cuello. En ese momento parece que de repente espabila y suelta al inocente. Otro policía por fin se acuerda de que tiene un arma y ha sido entrenado para usarla en casos de necesidad (ha necesitado más de 20 segundos para decidirse a usar su arma en un caso de extrema urgencia). Las mujeres policías siguen mirando la escena como si la cosa no fuera con ellas, a una distancia de 6/8 metros, todavía con movimientos de retroceso ante la escena. Otro policía hombre actúa igual, sin saber qué hacer, pero a cierta distancia, por si las moscas.

Por fin, una vez que el atacante yace en el suelo con un tiro en el cuerpo (por lo menos) una de las mujeres policía llega a reclamar su momento de protagonismo, apuntando con su pistola, mientras otras dos se acercan a ver si alguien ha tenido algún percance. Una de ellas se guarda la porra para atender al compañero herido. O sea, esta señorita tenía la porra en las manos mientras un loco con un machete estaba destazando a otras personas, cuando tenía que haber sacado la pistola de la funda y hacerla usado. Después parece que su prioridad es colocarse bien otra vez la porra en la cintura. Nos imaginamos la cosa: “¡Te ha hecho daño, Helmut? ¡Te duele mucho? ¡Una tirita por favor, está sangrando!” “¡Te estás mareando?” “¿Habéis visto esto? Ha sido de repente!”

Francamente ¡un gran profesionalismo! ¿En manos de quienes está la seguridad del personal? Un tema para desarrollar en otro momento. 7 u 8 policías y un tipo acuchillando a destajo. ¿Qué será el día que salgan 100 o 1000 como ese a las calles?

En fin, sigan viendo la tele buena gente, todo está bajo control. El gobierno vela por nuestra seguridad y nunca nos miente. Y no olviden ponerse la mascarilla.

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