Cómo se utilizaron movimientos religiosos desde la época de la guerra fría
Damián Galerón.- Un desertor de alto rango soviético revela que la Teología de la Liberación en Hispanoamérica fue creada por la KGB. Por otro lado, el periodista John Allen, confirma que la CIA y el Pentágono dieron origen a los Evangélicos y Pentecostales, para neutralizar la teología de la liberación.
Ion Mihai Pacepa, general rumano que deserta a Estados Unidos en 1978, fue quien pasó la información sobre las operaciones de la KGB sobre este este tema.
El general Pacepa afirma que la teología de la liberación sigue aún activa en Rusia, país dirigido por exjerarcas del KGB y, que dicha teología no tiene sus orígenes en América Latina, sino en los servicios de inteligencia de la KGB, y que todo esto, forma parte de un plan más ambicioso que incluía un respaldo estratégico en tres frentes:
– respaldo a la guerrilla colombiana, las FARC.
– al régimen de Fidel Castro en Cuba
– al Ejército de Liberación Nacional de Bolivia.
Además, Pacepa dice que la doctrina de infiltración en las religiones que se creó a partir de la Teología de la Liberación, tiene como objetivo manipular las religiones para obtener poder en el mundo.
LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
La Teología de la Liberación es un movimiento que tiene un trasfondo socialista, pero basado en el evangelio que, se desarrolló en América Latina en la década de 1950 y 60, que implicó a la Iglesia Católica en un esfuerzo para provocar un cambio social, con la idea central de una opción hacia los pobres. Ha sido el movimiento en el catolicismo latinoamericano más relevante de la segunda mitad del siglo XX. Detrás de todo esto, se encontraba un encubrimiento de la lucha de clases marxista, pero con un barniz cristiano.
Esta vertiente teológica, surgió en un momento de grandes tensiones en américa latina alimentada por la pobreza y la exclusión social, el surgimiento de regímenes militares y la policía, y los abusos generalizados contra los derechos humanos y, según la opinión de algunos admiradores de la teología de la liberación a menudo dicen que fue simplemente la traducción latinoamericana del Vaticano II. Pero según el general Pacepa, la Teología de la Liberación fue la tercera etapa de un plan soviético para desestabilizar a EE.UU:
Conferencia del Episcopado de Latinoamérica de 1968 en Medellín, Colombia, donde los obispos pidieron un compromiso con los pobres y aprobaron un elemento clave de la construcción de la Teología de la Liberación, las “comunidades de base”, es decir pequeños grupos de personas que se reúnen para orar, estudiar la fe, y para aplicarlo a situaciones sociales.
Conviene recordar que en esta reunión destacó por derecho propio el actual Papa Francisco, donde de alguna forma se afianzó la iglesia en un giro hacia la izquierda política.
Cambios radicales en la Iglesia
A raíz de esta reunión en Medellín, (Colombia), se produjo en los años siguientes que, cientos de sacerdotes, monjas y laicos utilizaron su influencia sobre los fieles para instruirlos en una nueva lectura revolucionaria del Evangelio. En 1984, el Papa Juan Pablo II pidió a la Congregación para la Doctrina de la Fe, encabezada por el cardenal Ratzinger, (futuro Benedicto XVI), que preparara un análisis de la Teología de la Liberación. Ese estudio expuso que la teología de la liberación tenía elementos de la “lucha de clases” y del “marxismo violento”.
El general Pacepa afirma que la Teología de la Liberación es una creación de los servicios de inteligencia del KGB. Tiene información de agentes secretos rumanos enviados a América Latina para extenderlo entre la población. Por ejemplo, Robert. D. Chapman escribe en el Diario Internacional de Inteligencia y Contrainteligencia: “Sin duda, la doctrina de la Teología de la Liberación es una de las más duraderas y de más alcance que salieron de los cuarteles de la KGB. La doctrina pide a los pobres y oprimidos rebelarse y formar un gobierno comunista, no en nombre de Marx o de Lenin, sino como la continuación de la obra de Jesucristo, considerado un revolucionario que se opuso a la discriminación económica y social.
ESTADOS UNIDOS APOYÓ A LOS PENTECOSTALES Y EVANGÉLICOS
La afirmación del general Pacepa confirma la hipótesis del periodista norteamericano John Allen, quien sostenía que el crecimiento masivo de los evangélicos y pentecostales fue el resultado de una estrategia política desarrollada durante la Guerra Fría por Estados Unidos.
Muchos neoconservadores estadounidenses en el círculo del Presidente Ronald Reagan, estaban preocupados por la Teología de la Liberación en la década de los años 1970/80, durante el cual, vieron las deserciones hacia los grupos evangélicos y pentecostales como una tendencia que les convenía apoyar. En un ensayo de 1969 de Nelson Rockefeller, apunta la siguiente observación: “La Iglesia Católica [en América Latina] ha dejado de ser un aliado de confianza de los Estados Unidos, y por el contrario se está transformando en un peligro, ya que aumenta la conciencia de la gente. Se recomienda dar apoyo a los grupos fundamentalistas cristianos e iglesias de la especie del Reverendo Moon y el Hare Krishna”.
Esta línea de pensamiento culminó en el influyente “Documento de Santa Fe”, elaborado en 1980 por el Consejo para Interamericana de Seguridad. El nombre del documento fue: “Una nueva política Interamericano de los años ochenta”. Este documento recomendó subvertir la Teología de la Liberación en América Latina, considerada como un obstáculo para el “capitalismo productivo”; dicho documento fomentaba el apoyo a los rivales protestantes.
CAUSAS DE LA DESERCIÓN DE CATÓLICOS HACIA EL PROTESTANTISMO
Actualmente la mayoría de los católicos latinoamericanos reconocen que la fuerza que impulsó a la gente a salirse de la Iglesia Católica, fue el modelo clerical de la Iglesia, que a menudo se traduce en una falta de cuidado pastoral y una noción pasiva de la función.
Los obispos encargaron una “encuesta de salida” sobre ex-católicos en la década del 2000 en la que muchos dijeron que, si la Iglesia Católica hubiera ofrecido un estudio más profundo de la Biblia, más culto y más atención personal, nunca la habrían abandonado.
Por otro lado, muchas iglesias protestantes conservadoras en los Estados Unidos tienen una orientación profundamente misionera que, con los años han proporcionado una considerable cantidad de dinero y otros recursos para los afiliados en América Latina; esto quiere decir que los evangélicos y pentecostales empujaron misionalmente sus proyectos, mientras que los católicos se conformaban con el monopolio impuesto por el Estado.
INFLUENCIA MARXISTA EN LA JERARQUIA
Los Fundadores del movimiento, como el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, el brasileño Leonardo Boff, así como Juan Luis Segundo de Uruguay, querían leer los “signos de los tiempos” a través de la enseñanza social católica y de la Biblia; es probable que quizá hubieran dado lugar a una Teología de la Liberación independientemente de los intereses geopolíticos en los que se movieron.
Igualmente, los obispos latinoamericanos liberales como Samuel Ruiz García del estado de Chiapas en México y Hélder Cámara de Olinda y Recife, en Brasil, ya estaban dentro de este contexto, independientemente a que la teología de la liberación fuera activada por la influencia soviética. Ahora bien, esto no quiere decir que el KGB no hizo lo que pudo para apoyar a los movimientos de izquierda críticos del capitalismo en América Latina.