España salvó a Europa frente al poder turco
El Imperio otomano fue, hasta la batalla de Lepanto, el enemigo mayor y más peligroso no solo para España, sino para el conjunto de Europa. Su expansión siguió una dirección triple: por el norte de África hasta el Magreb con amenaza directa a España; por los Balcanes hacia el centro de Europa, llegado a Hungría y Viena; y por el Mediterráneo, punto decisivo de su expansión, por cuanto amenazaba directamente a Italia y a España.
Hasta la batalla de Lepanto, sus flotas fueron largo tiempo las más poderosas, infligieron a los españoles muy duras derrotas y golpeaban constantemente los litorales italiano y español. España desempeñó el papel de freno a la expansión turca, defensa de Italia (y de sí misma), e intervino de forma minoritaria pero bien destacada, en la derrota otomana ante Viena en 1529. En otras palabras, España fue la línea principal de la defensa no solo de Italia y de sí misma, sino de Europa.
Para complicar las cosas, varias de las principales potencias europeas se aliaron con los turcos contra España, en una política que habría sido suicida si la defensa que representaba España se hubiera roto.
Cuando se habla y detalla más o menos el curso de los acontecimientos, con sus combates, intrigas y alianzas, a menudo se percibe mal la transcendencia de la situación sumamente ardua en que llegó a encontrarse España, que al mismo tiempo sostenía la lucha contra la expansión protestante y contra las piraterías inglesa y berberisca, especialmente dañina la segunda. Lo cual vuelve a hacer más problemático e improbable el éxito español sostenido durante casi quince décadas.
La pugna con los otomanos quedó resuelta con la afortunada batalla de Lepanto de 1571. A partir de ella los otomanos fueron ya incapaces de tomar la iniciativa, salvo por la conquista de La Goleta, una victoria sin embargo demasiado costosa hasta para el poderío de la Sublime Puerta. En adelante España debió mantener, pese a todo, una uy costosa vigilancia sobre todo el Mediterráneo, ante el peligro de una reconstitución de la fuerza turca. En Hegemonía española y comienzo de la Era Europea.
Sobre Lepanto se ha discutido mucho, negando bastantes historiadores y políticos su carácter decisivo, como si hubiera sido una batalla más. Pero observando la situación en conjunto, se trató de una victoria trascendental para los católicos y para toda Europa, comparable a la de Salamina de los atenienses contra los persas, que no acabó con el poderío persa, pero salvó definitivamente a la Grecia europea. Ello obliga a preguntarse por qué Francia, y en gran medida los protestantes e Inglaterra, tomaron partido a favor de los turcos y contra España, un tema del mayor interés, y poco tratado.
Desde luego, veían la amenaza turca mucho más lejana que la Europa mediterránea, y posiblemente sobreestimaban la potencia de España. Explicación parcial para una actitud en última instancia suicida.
“Para complicar las cosas, varias de las principales potencias europeas se aliaron con los turcos contra España en una política que habría sido suicida si la defensa que presentaba España se hubiera roto.” Ése es el corazon de un imperio que defendiendo a la Cristiandad, el bien del pueblo y el respeto a sus tradiciones merece honor eterno., lo que conlleva el absoluto desprecio para sus acosadores.. Eran otros tiempos, otras gentes, evidentememte… No es casualidad que sea precisamente Hungria la abanderada hoy de la única causa que debe ser defendida hasta el último aliento por su trascendencia pues atañe… Leer más »