Ojalá nos fuera como a Taylor Swift
El presidente del Gobierno nos tiene acostumbrados a comparaciones un tanto disparatadas y bastante fuera de la realidad. Hace unos meses la economía española iba como una moto, más recientemente como un cohete y ahora aprovechando los conciertos de la famosa cantante Taylor Swift nos ha asegurado que vamos como la carrera de la norteamericana. Y ojalá fuera así, porque la mujer va como un meteorito.
La artista no deja nada al azar. Revisa los 60 camiones que moviliza, se preocupa de las decenas de personas que la acompañan, gana un pastón y se ocupa de supervisar todo. Un ejemplo de buena gestión, de empeño y buen hacer. Todo lo contrario a este gobierno. No hay más que ver las cifras comparativas del paro con el resto de socios europeos o con los países más desarrollados del mundo. De hecho, nada menos que siete millones de trabajadores tienen un salario por debajo del SMI, mientras trabajan menos horas de las deseadas y donde, como acaba de decir el Consejo Económico y Social no para de aumentar la pobreza, alcanzado límites insostenibles y vergonzosos.
Una economía en la que los precios no encuentran techo, empobreciendo a millones de personas que se las ven y se las desean para llegar a fin de mes. A las que les cuesta incluso hacer la compra del mes, cada vez con menos carne y pescado y más congelados. Un país donde las empresas no están recuperando los niveles de inversión anteriores a la pandemia del COVID y cuya confianza está en retroceso, bastante hartos de trabas, burocracia y aumento de costes.
Además, si lo que miramos son las cuentas públicas, nada mejora. La deuda pública no para de superarse en términos absolutos, mientras los ingresos llevan tres años marcando máximos históricos. Nos fríen a impuestos, pero ese esfuerzo no se dedica a reducir deuda y por tanto déficit, aligerando así la partida que cada año hay que dedicar al pago de los intereses de la deuda.
Cierto que podríamos estar ya curados de espanto con declaraciones como las que relacionan la economía con la carrera de Taylor Swift, pero es difícil acostumbrarse cuando al mismo tiempo se ponen medallas porque muchos españoles estén recibiendo el Ingreso Mínimo Vital o se estén pensando si mantener o no las bonificaciones del IVA de algunos alimentos. Ya se que estamos en campaña electoral permanente, aunque no debería ser excusa para engatusar a los españoles con patrañas fácilmente desmontables si hubiera tiempo para el análisis, cuando bastante tenemos con superar a duras penas los problemas del día a día.