Los conservadores triunfan y la derecha identitaria se convierte en segunda fuerza en Alemania
Incontestable victoria de la oposición conservadora en Alemania, donde la ultraderecha logra convertirse en segunda fuerza nacional y el tripartito que gobierna el país se derrumba y paga su división y desencuentro en las urnas. Tanto es así, que los socialdemócratas (SPD), ecologistas y liberales (FDP) a las órdenes del canciller federal, Olaf Scholz, suman juntos casi los mismos sufragios y escaños para Estrasburgo que cristianodemócratas y socialcristianos bávaros, los partidos de la Unión (CDU/CSU). Aunque mejoraron muy levemente su resultado de hace cinco años, los conservadores cumplieron los pronósticos y se confirmaron como primera fuerza política de Alemania con un 30% de los votos, según los resultados de dos tradicionales y fiables sondeos a pie de urna de la primera y segunda cadena de la televisión pública.
El SPD cedió casi dos puntos y bajó hasta un 14%, nuevo mínimo histórico en unas elecciones europeas, mientras Los Verdes se derrumbaron hasta un 12% al retroceder más de ocho puntos y los liberales perdieron solo algunas décimas para alcanzar un 5%. «La fecha de caducidad del tripartito es de máximo un año», sentenció el primer ministro de Baviera y presidente de la CSU, Markus Söder, quien celebró el resultado de los conservadores y subrayó que se trata de una buena «rampa de salida» con vistas a las generales en Alemania del año próximo. El presidente de la CDU y líder de la oposición en el Bundestag, Friedrich Merz, afirmó por su parte que «Alemania necesita el cambio de política» que reclaman los ciudadanos en las urnas y subrayó que la Unión está lista para ponerse al frente del ejecutivo.
«Para nosotros es una dura derrota», reconoció sin tapujos el secretario general del SPD, Kevin Kühnert, en una primera reacción tras conocerse el resultado de los sondeos. «No hay que buscar cabezas de turco, pero hay que analizar los errores cometidos», señaló el dirigente socialdemócrata. «Este no es un resultado con el que podamos estar satisfechos», dijo a su vez Omnid Nouripour, copresidente de Los Verdes alemanes, mientras la cabeza de lista y líder parlamentaria de los ecologistas europeos Terry Reintke comentó que, pese al revés electoral sufrido en Alemania, su formación «está lista para mayorías democráticas proeuropeas» en Estrasburgo y se encuentra dispuesta para negociar coaliciones tanto con conservadores como con socialdemócratas y liberales.
Escándalos sin efecto
Triunfadores de la jornada pueden considerarse, sin embargo, los identitarios de Alternativa para Alemania (AfD), que con más de un 16% de votos se convierten en el segundo partido más votado a nivel nacional, pero también en la primera fuerza política en el territorio de los nuevos Estados federados. AfD habría conseguido mejores resultados incluso si no llega a ser por la polémica en torno a sus dos cabezas de lista para las europeas, Maximilian Krah y Petr Bystron, el primero envuelto en un escándalo de espionaje para China en el Parlamento Europeo y el segundo sospechoso de recibir jugosos sobornos de Rusia. Tras adjudicarse este domingo sendos escaños en Estrasburgo, ambos están a la espera de saber qué decide la ejecutiva de Alternativa para Alemania sobre su futuro, a sabiendas de que los dos acabarán probablemente ante los tribunales.
Evitando todo comentario sobre ese asunto, Alice Waidel, líder parlamentaria de los ultranacionalistas en el Bundestag, expresó su satisfacción por el aumento en cerca de un 50% los votos para su formación frente a los comicios de hace 5 años y se mostró convencida de que AfD barrerá en los comicios regionales del próximo otoño en Brandeburgo, Sajonia y Turingia, donde los sondeos sitúan a los ultranacionalistas en primer lugar en intención de voto.
Igualmente triunfante se mostró la populista de izquierdas Sahra Wagenknecht, líder de lista que lleva su nombre BSW, fundada hace pocas semanas. Tras escindirse del partido de La Izquierda, Wagenknecht ha conseguido en muy breve tiempo hacerse un hueco en el espectro político alemán, superar este domingo el 5% de votos y hacerse con seis escaños en Estrasburgo. Además, ha contribuido a mermar también el alza de los ultraderechistas al figurar como alternativa para acaparar el voto de protesta, sobre todo en el este del país.
Tras su expulsión del grupo parlamentario europeo Identidad y Democracia debido a sus incontables escándalos, Alternativa para Alemania busca el reencuentro con las formaciones de extrema derecha. «Mañana recuperaremos los contactos», dijo René Aust, eurodiputado de AfD con la esperanza de que su partido deje de ser el ultra entre los ultras y pueda retornar a la fracción en Estrasburgo que lidera el partido Ressemblement National de la francesa Marine Le Pen.
La propia Le Pen ordenó la marginación de AfD, que fue anunciada oficialmente el 23 de mayo. Los escándalos en torno a los cabeza de lista Krah y Bryston y unas declaraciones del primero en las que defendió a las temidas SS, las fuerzas especiales nazis, hicieron que también la Lega italiana, la Democracia Directa checa y la belga Vlaams Belang defendieran su expulsión del grupo.
La noticia y su texto procede de alguna agencia, pero ¿por qué no le modificáis lo de “ultraderecha”?
Esperemos que poco a poco se pueda ir cambiando Europa, pero sin guerras.