El sanchismo agoniza pero sus estertores son peligrosos
Pedro Sánchez agoniza visiblemente, pero la agonía de los tiranos siempre es una tragedia. Se ve rodeado de dificultades, acusado y acosado, pero reacciona dando patadas y haciendo locuras, con ira, golpeando a diestro y siniestro, realizando maniobras indecentes, intentando sobrevivir, sin admitir que su caída ya es el gran sueño de los españoles.
La Justicia avanza hacia la condena de su mujer por corrupción y él sabe que ella es su última defensa, que después de ella le toca a él. Ya son el matrimonio más corrupto y repugnante de la política española en siglos. Cada día se parecen más al matrimonio rumano Ceaucescu o a los Kirschner argentinos.
Le crecen los enanos por todas partes: Savater, Nicolás Redondo, Joaquín Leguina y el más potente de todos, Felipe González, que anoche estuvo en el programa más visto de la televisión, el Hormiguero, donde, con sentido del humor y un agrio sarcasmo, dejó claro que Sánchez es uno de los seres más repugnantes de la especie humana.
Pierde votaciones en el Congreso y, poco a poco, su olor a cadáver espanta a sus socios de gobierno.
Cree que creando enemigos externos él va a despertar el odio de los suyos y va a ganar las elecciones, pero se equivoca porque Israel le va a destrozar, el argentino Milei lo está haciendo trizas, Marruecos lo humilla y lo tiene esclavizado y Argelia y sus saharauis esperan el momento de clavarle la daga. Lo malo es que cuando le golpean a él, también golpean a España.
Se crea enemigos nuevos (Argentina, Israel, Argelia, los saharauis, Argentina, Marruecos y hasta en Portugal le dicen que no quieren sus visitas) Está dejando a España sóla en el mundo, sin aliados y profundamente devaluada y despreciada.
Si estallara una guerra que involucre a España, tendríamos que afrontarla sólos, sin aliados, sin amigos, porque el loco Sanchez los ha espantado a todos.
Su única alegría en los últimos tiempos ha sido la victoria de Illa en Cataluña, pero ese triunfo le complica el apoyo de los golpistas catalanes que sostienen su gobierno.
La corrupción ha despertado el rechazo y el odio en la ciudadanía, que ya le abuchea y le pita en todos los rincones de España. Su derrota en las redes sociales es estruendosa porque hay cientos de miles de páginas que lo denuncian, lo desprecian y piden que sea derribado.
Sólo es defendido por unos socialistas y periodistas comprados, los políticos porque participan groseramente del reparto del botín del Estado y porque son alimentados cada día con dosis altas de odio y rencor; los periodistas porque reciben del gobierno el dinero que mantiene vivos a sus medios, que, divorciados de la audiencia, tendrían que cerrar.
La agonía de Sánchez es un espectáculo horroroso y denigrante que está causando a España un daño terrible. Es unos de los peores seres humanos existentes y a los españoles nos ha tocado soportarlo.
Su caída, inevitable, arrastrará consigo a todos los que pudiendo haber frenado sus desmanes, no han hecho nada, empezando por el Rey y siguiendo con el PSOE, un partido subyugado al que han arrebatado la decencia y la dignidad, la cúpula militar y de las fuerzas de seguridad, los jueces corrompidos y la mala ralea de sus aliados de gobierno, llenos de odio a España y cómplices felices de la masacre sanchista.
Y cada día son más los españoles que no se explican su presencia en la Moncloa y que piensan que sólo está en el poder porque hace trampas en los escrutinios electorales.
Su agonía parece la de un verraco enfermo.
Excelente descripción del Fraudillo