Las Fuerzas Armadas de EEUU viven un momento “excepcionalmente peligroso” por problemas de reclutamiento
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos están en una crisis de reclutamiento en la que simplemente no hay suficiente personal para llevar a cabo todas las labores que se requieren en estos momentos, señaló el mayor Michael P. Ferguson, miembro del Ejército de EEUU, en un artículo publicado en el portal ‘The Hill’.
El oficial subraya que está por debatirse en el Congreso del país norteamericano una propuesta de la ley llamada Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2025, que obligaría a las mujeres a inscribirse en el servicio selectivo y, por tanto, a ser elegibles para un servicio militar obligatorio.
“Los déficits de reclutamiento del Pentágono, unidos a la escalada de tensiones en todo el mundo, han dado vida a dicha legislación”, señala el también estudiante de doctorado en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
De acuerdo con el mayor Ferguson, la crisis en las Fuerzas Armadas estadounidenses es de tal gravedad que el republicano de mayor rango en el Comité de Servicios Armados del Senado, el senador Roger Wicker (republicano de Misisipi), propuso hacer una inversión generacional en defensa.
“Existe consenso en Washington sobre el hecho de que Estados Unidos se encuentra en un momento excepcionalmente peligroso. Sin embargo, hay menos consenso sobre lo que la nación debería hacer al respecto”, señala.
De acuerdo con el experto castrense, la solución al problema no consiste solo en destinar más dinero a la investigación y el desarrollo de las últimas tecnologías de defensa o de sistemas no tripulados.
“Algunas soluciones tecnológicas se enfrentan a un escepticismo cada vez mayor de los inversionistas, ya que el auge de la inteligencia artificial que parecía inminente parece ahora a punto de estallar. E incluso si estas medidas consiguen reducir el ‘valle de la muerte’ entre el prototipo y el producto, no responderán a la pregunta de quién utilizará estos dispositivos”, observa Ferguson.
También asegura que no es la primera vez que las fuerzas norteamericanas enfrentan problemas de reclutamiento, pero sí señala que el problema “es más agudo en la actualidad”.
“La última vez que el Ejército activo de Estados Unidos fue tan pequeño, el presidente Franklin D. Roosevelt se presentaba a un tercer mandato en 1940.
Estas cifras son más sorprendentes si se consideran como porcentaje de la población. Cuando la Guerra Fría se aceleró en 1955, había 161 millones de personas en Estados Unidos y 3,3 millones de tropas activas, alrededor del 2% de la población. Hoy hay 340 millones de estadounidenses y 1,3 millones de militares en activo, es decir, el 0,4% de la población”, afirma el especialista.
Ferguson señala que no solo se trata de que el Departamento de Defensa no pueda competir con el sector privado en sueldos para sus soldados, sino que el problema tiene que ver con temas como el género, la raza y la ocupación.
Argumenta que, desde 2013, el número de reclutas masculinos se ha desplomado un 38% en el Ejército, mientras que el número de mujeres ha aumentado ligeramente durante el mismo periodo.
Sin embargo, más de una década después de la apertura de los puestos de combate a las mujeres en 2013, los hombres siguen ocupando la gran mayoría de estos puestos y representan el 88% de la comunidad de operaciones especiales.
Pero el género no es el único factor que contribuye al declive, según él. El número de reclutas blancos que ingresan al Ejército cada año se redujo casi a la mitad entre 2018 y 2023, desplomándose de 44.000 a 25.000, dice el analista.
“En un Ejército que es 82% masculino y más de dos tercios blancos, las implicaciones son preocupantes para las unidades de primera línea que se entrenan para resistir el tipo de conflicto del siglo XXI que Ucrania ha soportado”, asegura.
“Los analistas de defensa y los funcionarios públicos han eludido el problema durante años, incluso estando de acuerdo en que las fuerzas totalmente voluntarias están cerca de un punto de ruptura. Pero el telón de esa actuación puede estar cerrándose”, dice Ferguson, quien asegura que otros países europeos como Letonia y Suecia han reinstaurado o ampliado el servicio militar obligatorio para satisfacer sus necesidades de seguridad.
“Un giro en la demografía del reclutamiento podría acabar obligando al Congreso a imponer alguna forma de servicio nacional, reestructurar las fuerzas armadas o reducir el apoyo militar en el extranjero en un momento en que los aliados de Estados Unidos más lo necesitan”, dice el especialista, coautor de El legado militar de Alejandro Magno.