Fútbol, el nuevo opio del pueblo
BD (R).- Estamos en pleno tiempo de Eurocopa, y en estos días sería necesario (sin exagerar mucho) una guerra nuclear para desviar la atención del publico y los medios de comunicación, tan fascinados e hipnotizados están por los partidos de fútbol que tienen lugar en Francia. Todas las tardes, en las ciudades, en los pueblos, en el último rincón de España (y del planeta Tierra, me temo), a la hora de las retransmisiones, las calles se vacian y sólo se oyen los berridos de los telespectadores atornillados ante el espectáculo de 22 adultos en pantalón corto que corren detrás de un balón. En los bares, no hay conversación que no gire alrededeor del fútbol.
O sea, como en el resto del año, pero un poco más, ya que son más los partidos y sus incidencias a comentar en estos días. La pasión popular por este deporte no viene de ayer, remonta a principios del siglo XX, pero a partir de los años 60 el fútbol ha cambiado de esencia: se ha convertido en una alienación colectiva. Cierto es que ser aficionado a la cosa o simplemente “interesarse por el fútbol” puede ser un medio de sociabilidad, de convivencia, de creación de lazos. Pero como tema de debate y conversación es bastante pobre, o digamóslo sin rodeos: de una miseria espantosa. Comentar los partidos o enfrascarse en discuciones acerca de la composición de los equipos es el nivel cero del intercambio social y el debate intelectual. Hablar de fútbol , ¿por qué, para qué? Pues porque no se sabe hablar de nada con un mínimo de contenido, porque no se tiene otro horizonte cultural más que el proporcionado por la pantalla chica y el bar.
El fútbol tiene muy poco que ver con el deporte: se ha convertido en un espectáculo internacional y un negocio mundial tan jugoso como opaco. El fútbol tiene la característica de desviar la atención de las preocupaciones colectivas. Ninguna actividad de la vida moderna acumula a la vez tanta popularidad y tanta insignificancia. Podemos hablar de embrutecimiento colectivo sobre todo cuando analizamos la figura del aficionado. Ceporros tripudos y llenos de cerveza que aplauden y berrean ante una pantalla plana para celebrar las hazañas (las patadas a un balón, no otra cosa) de atletas variopintos, negros, moros, sudamericanos y demás especímenes carpetovetónicos, millonarios iletrados, que son además los modelos de una juventud cretinizada cuya existencia va del fútbol al botellón y del botellón al fútbol, tomándose de paso todo lo que sea por la nariz y las venas entre lo uno y el otro. Es para llorar.
Los círculos de los aficionados al fútbol no se caracterizan (cualquier estudio sociológico lo confirmará) por un alto nivel de cultura y de inteligencia. Para comprobarlo basta observar a las bandas vociferantes de aficionados disfrazados de manera ridícula por las calles, agitando como fetiches las enseñas de su equipo favorito o la bandera nacional. Y eso cuando no se enzarzan en los campos o en sus alrededores en reyertas con resultados a veces mortales.
El fútbol ofrece la ocasión para muchos de fabricar un simulacro de patriotismo. Eso es particularmente notable en España, donde la bandera nacional, fuera del ámbito fútbolero en que es agitada fervorosamente por los seguidores de la llamada “Roja” (para evitar decir “selección española”), es considerada en cualquier otra ocasión un símbolo vergonzoso y prácticamente fascista, o sea impresentable. En España, a estas alturas, nadie se sacrificaría por la bandera nacional, pero los aficionados al fútbol se envuelven en ella y se pintarrajean la cara con los colores de la enseña patria. Vivimos en los tiempos de la impostura y la simulación.
Todo se ha vaciado de su contenido, todo es grito y gesticulación. La declamación ha sustituido a la reflexión, la vana agitación ha remplazado a la verdadera acción.
En sus inicios, el fútbol, deporte de equipo nacido en Inglaterra, tenía una connotación de arraigo muy fuerte: dos pueblos, dos ciudades, dos naciones se enfrentan en una especie de simulacro incruento de guerra mediante dos equipos muy representativos. Hoy todo se ha invertido. Los jugadores de los clubes (ciudades) de las ligas nacionales o de los países en torneos regionales o mundiales (sobre todo algunos como Francia, Holanda, Suiza, Inglaterra y otros: lo hemos comprobado una vez más en esta Eurocopa) no son más que mercenarios comprados en el mercado internacional. Los jugadores no representan ni a las ciudades ni a los países que supuestamente defienden.
Un ejemplo entre tantos otros, tomado del combinado de Francia. Ninguno de los jugadores del equipo del país vecino son franceses de pura cepa: magrebíes, africanos y otras hierbas… Los galos son minoría, testimonio, reliquia.
El fútbol es también el soporte de una propaganda omnipresente en favor de la sociedad multirracial y de sus supuestos beneficios y bendiciones. Eso se lleva a a cabo mediante la mentira grotesca que pretende confundir los éxitos de un equipo mayormente compuesto por extranjeros nacionalizados con los de una nación entera. Es lo que vimos en 1998 cuando el equipo francés ganó la Copa Mundial de Fútbol. La ideología dominante y sus loros mediáticos nos repitieron hasta la saciedad que era la Francia multirracial y multicultural la que había ganado. La manipulación ideológica consistía en deducir el éxito aleatorio y efímero de un equipo de fútbol del modelo de sociedad multirracial, supuestamente maravillosa y superior a cualquier otro modelo. Y precisamente es lo contrario lo que es verdad: la sociedad “mestiza”, “diversa” es la viva imagen del fracaso de una nación. Francia es un ejemplo patente de ello, pero no es el único. Es necesario ser ciego para no darse cuenta de la realidad.
El fútbolista es una figura central de la adulación de las masas, una “estrella”, un héroe de nuestro tiempo. Sin embargo, nunca ha sido ofrecido al pueblo modelo tan poco brillante. Incluso entre los demás deportistas (tenistas, pilotos, esquiadores, ciclistas…) el fútbolista siempre ha ocupado el nivel más bajo, solo algo por encima del boxeador, auténtico paria relacionado siempre con el arroyo y ciertas formas de criminalidad. Los futbolistas son pagados como principes, pero muchos de ellos son prácticamente analfabetos y tienen el cociente intelectual de una gallina que hubiese recibido un fuerte golpe en la cabeza en la infancia. Mbappé, Vinicius, Haaland, Messi, Bellingham, Yamal… Estos son los nuevos héroes cuyo cerebro ha bajado al nivel de las rodillas y los pies.
El fútbol es un excelente medio que la oligarquía ha encontrado para cretinizar al público y desviar su atención de los verdaderos problemas y de paso ofrecer al rebaño una versión falsificada del patriotismo: es decir fabricar ídolos de rebajas, crear acontecimientos a la vez atronadores e insignificantes.
Con el fútbol estamos muy lejos del ideal de los Juegos Olímpicos de la Grecia antigua: el culto del esfuerzo gratuito. El ideal deportivo se ha autodestruído. El fútbol lleva consigo la vulgaridad, hasta estética. Lo hemos visto una vez más estos dias.
En lo personal: tatuajes hasta las cejas (como los salvajes de los Mares del Sur), cortes de pelo a los mohicano y similares… Miremos sus camisetas, su vestimente ridícula: todo es feo, chillón, lleno de publicidad de los “sponsors” (en las ligas nacionales). Llegamos al extremo de lucir en algún caso el nombre de una monarquía petrolífera criminal financiadora del terrorismo islámico (Qatar Fondation en al Barça). El mundo del fútbol es el terreno más propicio actualmente para los negocios “opacos”, para el “business” más sospechoso e indecente. Todo esto nos sitúa muy lejos de la ética deportiva. Ciertos emiratos (como el mencionado, pero no es el único) financian al mismo tiempo equipos de fútbol en Europa y el yihadismo en Siria y en otros lugares. El fútbol mueve sumas colosales de dinero pero crea muy pocos empleos. La FIFA se libra a unas prácticas más que turbias. Los dirigentes y propietarios de clubes de fútbol recuerdan demasiado a los mafiosos, y a menudo lo son. Todo eso sin mencionar a los partidos trucados, a los amaños y los acuerdos tras las bambalinas, a la compra de árbitros, etc… En conclusión: el mundo del fútbol es poco ejemplar, demasiado a menudo inmoral.
Algunos “especialistas” nos ofrecerán argumentos tendentes a demostrarnos que el fútbol es un arte, casi una ciencia, por supuesto una filosofía de vida, una manera de entender el cosmos… Bueno, ¿por qué no? Pero se puede decir otro tanto de cualquier actividad humana. La petanca también es un arte, el patinaje, el surf, el paracaidismo… Pero lo que hace la grandeza y el valor de un país, de una nación, de una civilización, no son las habilidades deportivas de sus atletas sino sus logros sociales y culturales, sus resultados en las artes, la literatura, las ciencias, la tecnología, el empresariado… Decir que el fútbol es un “arte” y que expresa el genio nacional, francamente eso es demostrar una visión bastante mediocre de las cosas, es conformarse con poco, casi nada.
Algunos me dirán que esto no data de ayer: los juegos del circo y del anfiteatro de Roma, el culto de los gladiadores (que eran por regla general esclavos y brutos incultos), ¿acaso no formaban parte de una gran civilización? Pues precisamente, en el momento en que el Imperio se derrumbaba, que la decadencia hundía ese mundo hacia su perdición, los juegos del circo y la asistencia a la plebe romana conocieron su apogeo. El paralelo con la situación actual es más que interesante: es evidente.
Recuerdo en tiempos del Caudillo… por aquel entonces había un partido a la semana. El de la liga Española. Y puntualmente campeonatos de Europa y demás torneos internacionales. Pero vamos, de 365 que tiene el año, 300 o más, no había fútbol en tv generalmente. Hoy día creo que se televisarán entre 1000 y 1500 partidos anualmente. Los que entonces criticaban al gobierno de Franco por televisar unos miserables 50 partidos, hoy callan como putas ante los 1000 con que nos tienen apegados embobados frente al TV.
Y siempre ganaba el equipo del caudillo. Eso si era deporte!!
No sabía que el Jefe de Estado Franco Bahamonde fuera aficionado del F. C. Barcelona. A mí, como aficionado al Atlético de Bilbao, puro entretenimiento hasta,que me aburría, lo que me preocupa no es que gane o pierda, sino si hubo corrupción con el antiguo Estadio de San Mamés. Todo el separatismo vasco estaría enfrascado.
Franco era seguidor aficionado del Barsa. Es un hecho demostrado: impedir su desaparición y la construcción del Nou Camp, con su apoyo y beneplácito son sólo dos pequeñas pruebas de ello.
Dicen que sólo había un canal de tv y que no había ordenadores porque franco tenía su plan y diseño del futuro ordenador e Internet y 3D muy secreto en su cabeza.
Una alegría volver a ver a quien fue el “ALMA MATERS” de este diario durante años. Me dolió su marcha pero como recuerdo las cosas, le entiendo, no creo que tenga que puntualizar nada mas, creo que nos entendemos. Para mi es un honor poder volver a dirigirme a Ud, para comentarle que se que hubiese podido haber hecho un comentario de los que sientan cátedra, aunque en este caso se ha limitado a no ahondar mucho y hacerlo de manera mas ” Light”. Yo, por mi parte le diré lo que ya sabe. Esto, aunque de otra forma, ya… Leer más »
Por cosas como esa es que hace 5 anios ya no tengo tv, y no me he perdido de nada.
¿ Es casualidad que el Real Madrid se haya africanizado hasta tal punto que la gran mayoría de jugadores que saltan al campo están racializados como les gusta decir a progres , charos y buenistas .? Yo me inclino a pensar que el Masón que preside este club ha recibido una llamada digamos de las altas instancias para que en vez del antaño equipo blanco , ahora sea el equipo negro y la ingeniería social siga su curso. Una vez sus seguidores y socios acepten como algo normal que no jueguen Españoles en el equipo y como el fútbol es… Leer más »
Excelente artículo. Gracias.
La foto de la selección francesa muestra el por qué muchos franceses no solo rechazan apoyar a su equipo nacional si no que además explica el por que muchos franceses iban con el equipo español en la eurocopa de 2012 y en el mundial de 2010 cuando españa se enfrentó a francia. Creo que fué el propio jean marie lepen el que llego a decir en los medios de comunicación que no se sentia identificado con una selección francesa de inmigrantes. Si algún dia españa se vuelve como la selección francesa,la repudiaré hasta el asco sin contemplaciones,y desde ese momento… Leer más »
Es sintomático que algunos de los golfos que viven de la política critiquen y pongan a parir a Amancio Ortega, y se callen como muertos antes las millonarias retribuciones de algunos futbolistas y ante sus desfalcos a la hacienda pública.
¿Por qué será?
1984 fue un libro premonitorio de lo que esta sucediendo ;Una sociedad somatizada ,intervenida ,manipulada , dominada ,sometida ,saqueada ,explotada ,dirigida hasta niveles increibles ,arruinada e hipotecada por una CASTA DESPIADADA que maneja a su antojo todo el sistema piramidal ,que ha transformado “lo público” en su cortijo o GRAN NEGOCIO VITALICIO sin riesgo ,urdiendo miles de leyes del embudo ,para esclavizar y EXPLOTAR al pueblo, tratandolo como ganado y castas inferiores . ¿Si los magos y mentalistas son capaces de engañarnos imaginense los poderes fácticos con este engaño de democracia? ,que en realidad solo camufla y distrae la verdad… Leer más »
siglos de retraso + 40 de sumisión sodomita pasan factura.
Exactamente. Mejor explicado imposible. Subeles el aceite, el combustible, los pisos, asfixialos a impuestos, cada vez más…q con el sudor de su frente, cada vez puedan aspirar a menos, llena su tiempo de trabajo esclavo y circo..q no se den cnta de la vida miserable q viven. Ponles enfrente la zanahoria, cada vez más lejos para q cada vez se esfuercen más en conseguir necesidades q NO NECESITAN.Para ellos, el fútbol es imprescindible
que me lo digan a mi los efectos colaterales que tiene el balompie: tiran unos petardazos que despiertan a medio barrrio,y trompetazos ya ni les cuento cuando meten gol.
Muy buen artículo.
A los que nos gusta el fútbol, está bien que se nos recuerde toda la basura y manipulación ideológica que rodea a este bello deporte.
Estupendo artículo. Un resumen al completo del futbol actual y sus participantes. Faltaría también mencionar a los presidentes de lis clubs, sobretodo españoles que son todos unos fantasmas que aprovechan su nombre y el de su club para enriquecerse con sus trajimaneques. Un gran ejemplo: Florentino Pérez
Ni hablar del caso castor
El 19 de junio de 1623 nació Blaise Pascal y a nadie le importa ni le importará jamás un carajo nada de lo que hizo.
Pues a mí si me interesa; precisamente estos días estoy releyendo a Pascal (sus Pensamientos) y a Gracián.
Peor es lo de sus compatriotas, que en estos días se dedican a jalear a una selección negroide con la pegatina de la bandera francesa.
Hace mucho tiempo que el fútbol da asco en todos los aspectos.
Uted, imbécil, no entiende nada. El fútbol es un deporte cuya belleza nadie discute. Lo que se discute en lo que recoge el artículo. Apoyamos demasiado sólo este deporte cuando gana el Madrid, criticamos la utilización del deporte con este fin, que son cosas distintas.
Magnífico artículo para reflexionar sobre lo que realmente importa a millones de personas. Secha convertido en auténtica cultura, sobre todo, por su capacidad de congregación y de empatización, lo que ya no consiguen los tradicionales eventos culturales ordinarios, que han sido trivializados y convertidos e crudos negocios sacaperras. Viendo un partido y celebrando goles o victorias, los desconocidos se miran, hablan, se sonríen y hasta abrazan, vuelven a sus casas colmados de ilusión compartida, de adhesión, integración y aceptación sociales, unas carencias que muchos arrastran en su inconfesable soledad cotidiana. De lo poco bueno que tiene el fútbol, está catarsis… Leer más »
Completamente de acuerdo con el articulista!!! yo reconozco que he visto varios partidos de futbol, y no entiendo como la gente vive ese espectaculo con orgullo y divesion? para mi es un deporte mas de los miles existentes. A mi me gusta mas el tenis, volleyboll, hockey sobre hielo. Son deportes minoritarios pero entretenidos y mas humildes. Pero el futbol? aparte de ser un vertedero “multicultural” yo aparte me descojono de esos “pseudo-patriotas” que se matan entre ellos por la rivalidad de sus equipos. Y otra cosa que me mosquea, ahora que esta jugando la seleccion española (no ese eufemismo… Leer más »
yo reconozco que he visto varios partidos de futbol, y no entiendo como la gente vive ese espectaculo con orgullo y divesion? para mi es un deporte mas de los miles existentes. A mi me gusta mas el tenis, volleyboll, hockey sobre hielo. Son deportes minoritarios pero entretenidos y mas humildes. Pero el futbol?
OPIOOOOO
EL OPIOOOOO ES DROGAAAAAA
EL DROGADO NO SE DA CUENTAAAAA
¡Vaya estampa…pobre Francia!
Menos mal que queda gente que se da cuenta de las cosas, hoy me iré a la cama contento. Aunque la idea de emigrar de esta basura no me la quita ya nadie.
Qué asco de drogados…. siempre con el opio de las banderitas, fijándose en el color de la piel, el color del pelo, el color de las banderitas y mientras tanto los políticos robando y sus capitalistas esclavizadores defraudando. Qué asco!
Es posible que sean las razones apuntadas en el artículo, las causantes de que no me guste el fútbol (en español, balompié) u otras razones parecidas. Cuando era joven, me gustaba jugarlo, que es muy distinto a verlo como espectáculo. No obstante y aunque estoy de acuerdo con el articulista, no se me ocurriría proponer su prohibición, a diferencia de lo que hacen los anti-taurinos con la fiesta nacional. Cada cual debe ser libre para tener sus gustos, siempre que no atenten contra la libertad de los demás.
Brillante artículo, certero y realista. El fútbol en particular es usado como válvula de escape y un modo de embrutecer al rebaño. “Ellos” no utilizan el fútbol para entretenernos, sino para “distraernos” La pregunta es….¿Porqué nos distraen., cual es la razón?. Dentro del campo de la Psicología Social, existe una relación “negativa” entre la persuasión y la distracción- Cuando la gente (el rebaño) se ve expuesta a mensajes persuasivos (adoctrinamiento, ideas, creencias, a través de los massmedia), vocaliza mentalmente “contraargumentos” en contra de la posición defendida del mensaje emisor (TV, prensa, radio…). O sea que en cierto modo, la información… Leer más »
Eso ya lo hacian los romanos en su epoca