Panorama tras el golpe
De que la amnistía significa la consagración del golpismo, y por tanto el fin del régimen del 78, no puede caber la menor duda a nadie que se salga del chismorreo político que en España suele pasar por “análisis”.
Que detrás de ese golpe existe una concepción socialista-separatista que niega a España como nación, y que quiere transformarla en confederación de naciones con derecho y prácticamente con deber se secesión, es algo también evidente para cualquier historiador algo serio, pero que nunca entra en los “análisis”.
Que el PP, sin desear la disgregación nacional tampoco la excluye, también salta a la vista: para él, lo esencial es lo que llama “Europa”, un conjunto de regímenes LGTBI-climatómanos con políticas de “cancelación de los disidentes.
En cuanto al rey, ha vuelto irrelevantes a sí mismo y a la monarquía, demostrando su nula utilidad en la defensa de la Constitución y de la unidad nacional.
El régimen puede seguir aparentemente en pie por inercia, como quien recibe un golpe demoledor pero tarda en derrumbarse algún tiempo hasta que alguien lo empuja. Es así porque las fuerzas antidemocráticas y antinacionales no están aún lo bastante cohesionadas para ir hasta el final en sus designios ni han dominado totalmente las instituciones; y que estas subsisten malamente, pero con algunas posibilidades de reacción.
En este panorama, la política de VOX adquiere importancia decisiva.
“Panorama tras el golpe” desde el puente que no ven que se derrumba con el viento del hartazgo que cada día sopla más fuerte, de tal modo que va a dejar pequeñó el del puente de Tacoma…