Fe y Deporte
Para los creyentes y no creyentes el domingo, además de ser una fiesta religiosa para celebrar el Día del Señor, es también un día de ocio y descanso laboral. Lo cierto es que millones de españoles, el domingo pasado hemos disfrutado del descanso y la festividad de una forma poco común, con ocasión de la jornada más emocionante y exitosa que, sin duda, será recordada en los anales de la historia deportiva de España.
El jovencísimo Carlos Alcaraz (21 años), lleva ya camino de convertirse en una leyenda después de haber derrotado en Wimbledon, a los primeros tenistas del mundo y haber convertido en un magistral paseo su victoria sobre el veterano y legendario serbio Djokovic (37 años) que ya da síntomas, entre lesiones y su edad, de seguir la estela de los grandes campeones y maestros del tenis mundial como han sido Roger Federer o Rafa Nadal.
También lo que hizo Sergio García este domingo en el Real Club de Valderrama fue sencillamente labrar su nombre en oro para los aficionados al golf, deporte no tan visualizado y popularizado en los medios de comunicación como el fútbol y el tenis, pero que después de sumar 37 victorias, consiguió amarrar su primera en el LIV y la cuarta en en el campo de Sotogrande.
Pero lo cierto es que el delirio de los españoles, aficionados o no al deporte rey, se ha desatado en los hogares y rincones de toda España con la inapelable victoria sobre Inglaterra en la Eurocopa 2024 celebrada en Alemania. Casi todo se ha dicho ya sobre la calidad humana y deportiva del equipo de la Selección y consideró innecesario redundar en ello. Prefiero detenerme en un aspecto que a los católicos nos ha llamado poderosamente la atención, y es la natural y sencilla confesión religiosa de su fe que hizo ante los medios de comunicación su entrenador Luis de la Fuente.
Confesión que fué motivada por la pregunta de una periodista sobre si es supersticiosa la costumbre de persignarse antes de los partidos, su respuesta fué muy clarificadora: : “Es fe. Cuando me preguntan si soy supersticioso, siempre digo lo mismo, que no. Es simplemente fe”. Añado a esto que es habitual comprobar que hay numerosos jugadores de fútbol de distintos países, sean musulmanes o cristianos, que antes de saltar al terreno de juego invocan la protección de Alá o de Dios, para que el encuentro en el que van a participar responda al esfuerzo y trabajo que con tanta ilusión han preparado. Sencillamente eso es un acto fe. Está claro que a la periodista de la Cope, le habrá quedado meridianamente claro cuál es la diferencia entre una superstición y un acto de fe.
Otro periodista en la rueda de prensa anterior a la final, le interroga acerca del papel que juega la relación entre Dios y una final de fútbol. La sencillez y valentía de su respuesta no deja lugar a dudas: “Mi fe es algo personal y transferible, en esta caso no es intransferible. Como soy libre y puedo elegir lo que creo que tengo que hacer, desde mi inteligencia y mis experiencias, me invitan a creer en Dios, que me aporta mucha seguridad y fortaleza”.
Dice el Papa Francisco que “la fe no es una cosa decorativa, ornamental; vivir la fe no es decorar la vida con un poco de religión(…). No, la fe no es esto. La fe comporta elegir a Dios como criterio-base de la vida”. Está claro que De la Fuente , a pesar de las incomprensiones que pueda acarrearle por parte de su entorno, o lo fácil que le pueda resultar dejarse llevar por el cuidado de la propia imagen, su valentía no deja lugar a dudas en su determinación, para que en uso de libertad, aplique su vida de fe a la sabiduría de su vida deportiva. Aprendamos los católicos de esta lección…