Tal y como se extrae de los escritos del florentino Nicolás Maquiavelo, la definición de “maquiavelismo”, en la base principal de su doctrina, se nos presenta como la idea de superponer la razón de Estado sobre cualquier otra consideración ética o moral para mantener el poder.

Ni a medida para el amigo Sánchez.

Voy a ser aún más breve.

Para que en el peor día de tu vida, ayer martes 30 de julio 2024, cuando todo estaba negro, con el malvado juez Peinado viniendo a tu casa con la pandilla de fachas a someterle a tortura… cuando las negociaciones con el charnego chulo te han llevado a un escenario totalmente ridículo para con los tuyos con el tema financiación autonómica… cuando el Tribunal de Cuentas se pronuncia respecto a los fondos europeos utilizados en la malversación que pretendes amnistiar… y cuando hasta “LA CLÁ” guarda silencio entre bambalinas… si al final sales airoso de todo, ¡tú dejas al Maquiavelo a la altura de una babucha!

¿Cómo ha hecho pleno el animal?

Pues guardaba en la manga un escrito querella por prevaricación de 35 folios firmado por la sbogada del Estado Zaida Isabel Fernández, que no se lo olía nadie.

Deja al juez Peinado sin posibilidad de pedir al Supremo su imputación. Mediáticamente deja en segundo término la barbaridad del preacuerdo con Esquerra y se mete en el mes de vacaciones suyo y de los juzgados, de forma que cuando vuelva del Coto de Doñana, ya tiene a Illa de president, los mamanabos de Esquerra ya se la habrán metido a las bases (lo de que la financiación prometida va a ser que no), ellos seguirán cobrando sus sueldos y aquí no ha pasado nada.

Un fuera de serie que no tiene a nadie enfrente, ni a la derecha ni a su izquierda.