El Gobierno obligado a justificar lo absurdo
La culpa no la tienen los políticos, la tienen todos estos que siguen votando a este cafre de Pedro Sánchez. Este calificativo de cafre tiene muchos significados, pero yo solo lo he usado por lo de mentiroso, bárbaro, cruel, atroz, rudo, bruto y grosero. Aunque para grosera ya tiene una sentada a su lado.
Con un mínimo de entendimiento, «muy mínimo» , nos damos cuenta todos del desastre de gestión de este ridículo Gobierno, que solo está basada en ceder en todo lo necesario para mantener en el poder al narcisista Pedro Sánchez. Esto lo ven hasta los más exacerbados pseudo progres que vemos y oímos defendiendo en las tertulias matutinas de los medios comprados con subvenciones, con argumentos ridiculísimos, las actuaciones de su amado líder, ante las increíbles cesiones que se están firmando a los independentistas catalanes, además, en el momento menos álgido de la historia de este movimiento estúpido y trasnochado.
Es una evidente minoría de catalanes la que hoy sostiene a este movimiento ilógico, pero por una causa matemática en el Congreso de Los Diputados, están en posición de fuerza absoluta y la están aprovechando. Mandan en todo lo que ocurre en este País, pasando por encima de todo lo razonable, y además nos ridiculizan adrede ante el resto del mundo con mucha desfachatez; se ríen en nuestra cara, mientras la panda de ministros — mamanabos por un sillón — tienen que pasar obligatoriamente por hacer declaraciones a sus medios intentando justificar lo absurdo.
Es tremendo escuchar las justificaciones, no ya de los tertulianos profesionales, sino en cualquier discusión cotidiana entre conocidos; el pseudo progre pone en su boca las torpes frases hechas que escuchan en los medios, y se ridiculiza lamentablemente; además no lo puedes arrinconar, porque aparecería eso de «yo votaré siempre al PSOE» porque en la guerra . . . . ¡apaga y vámonos!.
Esa falta de raciocinio de esta izquierda española, es el enemigo número uno de nuestro futuro; el no tener capacidad para aceptar la evidencia, los convierte en cómplices de la sin razón que estamos viviendo. Nos han llevado ya al absurdo de darle el poder de decisión a un Puigdemond fugado por segunda vez, que se ha reído en la cara de nuestro Presidente y de todos los poderes del Estado, al pasearse a su placer por Barcelona de la mano de «SUS Mossos».
Esa falta de raciocinio al votar a este cafre, nos ha llevado a un punto en el que Cataluña tiene un ejercito armado, formado por 18.355 soldados bajo las ordenes directas del independentismo en minoría. Por si os parece exagerada la cifra, os dejo esta imagen:
Este ejercito urbano mimado, consentido y bien pagado por nuestro ministro Marlaska, ya ha dado muestras de saber «nadar y guardar la ropa bajo las ordenes gubernamentales»
¿En caso de conflicto armado serio, las ordenes de quién obedecerían?.
Estamos construyendo un escenario que es una bomba de relojería, en una sociedad cada vez más enfrentada y los únicos culpables son los que siguen votando a este cafre, si o si, porque yo soy progre – liberal – y viene la extrema derecha.
Las líneas rojas de las que tanto hablan, las tenemos que poner nosotros basadas en la cordura, prestando nuestros votos y no entregándolos a perpetuidad.
Malos momentos vienen por delante.