La política de tierra quemada de Sánchez
Francisco Marhuenda.- La última decisión del líder del PSOE muestra su desesperación. No sé quién le aconseja en la línea de defensa ante los procesos judiciales que afectan a su mujer y su hermano, pero me parecen muy inexpertos. Es algo que hemos podido constatar con la labor que realiza José Miguel Contreras, que controla la política de comunicación y propaganda de La Moncloa. Es algo que se sabía tras los éxitos que había cosechado en el pasado.
En lo jurídico ha elegido a una buena persona, pero con escasa experiencia en estos temas y con un marcado sesgo político. El jueves por la mañana lo vi paseando con su pareja por el centro de Madrid y estuve a punto de saludarle, pero como le he criticado preferí no invadir su privacidad.
Finalmente, está la acción política que se caracteriza por una sucesión ininterrumpida de chapuzas y contradicciones. El colofón fue este viernes con el anuncio de que el PSOE pondrá en marcha «una serie de medidas con el fin de investigar, hasta las últimas consecuencias, tanto los contratos otorgados por la Xunta de Galicia a empresas dirigidas por la hermana de Alberto Núñez Feijóo» como a la pareja de Isabel Díaz Ayuso «y todo el entramado que rodea a esas comisiones y la vivienda en la que reside la presidenta de la Comunidad de Madrid». Un esperpento.
La realidad es que los dirigentes del PP no están preocupados e incluso, si fuera ellos, me lo tomaría a broma y como la constatación de que Sánchez está contra las cuerdas. Es evidente porque tamaño despropósito solo se le puede ocurrir a quien sabe que su proyecto político no existe y que no tiene línea de defensa.
Es cierto que el sanchismo político y mediático saldrá en su rescate, pero lo hacen sin convicción. Al igual que en su día le defendí mientras todo estos le traicionaban, vilipendiaban, menospreciaban e incluso le insultaban.
Creo que no me olvido ninguna palabra que sirva para definir lo que viví y escuché hasta que consiguió ser presidente del Gobierno. La vida me ha enseñado que nunca hay que confiar en los mercenarios y los traidores, pero Sánchez es mucho más importante que este modesto periodista y no coincide con mi criterio. Ha dado un paso peligroso que se volverá en contra.