¿Por qué invadió Israel la Franja de Gaza?
Tras el castigo asimétrico infligido por Israel en Gaza, toda la infraestructura básica, escuelas, mezquitas, hospitales y el 90% de los edificios habrían sido arrasados por los bombardeos sistemáticos de la aviación con el resultado de más 40000 víctimas civiles palestinas y varios miles más enterrados entre los escombros.
El verdadero objetivo de la campaña militar de Gaza sería provocar una segunda nakba en la que 1,5 millones de palestinos se verán obligados a abandonar una Gaza convertida en un amasijo de escombros y restos humanos que imposibilitará el retorno de la población gazatí desplazada y el confinamiento de palestinos en un campo de concentración al aire libre ubicado en Rafah, situación descrita por el alto Comisionado para los DDHH de la ONU, Volker Türk como “apocalíptica”, al tiempo que advierte ” del creciente riesgo de genocidio”.
Dicho confinamiento forzoso de la población gazatí sería una medida de presión para que Egipto abra su frontera y los palestinos queden asentados en la Península del Sinaí, tras lo cual Israel procederá a la Declaración unilateral de la soberanía sobre Gaza y sus zonas marítimas.
Israel, ¿nuevo nodo gasístico?
Según los acuerdos de paz de Oslo, las aguas territoriales palestinas se adentrarían hasta 20 millas náuticas en el Mediterráneo y tras el acuerdo firmado en 1999 entre la Autoridad Nacional Palestina con British Gas Group en 1999, las prospecciones determinaron que las reservas de gas en la zona ascenderían / a 1,4 billones de metros cúbicos, de los que un 60 % corresponderían a los palestinos y el resto a Israel.
Dicha cantidad permitiría satisfacer durante años las necesidades eléctricas de la Franja, y además exportar al extranjero pero su explotación requería el acuerdo a tres bandas entre Israel, Hamas y la ANP pero tras la invasión de Gaza por Israel, Netanyahu habría decidido asumir el control de las ruta marítimas y la exploración de las reservas de gas gazatíes que quedarían integrados en las instalaciones en alta mar de Israel.
El objetivo confeso sería convertir a Israel en un nodo clave para el suministro de combustible fósil a través de gaseoductos conectados al continente europeo desde los yacimientos de Tamar y de Leviatán, de lo que sería paradigma el hecho de que obviando el Derecho Internacional y antes incluso de iniciar la invasión de la Granja de Gaza, Netanyahu concedió 12 licencias a seis empresas para explorar y descubrir campos adicionales de gas natural en alta mar.
El siguiente objetivo anglo-judío sería proceder a la construcción del Canal Ben Gurion, proyecto que lleva el nombre del padre fundador del régimen de Israel, David Ben Gurion y que fue concebido a finales de la década de 1960 con miras a crear una ruta alternativa al canal de Suez, la principal ruta marítima que conecta Europa y Asia y que de esta forma quedaría bajo control judio- estadounidense.
Posteriormente, en la segunda fase de la limpieza étnica emprendida por Israel, asistiremos a la expulsión de la población árabe de Jerusalén Este y a la imparable extensión de asentamientos de colonos israelíes en Cisjordania, quedando Ramala como islote palestino en un océano de colonias israelíes donde languidecerá hasta su muerte un Abbas devenido en mero siervo de Israel.
En consecuencia, la teoría de los dos Estados quedará como una utopía imposible de germinar dada la intransigencia de Israel y Estados Unidos a la hora de negociar una paz duradera que lleve implícito el mutuo reconocimiento de los Estados de Israel y de Palestina.