Rusia inunda Europa con sus fertilizantes
Algo está mutando en Europa. Las sanciones que el bloque comunitario ha impuesto a Rusia en el rubro recursos energéticos, han hecho que ya no disfruten de sus precios baratos, que hacía competitivas a sus economías. A cambio, en este escenario Rusia está inundando al continente con sus fertilizantes.
“Los fertilizantes rusos son el nuevo gas”, apuntan preocupados los productores europeos. Y es que en apenas tres años, las importaciones de urea rusa de la Unión Europea se han duplicado, y en el caso particular de Francia, ya importa el 80% de sus necesidades de fertilizantes del país.
Según la patronal europea del sector, “a medida que Rusia regula los precios del gas y los mantiene bajos, ha hecho posible que los fabricantes de fertilizantes rusos rebajen los precios para los productores de la Unión Europea”. En este contexto, el mayor productor de amoníaco de Alemania ha entrado en pánico.
“En estos momentos nos están inundando los fertilizantes de Rusia, que son significativamente más baratos que los nuestros, por la sencilla razón de que ellos pagan una miseria por el gas natural en comparación con nosotros, los productores europeos”, destacó Petr Cingr, director ejecutivo de SKW Stickstoffwerke Piesteritz, el mayor productor de amoníaco de Alemania. Eso sí, no mencionó que esta situación ha sido provocada por el propio Gobierno alemán al sancionar a Rusia.
“Ya los europeos no hablan de globalización, ni de libre comercio, ni de cosas de esas. Ellos en buena medida son altamente responsables de esta situación, porque el hecho de que los fertilizantes rusos sean tan baratos, no es responsabilidad de los productores de urea y de amoníaco de Rusia”, enfatiza el exdiplomático y profesor de la UNAM Héctor Lerín.
Mientras, la industria pesquera de Alaska está perdiendo vigor, pues buena parte de su fuerza se apoyaba en las relaciones comerciales con Rusia. Pero las sanciones de EEUU han cortado esos lazos, y ahora hay firmas del sector que están echando el cerrojo en la fría región estadounidense.
El pasado 19 de agosto, Whittier Seafood, firma proveedora de pescado y marisco, se declaró en bancarrota. Desde su fundación en 2017, esta compañía ha operado una planta de procesamiento de pescado en uno de los mayores entrantes del Golfo de Alaska, denominado Prince William Sound. Allí se pueden encontrar numerosas y exquisitas variedades de salmón, gambas y almejas, aunque buena parte de lo procesado provenía del suministro de Marine Fishing International (MFI), firma hermana de Whittier, a través de firmas pesqueras en aguas rusas, hogar de los mejores cangrejos reyes del mundo. Sin embargo, las sanciones antirrusas han hecho saltar por los aires toda esta cadena de suministro, sumiendo a Whittier Seafood en la bancarrota.
“Lo que le está pasando a Alaska y a los norteamericanos, es lo que les está pasando a los europeos. Esto mismo corresponde a lo que pasó con el tema del gas. Un balazo en el pie, más daños a la economía norteamericana, que por cierto, no está en su mejor momento”, afirma Lerín.