ZP no es intermediario, es el esbirro de Maduro
Hay que decirlo como es, llamar las cosas lo que son, no caer en la trampa del lenguaje de la mentira y las palabras de engañar y denunciar a quien pretende revestir de humanidad la violación de los derechos humanos del pueblo venezolano y el acoso, persecución, amenaza y terror contra el presidente legítimo de Venezuela, como vencedor de las elecciones, por parte de una dictadura y de un sanguinario dictador. Ese es Maduro y su principal valedor, cómplice y esbirro, disfrazado de melifluo salvador, es Zapatero, ex presidente del Gobierno español, en sintonía con el actual, Sánchez, y su coro ministerial.
La dictadura venezolana, sobran los eufemismos ya, impidió primero la presentación como candidata de Corina Machado, la líder de la oposición, y aceptó a Edmundo González, un catedrático y escritor, de 75 años, sin pasado político, confiando en que así conseguiría frenarla. Intento luego yugular su campaña y también la propia votación tanto en el país como donde residen los ya millones de exiliados. No les valió de nada. La derrota electoral fue descomunal, invendible ni haciendo trampas. La decisión, coraje y movilización del pueblo venezolano logró la victoria y demostrar al mundo que con el 73% de las actas electorales que consiguieron documentar su victoria superaba en cuatro millones de votos a los conseguidos por Maduro.
Hasta los gobiernos de la izquierda radical del continente, como Chile, Colombia o Brasil lo reconocieron y exigieron a este que mostrara las actas que avalaran la presunta victoria suya que había hecho proclamar. Ha pasado un mes. No lo ha hecho. La posible falsificación chocaría con las actas verdaderas y no podría pasar un escrutinio con un mínimo rigor y fiabilidad.
La dictadura lo que ha hecho desde entonces es destaparse como tal y desatar la represión, la cárcel, el acoso, la persecución y el asesinato. Sus cómplices mas destacados, Zapatero como gran valedor, aunque hay también de vuelta por allá otro viejo conocido, que durante años sirvió, medro y cobró del régimen, el co-fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero (1), se escondieron y callaron ante el fraude y la atrocidad. Pero no dejaron de tejer y urdir maniobras para apoyar a quien sirven y al que se deben. El exilio del vencedor de las elecciones es su contribución.
Edmundo Gonzalez, que hubo de refugiarse en la embajada de los Paises Bajos, fue sometido a la mayor presión y amenaza, no solo de su libertad, la fiscalía a las órdenes de Maduro (¿a que nos suena?) se apresuró a inventarse cargos, sino contra la seguridad y la vida de su familia. Y en eso ya apareció Zapatero, para cumplir con la misión encomendada y, de acuerdo con Sánchez, ¿lo hablaron en Tenerife?, y el untuoso Albares, forzarlo a aceptar el exilio y sacarlo del país que debía estar ahora presidiendo tras haber ganado en las urnas.
La jugada se completará con la prensa papagaya proclamando la bondad del presunto mediador y la generosidad del usurpador. En eso estamos ya hoy. Y por ello no podemos dejar de decir, que el uno no es sino un esbirro y cómplice del tirano y este un violento y sanguinario dictador y que ambos deberían ser juzgados por un tribunal internacional por delitos de lesa humanidad contra el pueblo venezolano.
Zapatero, cumplida esta misión, está ahora ya en la siguiente y con ello tiene mucho que ver la visita del presidente español a China. Quienes conocen bien la propaganda y estrategias de Pekín me señalan que desde hace ya un tiempo ZP repite por doquier sus consignas y que cada vez está mas en la orbita y expandiendo sus propuestas y doctrinario por todos los foros a los que va. La collera ZP-Sánchez sigue “cazando” junta.
En septiembre de 2008, junto con una docena de periodistas españoles, tuvimos con él un encuentro en Caracas al que asistió en su condición de representante y enviado del gobierno bolivariano y de Chávez en particular. Disfrutaba de despacho en el palacio presidencial.
Don Antonio: Silencio. Estamos en vacaciones. España está “múa” desde el covid y la ruina de Zp, el saqueador de pymes y autónomos y acosador de la clase media. El infierno sería un prémio para todos estos criminales.