Nos toman por tontos
La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, estuvo esta semana en el Senado para, en teoría, explicar el acuerdo al que llegaron con ERC para hacer presidente de la Generalidad al socialista Illa. Como era de esperar no aclaró nada. Se fajó en asegurarnos que es un acuerdo beneficioso para todos y constitucional. Pero, ni una cifra, ni un dato sobre la verdadera repercusión en las cuentas del Estado y, por tanto, en las de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
Montero, desde que se firmó el pacto, se ha afanado en que lo llamemos como lo llamemos no tiene nada que ver ni con el concierto vasco ni con un cupo ni con la llave de la caja. Y sí es, dice, un acuerdo de financiación solidario y beneficioso para el conjunto de los españoles. Sin embargo, rizando el rizo, el pasado viernes la vicepresidenta aseguró que no se le va a ceder a Cataluña la recaudación de todos los impuestos como se nos ha dicho hasta ahora, sino únicamente el IRPF y que el resto, si eso, a partir de 2026.
Supongo que con esta afirmación Montero piensa que nos tranquiliza, que el acuerdo ya no es tan insolidario e inconstitucional. Únicamente se me ocurre que nos toma por tontos y me pregunto a quién quiere engañar. Lo que debería hacer es dejar de hacer juegos malabares y contarle ya a los españoles cual es la verdadera naturaleza del acuerdo firmado con ERC y cómo va a influir en la sanidad, educación o políticas sociales de los ciudadanos que no somos catalanes. También podría ofrecer por fin alguna cifra sobre cuánto va a dejar de ingresar el Estado y cuánto van a dejar de recibir los ciudadanos de las Comunidades que no son Cataluña o por otras razones vascos y navarros. La obligación del Gobierno es convocar ya una Conferencia de Presidentes y hablar de financiación, a no ser que también tengamos que esperar, como parece, a que sus socios independentistas celebren sus congresos en octubre y noviembre, el resto de socios saquen la lista de peticiones para que algo se mueva en España, como ha dicho el propio Sánchez refiriéndose a que no gobiernan en vacío. No hay senda de déficit, ni Presupuestos Generales del Estado, ni financiación. Sí hay amenazas y cuentos para que el presidente siga en La Moncloa.