El último fin de semana de septiembre deja más de 200 llegadas de inmigrantes de forma ilegal a Canarias
Siempre ha habido fronteras, como hay puertas en las casas. El limes diferencia la civilización de la barbarie, como en la antigua Roma. Hay vallas que diferencian la luz de las tinieblas, que distinguen la libertad de la esclavitud.
Nuestro país está siendo asaltado de forma masiva por tierra, mar y aire. Las fronteras no están para pasarlas ilegalmente. Las de España parece que están para lo contrario: para saltarse. Lo dijo el PP con inacostumbrada claridad: si es preciso, y parece que lo es, las Fuerzas Armadas deben pasar a cuestionar la seguridad de ese limes. Los cuerpos y fuerzas de seguridad carecen de recursos legales y material adecuado para hacer frente a la tarea encomendada.
Si alguien quiere proponer que España abra sus fronteras para subvencionar a todos los desheredados del mundo y ofrecerles sanidad y educación gratis que lo diga, pero será tan estúpido como Sánchez. Ni España tiene esa capacidad, como es dramáticamente notorio, pues según UNICEF hay 2,2 millones de niños españoles con desnutrición, ni hay economía que lo sostenga, ni tiene lógica alguna destruir España en aras de los sentimentaloides complejos de culpa de los denominados progres de izquierdas y de derechas.
Estamos hartos de esos progres. La gente sensata está harto de esos irresponsables progres demoledores de nuestra sociedad, frívolos enemigos de nuestra civilización. La gente sensata se ha hartado de los políticos que siguen los dictados de esos progres sin cordura ni ilustración. Los españoles no somos ni responsables, ni mucho menos culpables, de los problemas de las poblaciones de otras naciones. Deben resolver sus problemas, no crearnos a nosotros otros, que ya tenemos bastantes. Cuando el imperio romano relajó su limes, se vino abajo.
La gente sensata está por el sentido común. Las fronteras y las vallas se defienden con las armas, por supuesto, no con mantequilla de Burgos, ni con soflamas de meapilas laicos, casi siempre subvencionados. Con el dinero de otros hacen fiesta los devotos.
Nadie, nunca, debe entrar ilegalmente en España ni en ningún otro pais. Y el que lo intente debe saber a qué se arriesga. Una frontera no es un juego, ni un capricho, ni un coladero, como no lo es la puerta de las casas. Sería ocioso explicar que la fortaleza es siempre, a la postre, más humanitaria, que la compasión peligrosa. Pues una actitud débil incrementa las avalanchas y sus riesgos.
Nos están exportando excedentes de población sociedades atrasadas y subsidiadas, sin cultura del trabajo. Para evitar esta invasión silenciosa, pero de alto riesgo, hay fronteras, hay vallas. Más allá de las fronteras está la barbarie. Las fronteras españolas deben ser impenetrables. A día de hoy es un cachondeo. El felón que vive en la Moncloa lo permite porque cifra la entrada masiva de ilegales en términos electorales.
Más de 300 ilegales este fin de semana
El último fin de semana de septiembre ha dejado más de 200 llegadas de inmigrantes de forma ilegal a las costas españolas, todas ellas a Canarias, según el recuento llevado a cabo por Europa Press.
Así, este lunes dos cayucos con 112 ilegales de origen magrebí y subsahariana han arribado a la isla de El Hierro tras hacer la travesía hasta el archipiélago canario desde algún punto de la costa africana, según han informado fuentes de Salvamento Marítimo y del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 1-1-2.
La primera embarcación fue localizada sobre las siete de la mañana a 6 millas (casi 10 km) al sur de la isla y, tras ser interceptada, fue acompañada hasta el puerto de La Restinga por la salvamar Menkalinan de Salvamento Marítimo, donde estaba desplegado el dispositivo sanitario y de seguridad.
Una vez en tierra, sus 77 ocupantes, entre ellos cuatro mujeres y cinco menores, fueron asistidos por el personal sanitario del SUC, de Atención Primaria y por voluntarios de Cruz Roja. Finalmente, un varón fue trasladado al Hospital Ntra. Sra. de los Reyes con patologías de carácter moderado.
El segundo cayuco, con 35 personas a bordo, fue avistado cerca de las diez de la mañana por el helicóptero del GES que colabora en las labores de búsqueda de los ilegales cuya embarcación volcó en aguas próximas a El Hierro. Salvamento Marítimo salió a su encuentro y procedió a su traslado a La Restinga, donde fueron atendidas sin que hubiera traslados a centros sanitarios.
Igualmente, durante la noche del domingo llegó a Tenerife un cayuco con 81 inmigrantes ilegales a bordo, que arribó por sus propios medios a la Marina de San Miguel, según informó el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad del 112 de Canarias. Los migrantes fueron asistidos por el dispositivo sanitario en la zona, compuesto por personal del Servicio de Urgencias Canario (SUC), Atención Primaria y Cruz Roja.
Asimismo, el sábado llegó a El Hierro un cayuco con 20 ilegales a bordo. Según informó el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 1-1-2, el cayuco fue interceptado por efectivos de Salvamento Marítimo tras ser localizado cerca de la isla. La embarcación fue acompañada al puerto de La Restinga, donde sus ocupantes fueron valorados por los equipos sanitarios de Atención Primaria, Servicio de Urgencias Canario y Cruz Roja.
También el sábado fallecieron nueve inmigrantes y 48 desaparecieron después de que el cayuco con el que trataban de llegar a la isla de El Hierro volcase frente a la costa del municipio de Valverde, según informaron a Europa Press fuentes de Salvamento Marítimo.
Los hechos se produjeron sobre las 00.15 horas, cuando el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 1-1-2 informó al Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Tenerife de que habían recibido una llamada telefónica de un cayuco con 84 personas a bordo que se encontraba al este de la isla de El Hierro.
Los controladores de Salvamento Marítimo activaron de inmediato a la guardamar Concepción Arenal, que localizó un cayuco a 4 millas al sur del puerto de La Estaca que había volcado, cayendo sus ocupantes al mar, logrando rescatar hasta el momento a 27 supervivientes.