La trama Koldo –Ábalos– ahora Sánchez
Todo comenzó como «la trama Koldo» al que Sánchez calificó de «militante socialista ejemplar»; y tan ejemplar que fue el encargado de custodiarle los avales obtenidos para ser candidato a la secretaria general en las Primarias del Congreso Federal del PSOE. El Comité Federal de su partido le había cesado el 1-O de 2016, apenas unos meses antes, para impedirle montara un «Frankenstein» –en lúcida expresión de Pérez Rubalcaba–, y que inexplicablemente –al menos para un partido «normal»– volvía a Ferraz en junio de 2017 y con «mando en plaza».
Además de Koldo, contó con José Luis Ábalos, el militante más destacado que apostó por él desde el primer momento, convirtiéndose en un apoyo decisivo suyo para ganar las primarias, y convertirse a continuación en su mano derecha en el partido. Determinante fue también su actuación para ensamblar el Frankenstein que le llevaría a La Moncloa con 85 escaños, la más baja cifra de diputados obtenidos por el PSOE desde 1977. Y se convirtió en el número 2 «de facto» en el gobierno y el «boss» en Ferraz, lo que da idea de las manos en que se encontraba –y se encuentra– el gobierno de España, ya que completa ese «equipo de gala» Santos Cerdán como sucesor de Ábalos en el PSOE, convertido en el actual embajador plenipotenciario sanchista en Waterloo, para rendir la pleitesía debida a un prófugo de la justicia por haber encabezado como presidente de la Generalitat un golpe de Estado contra el mismo fundamento de la Constitución. Y en cuyas manos ha colocado nada menos que el gobierno de España. Así que la trama Koldo pasó a ser el «caso Ábalos» a medida que la investigación policial y judicial avanzaba, hasta encontrarse a punto de ser investigado por el Tribunal Supremo dada su condición de aforado.
Sánchez le cesó sin dar explicaciones en 2021 -y ahora parece evidente el por qué– pero, pese a ello le mantuvo como candidato a diputado por Valencia en las elecciones generales del 23J. Es decir, que pese a todo lo que se supone sabía del «caso Ábalos», le mantuvo en el Congreso y como presidente de la Comisión de Interior nada menos. Cuando la «trama Ábalos» ha trascendido al conocimiento público, han quedado en evidencia las relaciones, mentiras y ocultamientos en torno a hechos que provocan incluso vergüenza ajena.
Así que ahora ya es el caso o la «trama Sánchez», por afectar a su círculo familiar y de mayor confianza política personal, y a varios ministros de sus diferentes gobiernos, además de Ferraz. Nunca La Moncloa había estado tan cercada por la corrupción y con Aldama ya en prisión.