In memorian Hassan Nasrallah (31 de agosto 1960- 27 de septiembre 2024)
Andrés Palomares.- Israel asesinó al líder espiritual político y carismático de la Resistencia libanesa el viernes 27 de septiembre, utilizando 80 bombas de 1000 kilos que arrasaron seis edificios de apartamentos causando la muerte de cientos de civiles inocentes.
Israel asesinó a Sayyed Hassan Nasrallah (1960-2024) porque se negó a detener los ataques al norte de Israel hasta que los israelíes pusieran fin al genocidio contra los palestinos. Durante el breve alto el fuego israelí, la organización de Nasrallah, Hezbollah, también detuvo sus ataques. Cuando los israelíes reanudaron los combates, también lo hizo Hezbollah.
Nasrallah fue asesinado porque apoyó incansablemente a Palestina. A diferencia de todos los demás líderes árabes, Nasrallah había liderado la lucha contra Israel dos veces, lo que llevó a la derrota de este último: primero, cuando Israel se vio obligado a retirarse del Líbano en 2000, y luego , cuando Israel no pudo derrotar a Hezbollah en 2006. El hombre que derrotó a Israel fue finalmente asesinado el 27 de septiembre de 2024, junto con cientos de sus compatriotas libaneses.
El asesinato de Hassan Nasrallah por el fascista, racista, colonialista, terrorista y genocida estado de Israel (cuando al decir de algunas fuentes, se había acordado secretamente una tregua entre el lider de Hezbollah y la contraparte israelí) significa una gran pérdida y un golpe terrible para la causa de la Humanidad en su lucha contra el mal.
Pero los grandes hombres no mueren nunca del todo, su presencia permanece, su ejemplo perdura, su sombra nos acompaña. Los héroes, los mártires y los santos son inmortales. Sus vidas son un ejemplo, un aviso, un socorro, una ayuda, una mano tendida desde el más allá para afrontar los momentos de peligro y desaliento, una luz en la oscuridad.
Hassan Nasrallah se ha unido a la larga lista del honor, a la inmensa cohorte de hombres que han entregado su existencia a una causa justa. “Su morada está en la eternidad, como lo está el Cedro del Líbano”. Que encuentre reposo y recompensa allí donde ya nos espera.
Su sacrificio no deja indiferente a nadie con el corazón bien puesto, conmueve a los que nos sentimos sus hermanos en humanidad, en la diaria lucha contra el mal. Lamentamos su partida pero le agradecemos su existencia.
Nos inclinamos ante su memoria, su larga e incansable lucha ha sido premiada al final con el martirio reservado a los verdaderos héroes en el altar sagrado de la patria, del bien y de los justos. “Gracias a vosotros cambiaremos el universo y el destino obedecerá”.
Los dementes y criminales talmúdico sionistas y sus miserables y depravados secuaces ríen como hienas y ya sienten la victoria al alcance de sus zarpas. La barbarie sionista morderá una vez más el polvo a manos de sus más acérrimos oponentes.
La Historia pondrá a todos en su lugar el día que ha de llegar, y por encima de las contingencias terrenales y las pruebas del camino nos consuela y reconforta saber que las puertas del Infierno no prevalecerán. Está escrito, y la voluntad satánica de los servidores del mal ni nada de lo que su salvajismo enloquecido tenga pensado llevar a cabo podrá cambiar nada a eso.
¡Gloria al Líbano y a sus héroes invencibles! ¡Gloria a Hezbollah y sus valientes soldados! ¡Gloria a Hassan Nasrallah! “”¡Sois la corona sobre nuestras cabezas!”
Sayed Hassan Nasrallah cuando era un joven activista a principios de los años 1980, en las calles de Beirut.
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La cantante libanesa Julia Boutros le canta a la Resistencia libanesa y homenajea a los combatientes de Hezbollah y a su líder Hassan Nasrallah, en un concierto en Beirut el 28 de abril de 2013, ante un público mayormente cristiano.
Julia Boutros nació en Beirut, Líbano, el 1 de abril de 1968, de padre libanés cristiano ortodoxo y madre armenia palestina.
En este vídeo, ante un público predominantemente cristiano y con la presencia en primera fila del ex presidente cristiano maronita del Líbano, general Michel Aoun, Julia Boutros interpreta en pleno concierto dos títulos que rinden homenaje al movimiento de resistencia musulmán Hezbollah.
El primer tema es “Moukawen” (“Resistencia”), homenaje a los combatientes de Hezbollah que derrotaron al ejército invasor y liberaron el sur del Líbano de las tropas israelíes en 2006.
El concierto se cerró con la canción “Ahibbâ’i” (“Mis bienamados”) cuya letra proviene del texto de una carta de Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah, que envió a los combatientes del sur del Líbano durante el conflicto de julio de 2006 entre Líbano e Israel. Los beneficios de la venta del álbum, que alcanzaron los tres millones de dólares, se entregaron a las familias de las víctimas muertas durante el conflicto.
Primera canción: “Resistencia”
”Nuestra gloria estaba manchada por la humillación y la derrota, cuando el sur (del Líbano) se levantó y resistió. La historia de la dignidad está despierta. Ella escribe historias de triunfos. Soy la encarnación de la palabra voluntad. Mi espada está en el origen de vuestra derrota (Israel), en cada una de nuestras batallas. Todas las almas de mi país abrazan la Resistencia, no se conforman con menos que la gloria. Nunca cederemos a la humillación, nunca nos someteremos. Hemos triunfado a pesar de vuestra agresión. Que el mundo libre vea cómo se hace la gloria de una nación.”
Segunda canción: “Mis bienamados”
“Mis bienamados, he oído vuestro mensaje. El orgullo y la fe resuenan en él. Sois los soldados de Dios en la Tierra. Sois la promesa del futuro. Sois nuestro brazo victorioso. Las luces del alba os han dado nacimiento. Sois más fuertes que los vientos. Mis bienamados. Gracias a vuestro combate liberaremos nuestros prisioneros y nuestros territorios ocupados. Nuestros hogares y nuestro honor serán salvaguardados por vuestra determinación. Sois los garantes de nuestra civilización. Sois el despertar de nuestros valores. Vuestra morada será la eternidad como la del Cedro del Líbano. Sois el estandarte de nuestra nación. Sois nuestros líderes. Sois la corona sobre nuestras cabezas. Sois nuestros jinetes. Sois el estandarte de nuestra nación. Mis bienamados. Me inclino ante la nobleza de vuestro pies. Que es el honor del mismo honor. Esos pies que han reimplantado el honor de nuestro país. Nunca tropecéis ni tembléis. Gracias a vosotros cambiaremos el universo y el destino obedecerá. Gracias a vosotros construiremos un porvenir mejor. Avanzad y sean victoriosos.”