La derechona, de más a menos como las muñecas matrioskas
La división de la derecha fue una de las principales bazas de la izquierda para ganar las elecciones generales. Con la aritmética parlamentaria en la mano, es imposible que la derecha dividida pueda imponerse a la izquierda. Por si no era suficiente, existe una miríada de partiditos cuyos líderes se salieron de Vox al no ver satisfechas sus expectativas. De esos partidos, a no tardar mucho, surgirán deserciones que crearán nuevos partiditos. Nos recuerdan a las muñecas matrioskas, que en su interior albergan una nueva muñeca, y esta a su vez a otra, en un número variable que puede ir desde cinco hasta el número que se desee.
Uno de estos partiditos de nueva creación responde al pomposo nombre de Valores y está liderado por un tal Alfonso Galdón, máxima expresión del talibanismo panocho, un iluminado más obsesionado con evitar la alternancia política en España que en derogar el sanchismo. Valores; es decir, Galdón y cuatro amigos, ha convertido la oposición visceral al aborto en la piedra angular de su discurso político.
El problema es que ese discurso, además de que ya lo representa Vox, da para bien poco. Llegamos tarde para librar esa batalla y la sociedad está demasiado trabajada para revertir ese proceso. Ni siquiera la iglesia lo apoya. Pero ellos siguen erre que erre, ajenos a su irrelevancia social y política.
Nos guste o no, la realidad es que nos llevan muchos años de ingeniería social de ventaja, y las nuevas generaciones aceptan sin resistencia el relativismo moral y los mantras ideológicos del sistema. La conclusión es la de siempre. A Vox lo más que le permiten es un pellizquito de monja a la izquierda y a sus socios separatistas, de cuando en cuando, para mantener las apariencias.
Desde 1945, en la política europea todo está decidido de antemano por quienes no representan la voluntad popular. Nosotros mismos colaboramos en el engaño al generarles a ustedes expectativas de cambio que no son tales. Por ejemplo en el caso de Madrid. Queríamos que ganase Ayuso, sí, pero no porque nos ilusione, sino porque nos cae bien y porque nos pone que le toque los higadillos a la izquierda con su estilo desinhibido. Nos han decepcionado tanto los dirigentes de la derecha que nos conformamos con tan poca cosa como un zasca a Pedro Sánchez o una oración disyuntiva (“Comunismo o libertad”). En el fondo sabemos que con Ayuso o sin ella, la estación sur de Madrid se va a seguir pareciendo más a África que a la capital de un país europeo.
La política es un mercadeo, y ahora los intereses a los que sirven todos no son los de nuestra patria. Es así de triste pero así de cierto. Los que de verdad plantan cara están completamente desactivados, descabezados, desasistidos… Carecemos de verdaderos líderes que sean capaces de ponerse al frente de un verdadero movimiento patriótico, en las antípodas de lo que representan estos cantamañanas.
Sin embargo nuestro escepticismo, nos mantiene la esperanza de que quizás surja algún acontecimiento inesperado que le dé la vuelta a la situación, quién sabe. Mantengamos la fe mientras nos dejen.
Pd.- De Alvise, por cierto, está casi todo dicho. Juzgue el lector por sí mismo, y si encuentran, no ya algo mejor, sino algo que sea práctico para mandar a Sánchez donde nunca debió salir, entonces vótenlo, sea incluso con la nariz tapada.
“…no se puede servir a Dios y al dinero”..(Mateo 6.24) Y dada la evidente elección, , no se puede cumplir lo que Jesús nos manda que es ” Amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo”.( Lucas10, 27), pues, descartado por el antropocentrismo el amor que le debemos a Dios, a continuación la pregunta es :¿amamos al prójimo vomo a nosotros mismos ?. Y la respuesta es No. porque ni siquiera nos amamos a nosotros mismos con la consecuencia, obvia… Leer más »