Irán no debería cometer un error al tomar una medida de represalia en respuesta al reciente ataque israelí, declaró el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin.

El 25 de octubre, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron ataques de precisión contra objetivos militares en Irán en respuesta a los bombardeos iraníes efectuados a principios de este octubre.

“Irán no debería cometer el error de responder a los ataques de Israel, lo que debería marcar el final de estos ataques mutuos”, escribió el jefe del Pentágono en la red social X.

Subrayó que mantuvo conversaciones con su par israelí, Yoav Gallant, para abordar el reciente ataque israelí contra “instalaciones militares en Irán”.

“También subrayé las oportunidades que existen para utilizar la diplomacia para reducir las tensiones en la región, incluso con la liberación de rehenes y un acuerdo de alto al fuego en Gaza y un acuerdo que permita a los civiles a ambos lados de la frontera entre Israel y el Líbano regresar a salvo a sus hogares”, puntualizó Austin.

En la madrugada de este 26 de octubre, el embajador iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, pidió una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad y enfatizó el derecho de Teherán a “una respuesta legítima” de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas.

Las fuerzas de defensa aérea de Irán denunciaron que Israel atacó varios centros militares en las provincias de Teherán, Juzestán e Ilam, causando daños limitados.

Israel también atacó con misiles el sur y el centro de Siria, algunos de los cuales fueron derribados por las defensas aéreas del país árabe.

El 1 de octubre, Irán lanzó decenas de misiles contra el territorio de Israel, en lo que el presidente iraní, Masud Pezeshkián, calificó como una respuesta legítima “en aras de la paz y la seguridad de Irán y la región”. La única víctima mortal de la que informaron algunos medios es un palestino en territorio de Cisjordania.

El ataque del 1 de octubre siguió a ofensivas aéreas y terrestres de Israel contra Hizbulá, poderosa milicia chií del Líbano en la que Teherán ve una de las piezas clave de su Eje de resistencia contra el Estado hebreo en Oriente Medio.