Todos los Santos de auténtico terror en la Historia
Terror, horror y miedo sin disfraz alguno. Aquellos fueron Todos los Santos que superaron cualquier ficción posible. Jornadas de Halloween que aún hoy sobrecogen. El 1 de noviembre cuenta con un oscuro pasado en la Historia.
El 1 de noviembre de 1755, al filo de las 10 de la mañana, un terremoto de al menos 8,5 grados en la escala Richter sacudió Portugal y el sur de España. Era la hora de misa mayor y las iglesias de Lisboa estaban abarrotadas de feligreses. Al primer temblor le siguió otro y por tres veces la ciudad se vio sacudida en cuestión de seis o siete minutos, haciendo estremecer sus cimientos. Muchos no tuvieron tiempo de escapar de los templos donde celebraban el día de Todos los Santos. Se abrieron profundas grietas en las calles, cayeron cornisas sobre los espantados transeúntes que huían de los primeros derrumbes. Los incendios se extendieron por la ciudad, arrasando lo que aún quedaba en pie. En pocos minutos Lisboa, que había amanecido con sol y agradables temperaturas, se convirtió en un auténtico infierno.
El terremoto, con epicentro en el fondo submarino, a unas doscientas millas de la costa del Cabo de San Vicente, originó tres tsunamis que se llevaron por delante la parta baja de la ciudad. «El mar subió de tal modo que muchos barcos fueron arrastrados hasta tierra», relató el marino sueco Fredric Christian Sternleuw, que describió aquel día como «el acontecimiento más trágico que ha podido ver el ojo humano».
Se cree que unos 15.000 lisboetas murieron aquel día, aunque hay fuentes que elevan el número hasta las 100.000 personas.
Olas de 15 metros llegaron hasta las costas de Huelva y Cádiz, cobrándose la vida de unas 2.000 personas. En Cádiz, las murallas soportaron en buena medida la embestida del mar, protegiendo a gran parte de la población, pero todo a su alrededor se vio arrastrado por las aguas. Chiclana, Puerto de Santa María, y Jerez de la Frontera se vieron afectadas por el tsunami, que borró prácticamente del mapa Conil.
En Huelva también se sufrieron los devastadores efectos del terremoto y el tsunami. En Ayamonte hubo más de 1.000 muertos y en Lepe se contabilizaron 400 fallecidos. Aunque toda Andalucía se vio afectada. En Sevilla, multitud de edificios quedaron dañados, entre ellos la Giralda y la Torre del Oro, y en Jaén, las torres de la catedral se agrietaron.
De toda España llegaron informes con daños causados por este terremoto, el más destructivo que ha azotado a la Península hasta la fecha. Aún hoy las heridas que causó son visibles en catedrales y edificios de todo el país.
Los efectos del tsunami llegaron hasta Lagos, Marruecos y Reino Unido y, al otro lado del Atlántico, hasta las costas de América aunque con menos intensidad.
Otro 1 de noviembre, en este caso de 1170, las inundaciones castigaron con dureza la región del Kennemerland, en los Países Bajos. El Mar del Norte superó las dunas que formaban un terraplén natural y, según los Annales d’Egmond, inundó la ciudad de Utrecht. Debido a su baja altitud, las provincias marítimas del norte de los Países Bajos sufrieron grandes inundaciones de origen marino. Entre el siglo XI y finales del XVIII se han documentado más de medio centenar. En esa misma fecha de Todos los Santos, una marejada ciclónica hizo desaparecer varias poblaciones en 1436. Un siglo después, en 1570, los diques de contención cedieron ante el empuje de las olas y el mar arrasó la costa desde Flandes hasta Groningen. El mar se adentró cincuenta kilómetros, arrasando con todo lo que encontró a su paso. Se estima que unas 20.000 personas murieron.
El Consejo de la localidad de Bergen op Zoom había emitido una advertencia «extremadamente alta» por inundación debido a las grandes tormentas de aquellos días, pero no fue atendida. Pueblos enteros desaparecieron bajo el agua en un diluvio que ha pasado a la historia como la Inundación de Todos los Santos de 1570. Decenas de miles de personas se quedaron sin hogar, sin ganado y sin las reservas de comida y pienso para el invierno.
Otra grave inundación se vivió el 1 de noviembre de 1304 en la costa alemana del suroeste del mar Báltico. La marejada ciclónica de aquel día de Todos los Santos dejó 271 muertos y convirtió en isla a Ruden, hasta entonces parte de un puente de tierra entre Usedom y Rügen.
En 1955, otro acontecimiento vivido el 1 de noviembre estremeció en este caso a Estados Unidos. Un avión de United Airlines sufrió una explosión a bordo y se estrelló en Longmont, Colorado. Murieron 44 personas, entre ellas un bebé. Los expertos determinaron que el avión había sufrido un sabotaje. Días después fue detenido Jack Gilbert Graham, acusado de haber colocado una bomba en el avión para matar a su madre y cobrar un seguro de vida. La mujer figuraba en el pasaje del vuelo 629.
Se encontró en su casa y en su automóvil material para fabricar bombas los agentes buscaron en casa y en el automóvil de Graham, encontraron alambre y otras partes para fabricar bombas idénticas a la encontrada en los restos del avión en el garaje. El detenido fue juzgado y ejecutado en la cámara de gas en 1957.
Creemos que los tsunamis son cosas de otros países y de películas, pero el tsunami producido por el terremoto de Lisboa de 1755, y que arrasó las costas de Andalucía ha sido la mayor catástrofe natural sufrida por España.
¿Estamos preparados actualmente para hacer frente a algo así?