El deshonor de huir del lodazal
“Los Reyes, (y Mazón), dan la cara, y Sánchez huye”: éste es el titular. Esa visita tenía que haberse producido antes, pero se produjo, y comenzando en Paiporta, en el epicentro de la catástrofe. Por desgracia, la tensión acumulada desde el martes estalló el domingo. Las imágenes hablan por sí mismas y una vez más valen más que mil palabras, y así hemos podido ver al Rey dando la cara con gran dignidad y entereza hablando con los vecinos –entre ellos no pocos exaltados– rodeados de muerte, fango y desolación. Y la Reina llorando abrazada a una vecina y mostrando empatía con unas personas que vivían el sexto día de una terrible pesadilla.
Al menos, el presidente de la Generalitat valenciana asumió el chaparrón previsible y dio la cara también, tras una gestión de la catástrofe manifiestamente mejorable: «entiendo la indignación social, y por supuesto me quedo a recibirla». Por su parte, el presidente del Gobierno de España salió huyendo del lodazal. Ciertamente había mucho fango en Paiporta, aunque, según dijo después, se trataba de «elementos marginales violentos». La cuestión es que unos «marginales» han provocado su huida de la zona cero de la DANA, abandonando a los Reyes que sí han dado la cara y con gran dignidad. Ya es muy elevada la cifra de víctimas mortales registradas y que convierten a esta tragedia en una de las mayores que se recuerdan, –faltando todavía por aparecer un gran número de desaparecidos– y al dolor hay que sumar el bochorno de que el presidente del Gobierno literalmente huya del escenario central de la tragedia.
Ciertamente Paiporta no era precisamente la India cuando hace una semana Sánchez se sentía henchido de orgullo al creerse jaleado por los hindúes que desconocían quien acompañaba a su aclamado dirigente. La tragedia ha colocado a cada uno en su sitio a los ojos de los españoles y algo ha cambiado en España para la Historia. Jamás podía haberse imaginado nadie una situación como la vivida allí este domingo. La localidad de Paiporta tiene su nombre inscrito en ella por la terrible tragedia vivida –y desgraciadamente todavía no acabada– pero también por el gesto de deshonor de un presidente que abandona a los Reyes y huye ante unos vecinos indignados, que no le reciben como los hindúes.
Hay una frase que pronunció Churchill dirigida al PM Chamberlain cuando pactó con Hitler su anexión de los Sudetes, creyendo haber evitado la guerra: «podía elegir entre el deshonor y la guerra. Ha elegido el deshonor y tendremos también la guerra». Sánchez ha elegido el deshonor de huir de Paiporta y se va a hundir en su lodazal.