Trump arrasa a la «progresía» política global
Los «Tezanos» estadounidenses se han lucido ante la victoria de Trump, que ha arrasado ganando en votos electorales, en voto popular, en la Cámara de Representantes y en el Senado. Todas las encuestas de los oportunos «Tezanos», apuntaban a un empate técnico y con Kamala Harris por encima en voto popular, y han quedado en evidencia.
La «progresía» feminista internacional, representada en los Sánchez de turno, con Ursula Von der Leyen –y su cambio climático de la DANA– como destacada «progre» en la UE, estarán asimilando el punto de inflexión que en la geopolítica global significa esta gran victoria de Trump.
Para darse adecuada cuenta de la magnitud de la misma, basta constatar que sólo existe un precedente en toda la historia de los EE UU, de que un expresidente vuelva a ser elegido tras una derrota anterior: fue con el demócrata Grover Cleveland hace más de un siglo, en 1892.
De momento, todos los mandatarios sin excepción, incluido por supuesto Sánchez, se han apresurado a felicitar al que hasta ahora descalificaban con todo género de calificativos como el «ultraderechista» Donald Trump.
Para España, bajo el gobierno del sanchismo «progresista y feminista» representado por el póker de ases de Errejón, Aldama, Koldo y Ábalos, el regreso de Trump a la Casa Blanca no es precisamente una buena noticia, lo que habrá que seguir de cerca. Aunque el PP no se ha lucido con su secretaria general alabando y apoyando públicamente a Kamala Harris sin tener necesidad alguna de pronunciarse. Ser Kamala una abanderada de la ideología woke, del aborto y la ideología lgtbiq+ no es una seña de identidad muy acorde con el sentir del votante popular medio, un partido con el humanismo cristiano en el ADN ideológico recogido en sus estatutos, aunque no lo parezca.
Por su parte, Vox, alineado claramente con Trump políticamente puede salir reforzado en el nuevo escenario geopolítico europeo y global, al igual que Georgia Meloni y Viktor Orban como es sabido. Lo cierto es que el dogma de la «corrección política» ha tenido un revolcón considerable que habrá que ver cómo se proyecta en la «sociedad de la información» en la que estamos instalados, con los grandes Fondos de inversión mundiales al mando.
En cuanto a las guerras en Ucrania y Oriente Próximo, conviene no olvidar que la mayoría de las guerras, con EEUU implicado en ellas a lo largo de la Historia, se han iniciado bajo administraciones demócratas y han finalizado con administraciones republicanas. Y estas guerras han seguido esa regla, comenzando ambas con Biden en la presidencia, cuando Trump en su anterior mandato no inició ninguna.