Francisco Bueno, historiador y teólogo: “Los mandatarios mexicanos son unos incultos”
José A. Cobo.- En la fecha más importante para la historia mundial, que marcó la unión del Viejo Mundo con el Nuevo Mundo, que se había quedado congelado en el tiempo hasta la Conquista española, el progresismo presiona para quitarle valor histórico y hablar de diversidad.
Un 12 de Octubre pero de 1492, una expedición liderada por Cristóbal Colon al mando, llegaba a la Isla Guananí, en el archipiélago de Las Bahamas. Ninguno de los participantes era consciente sobre lo que estaba ocurriendo. Se dio un choque de civilizaciones tan distintas y una de ellas desconocidas en su totalidad.
El Nuevo Mundo saludaba al Viejo Mundo. A partir de este momento, España sería pionera y se aseguraría un lugar en la Historia, con su afán de expandirse y desarrollar un mundo que había quedado congelado en el tiempo.
El revisionismo histórico llevó a que una generación entera cuestione la importancia y el heroísmo de este hecho, y pida “perdón” abiertamente a los pueblos originarios por los actos cometidos por los conquistadores durante la etapa expansiva de la colonización.
Este pensamiento progresista surge a partir del no entendimiento de la cultura y la vida hace 500 años, y tampoco se tienen en cuenta las costumbres sanguinarias que practicaban los nativos sobre mujeres, especialmente vírgenes, y niños, o los distintos sacrificios humanos documentados en tantos códices donde se incluyen desmembramientos o extracciones del corazón.
La “Conquista” española, con todos sus defectos, civilizó a una población que, vaya a saber uno por qué, en los mismos años de historia que el continente Euroasiático nunca llegó a desarrollarse, quedándose congelado en el tiempo.
La “Conquista” del Nuevo Mundo se ha convertido pues en un acontecimiento no para la reflexión, pero sí para la promoción de la verdad. Eso es lo que promueve desde hace años el teólogo, historiador y escritor Francisco Bueno. El salón de actos de Cortijo la Duquesa (calle duquesa de Parcent – Málaga) será el escenario, hoy viernes día 15, a las 21 horas, de una conferencia de Francisco Bueno sobre “la labor civilizadora de España en América”. La presentación de la charla correrá a cargo del también escritor José A. Cobo Ruiz de Aldana. Una ocasión perfecta para comenzar a plantearse un lugar en el que entendemos la historia, animarnos a incentivar nuestro saber y distinguir sobre la información correcta de la errónea o aquella que tiene un fuerte sesgo progresista. Hemos entrevistado a Francisco Bueno.
P/ ¿Qué opinas sobre la petición de mandatarios mexicanos de qué España pida perdón por la conquista?
Sencillamente que son unos incultos. Si leyeran, sabrían que Cortés llegó a la costa y en su primer contacto, el cacique de Zempoala, le pidió auxilio por las tropelías cometidas por los mexicas, que cada poco venían a por sus riquezas y a por sus hijos para ofrecerlos a sus dioses y comerlos en banquetes rituales después. Continuó su camino y lo mismo ocurrió con los habitantes y caudillos de Tlaxcala, etc., de manera que Cortés conquistó México con un ejército de poco más de cuatrocientos españoles y cien
mil tlaxcaltecas, por ejemplo.
¿Por qué muestras tanto interés por el descubrimiento, conquista y civilización de América?
Porque la considero una de las gestas más importantes de la historia de la humanidad, con el agravante de lo mal que hemos sabido venderlo los españoles, y os pongo solo un ejemplo: en los libros escolares de Italia se afirma sin rubor que
América la descubrieron los italianos Cristóbal Colón y Américo Vespucio.
Cuéntame brevemente cómo fue el descubrimiento.
Cristóbal Colón era un trotamundos descendiente de judíos españoles, que ofreció a los Reyes Católicos ir al Oriente por el Poniente, es decir, llegar a las islas de las especias, no por la ruta portuguesa bordeando África por el Cabo de Buena Esperanza, sino por la que imaginaba más corta, atravesando el Atlántico hasta conseguir las codiciadas especias.
Al llegar a sus Indias soñadas, y para asombrar al personal, tomó oro, diez indios, cuarenta papagayos, muchos gallipavos, patatas, (repito, ¡PATATAS!), maíz y otras muchas cosas desconocidas en España.
Con este cargamento, zarpó, llegando al Puerto de Palos el 15 de enero de 1493.
Los Reyes Católicos estaban en Barcelona, y hacia allí se encaminó Colón. Los soberanos, que imaginaban llegaría cargado de canela, clavo o cilantro, ven que trae indios, e inmediatamente los consideran nuevos infieles a los que convertir a la religión cristiana
y civilizarlos, como estaban haciendo con los musulmanes de Reino de Granada.
¿De qué medios se valieron los reyes para civilizar aquellos inmensos territorios?
Fue una labor gigantesca, en la que se cometieron errores, es verdad, pero el resumen ahí está. Una gesta multidisciplinar, complejísima y enormemente audaz porque se trató de una conquista militar, seguida de la conversión al cristianismo de los nativos,
y asimilarlos en todo a la potencia colonizadora.
Los españoles, al mismo tiempo que exploraban, conquistaban tierras, fundaban ciudades, se mezclaban con mujeres indígenas, enseñaban a los naturales oficios, les instruían en la lengua castellana que pasaría a ser el idioma común hasta hacerlos semejantes a los que acababan de llegar.
En esta labor intervino mucha gente, algunos desde luego con pocos escrúpulos que esclavizaron a los indios, pero este abuso llegó a oídos del rey Fernando, Isabel había muerto, y el rey convocó a teólogos y juristas, proclamando el 27 de diciembre de 1512 las célebres Leyes de Burgos, cuyos dictámenes resumo:
-Fue abolida la esclavitud de los indios.
-El indio tenía naturaleza jurídica de hombre libre, con todos los derechos y obligaciones inherentes a esta condición.
-El indio no podía ser explotado, pero era súbdito y estaba obligado a trabajar para ellos mismos y para la corona.
-El trabajo deberán realizarlo conforme a su constitución física, de forma que lo puedan suportar. Además, han de tener horas de distracción y descanso.
-Los indios deben tener casas propias y han de cultivar la tierra para mantener a sus familias.
-Deben tener comunicación con los cristianos.
Estas leyes fueron un enorme aldabonazo en la conciencia de los conquistadores, suponiendo también la primera Declaración de Derechos Humanos, adelantándose en muchos siglos a la adoptada por la ONU el 10 de diciembre de 1948. De paso, deciros que, en el país más civilizado del mundo, Estados Unidos, abolió la esclavitud a finales del siglo XIX.
También fue algo completamente novedoso el hecho de que una potencia conquistadora pusiera en cuestión su actuación respecto a los conquistados sin que nada externo le impulsara a hacerlo.
La consecuencia fue que jamás en la historia se ha dado una fusión entre pueblos tan diferentes como el español y los habitantes de las tierras recién descubiertas.
Y qué debemos saber acerca de la labor educativa en aquellas tierras.
Fue inmensa. Desde el segundo viaje de Colón en adelante, por orden de los reyes, en cualquier expedición debían ir frailes, con la doble misión de evangelizar y educar. En el siglo XVI llegaron a América 2.782 franciscanos; jesuitas 390 porque su fundación fue más tardía; dominicos 1.579; agustinos 312; mercedarios 312, que sumando los de otras órdenes religiosas, hacen un total de 5.411 religiosos enviados en el siglo XVI. Y si sumamos los de todas las órdenes religiosas llegados hasta el siglo XVIII hacen un total de 15.988 nada menos, que se desparramaron por aquel inmenso territorio para volverlo del revés como un calcetín.
Desgránanos algunas de las cosas que hicieron.
Pongo un par de ejemplos.
Os invito a buscar en internet el número de universidades fundadas por los españoles en la América colonial y el buscador nos da VEINTISEIS. Si esa búsqueda se refiere a las fundadas por ingleses, las primeras aparecen dos siglos después.
La primera universidad se fundó en 1.536 en La Española, la isla actualmente dividida en dos estados, República Dominicana y Haití, y todavía en el siglo XVI, fundaron una en la ciudad de México, otra en Lima, las dos últimas en 1.555. Os podía enumerar el
resto, pero lo dejamos ahí.
¿Hay quien dé más? ¿Os pongo un par de ejemplos?
El inglés Francis Drake, enviado por la reina Isabel I de Inglaterra, saqueó La Española, en el año 1585 arrasó la isla durante un mes llevándose hasta las campanas de las iglesias.
Los portugueses fundaron la primera universidad en Curitiba, Brasil, en el año 1912. Hasta entonces, si alguien quería estudiar debía ir a Coimbra.
A la pregunta de por qué esa enorme diferencia, mi respuesta es que los españoles veníamos de una reconquista territorial, religiosa y también cultural. Fue necesario cambiar la España musulmana, darle una cultura diferente, llevarla a una religión diferente, y eso continuaron haciendo nuestros antepasados en las Indias.
La labor de los simples frailes fue inmensa. Los primeros llegaron a La Española, luego a México a petición de Cortés, que escribía continuamente al emperador para contarle sus éxitos y demandarle frailes que les llevaran el cristianismo y la civilización a aquellas gentes. Fueron humildes franciscanos que debían caminar a pie cuatrocientos kilómetros desde Veracruz hasta la ciudad de México, adonde llegaban con los hábitos hechos girones.
Su labor educativa fue inmensa porque a ellos se debe la primera escuela europea en el Nuevo Mundo. Además de catequizar, aquello fue una especie de escuela de artes y oficios porque enseñándoles a leer, escribir, carpintería, zapatería, herrería, les enseñaban a cantar, a usar instrumentos musicales y muchas cosas más.
Cuéntanos algo sobre lo que podríamos llamar Obras Públicas.
Solamente tres cosas, aunque podría añadir muchas más.
1.- Buscad en internet el Acueducto del Padre Tembleque.
Resulta que un humilde fraile natural de Tembleque, vio que su convento y su pueblo carecían de agua, mientras los de un pueblo cercano la tenían en abundancia. Pues tuvo los redaños de poner de acuerdo a donante y receptor, para enseguida diseñar primero y ejecutar después un acueducto de 48 kilómetros entre el lugar de captación hasta Otumba.
En cuanto a las técnicas de construcción, eran europeas y mexicanas a un tiempo, por tanto, mestizaje tecnológico, con el resultado de una obra admirable, con capacidad para suministrar 7.759 metros cúbicos de agua diarios.
Los técnicos, aún hoy, la consideran muy segura, y según la revista Arqueología Mexicana, la obra mestiza más importante de América.
Para terminar, decir que, en junio de 2015, el Acueducto del Padre Tembleque fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, cosa que resalta el diario mexicano El Universal, y en su número de 22 de enero de 2018 afirma textualmente: ACUEDUCTO DEL PADRE TEMBLEQUE. UN IMPONENTE MONUMENTO QUE MÉXICO REGALA AL MUNDO.
¡Hombre! ¿No sería más adecuado decir que el Padre Tembleque regaló a México y al mundo un imponente monumento? Un recuerdo sí que se hubieran merecido el modesto pueblo de Tembleque y el célebre fraile franciscano que, en mi opinión, merece un monumento.
2.- En 1.502 llegó a Veracruz un humilde aldeano gallego, analfabeto por más señas, que en su terruño había trabajado como arriero. Desde Veracruz emprendió el largo camino de cuatrocientos kilómetros que lo separaban de la ciudad de México, observando en el trayecto que no existían animales de carga, porque los nativos, en filas de a uno, transportaban a hombros toda clase de mercancía.
Como el trayecto era larguísimo, hizo una parada en un villorrio de nada recién fundado, que con el tiempo sería la enorme ciudad de Puebla. Y al pasear por sus calles, observaba mulos y bueyes recién traídos de España, que pacían felices en aquella exuberante
vegetación.
Este panorama le llevó a pensar en domesticar aquellos animales, fabricar ruedas y carretas desconocidas en México a fin de hacer la vida más agradable a los paisanos, y al terminar su tarea se dio cuenta de que los indios porteadores lo hacían por caminos de cabras. Pues con sus fuerzas de campesino gallego, abrió caminos hasta ver sus carretas a pleno rendimiento, y nuestro analfabeto gallego se encontró con un negocio boyante y forrado de dinero.
Pues ahí lo tienes. Dos impresionantes Obras Públicas ejecutadas por aldeanos semianalfabetos. ¿Os cuento la tercera? Ahí va.
3.- Os decía que el lugar de llegada de los buques, Veracruz, distaba de la ciudad de México cuatrocientos kilómetros, que debían recorrer multitud de españoles cargados hasta arriba de impedimenta, y reclamaban insistentemente un lugar intermedio donde tomar un respiro haciendo parada y fonda.
Ese clamor llegó hasta el virrey Antonio de Mendoza y Pacheco, por cierto, criado en la Alhambra al ser hijo del marqués de Mondéjar, primer gobernador y capitán general de Granada. Pues ¿a quién creéis hizo el encargo? No habéis acertado. Encargó semejante proyecto a uno de los primeros frailes que llegaron a México, el famoso Motolinía, apodo que le pusieron los indios, y en su idioma significa pobre de solemnidad porque llegó con los pies ensangrentados y los hábitos hechos girones.
El fraile escogió el lugar, cuenta la leyenda que un ángel le entregó el plano de la futura ciudad, que fue creciendo hasta convertirse en una gran urbe de más de un millón y medio de habitantes, con un diseño de ciudad andaluza, que hoy cuenta con una monumental catedral, iglesias increíbles que en nada envidian a las españolas, y con una de las bibliotecas más importantes y bellas de América, todo esto diseñado y ejecutado por españoles.
Por cierto, que nuestro Motolinía le puso por nombre Puebla de los Ángeles, y siglos después, cosas de la política, lo cambiaron por Puebla de Zaragoza.
Podría seguir porque hay materia para rato, como la civilización del Perú, las Reducciones del Paraguay, o las gestas de los monjes en California, pero lo dejamos aquí para no cansar.
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