Sánchez recuerda los 50 años de la muerte de Franco
El 20 de noviembre de 1975 fallecía el jefe del Estado Francisco Franco en Madrid y en la Residencia de la Seguridad Social La Paz, y el actual inquilino de La Moncloa quiere conmemorar el año próximo los 50 años transcurridos desde entonces como un «gran acontecimiento».
Lo pretende siguiendo su estrategia de radicalización y división de la sociedad española en dos grandes bloques, resucitando las «dos Españas» enfrentadas entre sí y que llevaron a la Guerra Civil. El sanchismo es el siguiente Frente Popular a aquel que desapareció hace 85 años tras su derrota militar en 1939. Y lo pretende justificar con su «progresista» Gobierno que considera necesario para evitar la victoria de la «ultraderecha».
En definitiva, es romper totalmente con el «espíritu de la Transición», basado en el reencuentro y la reconciliación cuyo fruto fue la actual Constitución «de la concordia».
Con su actuación desde 2018, el sanchismo político ya está en la Historia de España como un capítulo negro del socialismo heredero de aquel PSOE que con el «Lenin español», Largo Caballero al frente, protagonizó los mayores desastres de la Segunda República. Con razón, un nada sospechoso de franquista, sino todo lo contrario, Salvador de Madariaga, diplomático, escritor, académico y liberal escribió, que con el golpe de Estado revolucionario de 1934 que ocasionó miles de muertos: «la izquierda perdió hasta la sombra de autoridad para criticar la rebelión de 1936».
El nefasto Frente Popular accedió al Gobierno por medio de un pucherazo electoral en febrero de 1936 y la cadena de crímenes y asesinatos desencadenados, precipitó la Guerra Civil cinco meses después. Es oportuno recordar su detonante, lo sucedido la madrugada del lunes 13 de julio de 1936 con el asesinato de José Calvo Sotelo, que era el jefe de la facción parlamentaria de la derecha monárquica en el Congreso. Detenido con engaño en su domicilio por una patrulla de la Guardia de Asalto del gobierno republicano, que lo ejecutó en el furgón policial y lo tiró dejándolo abandonado.
Este proyecto sanchista para 2025, es un ejemplo palmario del objetivo de acabar con el vigente régimen constitucional y con la Monarquía parlamentaria para dar paso a su añorada «Tercera República», que sería la hecatombe para España. «No hay dos sin tres» dice el refrán y tras los terribles fracasos de las precedentes y con los mismos componentes ideológicos –en su actual versión– que los de las dos anteriores, su dramático fracaso estaría asegurado. Culminaría la obra para la que le colocaron y le mantienen en el gobierno los representantes de la «anti España», que la quieren destruir porque la odian. Pero que no lo conseguirán.