El Foro Económico Mundial quiere acabar con la Navidad
Es una prueba evidente la voluntad de determinados poderes de este mundo, de apartar de nuestra sociedad al Dios de los cristianos. En el que creemos que es el único y verdadero Dios, un solo Dios en tres Personas Divinas, que no son tres dioses sino solo Uno. Y que la Segunda persona de esa Trinidad Santísima, se hizo hombre encarnándose en el seno virginal de María. Lo hizo para redimirnos de la esclavitud del pecado cometido por nuestros primeros padres y que contaminó nuestra naturaleza humana salida inmortal de las manos del Creador.
Precisamente en estos días conmemoramos ese acontecimiento que estableció un antes y un después en la Historia de la humanidad hace unos 2024 años. Esa voluntad descristianizadora del «príncipe de este mundo» está narrada en la Sagrada Escritura y en numerosos testimonios de revelaciones de la Virgen María, en especial desde la revolución francesa hasta nuestros días. Los seguidores de ese «príncipe» no son pocos, ya que les promete «el poder de este mundo» como intentó con Jesucristo en una de las tres tentaciones que recogen los evangelios. Uno de los ataques más evidentes en los actuales tiempos, se concentra en intentar convertir significativas fiestas Cristianas en meros festejos mundanos, e incluso en transformarlos en fiestas satánicas, como sucede con la de «Todos los Santos» convertida en «Halloween» donde de manera inconsciente se le rinde culto a él.
Las ceremonias de inauguración y clausura de los recientes JJOO de París fueron ceremonias de estas características así como incluso algunos aspectos de la ceremonia inaugural nada menos que de Notre Dame, la catedral de París. España no es ajena a esos ataques sino todo lo contrario, dada nuestra identidad histórica y nacional que está estrechamente unida al Cristianismo. Por ello los poderes de este mundo quieren destruirla por su papel en la evangelización de la porción más importante de la Iglesia actualmente, la América Hispana.
Ahora, la Navidad la quieren convertir en una mera fiesta pagana, impidiendo la devoción popular prohibiendo Belenes y otros símbolos religiosos propios de este tiempo. El Foro Económico Mundial con Klaus Schwab al frente, pretende incluso que deje de celebrarse con la luminosidad característica y reducir la recepción de alimentos para rebajar la producción de carbono en la atmósfera, exigencias de los dogmas de su religión climática.
Importante es que el Rey haya hecho en su discurso Navideño, hincapié en el «bien común» concepto y valor desaparecido del discurso político en la actualidad y que es propio de la doctrina social de la Iglesia. Cristianismo, que por cierto también debería estar presente en discursos de estas fechas.