Restaurando la conexión del hombre con lo divino: A propósito de la reapertura de la catedral de Notre Dame
Fuente: Minghui en EE.UU (extracto) La catedral de Notre Dame tiene más de 800 años de historia. Este monumento emblemático de París, patrimonio cultural de fama mundial y orgullo de Francia, reabrió sus puertas el 7 de diciembre de 2024. Las actividades continuaron durante varios días para celebrar la restauración de la antigua catedral después de que fuera dañada por un incendio el 15 de abril de 2019.
Esta antigua iglesia gótica ha sostenido la civilización cristiana europea, el anhelo de la humanidad por los dioses y la fe recta, y la historia de la humanidad durante más de ocho siglos. Sobrevivió a numerosos desastres, como si contara con ayuda divina, incluida la Revolución Francesa, el levantamiento de la Comuna de París y la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en abril de 2019 estuvo a punto de ser destruida por un incendio en tiempos de paz. Con su gran reapertura, quizás podamos pararnos a pensar por qué París sigue en pie y qué podemos aprender de las artes tradicionales.
Notre Dame sobrevivió a la artillería implacable y a los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial
El héroe nacional francés, el mariscal Pétain, firmó un armisticio con los alemanes y salvó a París de la devastación de la guerra.
El mariscal de campo y estratega militar francés Henri Philippe Pétain nació en el seno de una familia católica de agricultores del norte de Francia en 1856 y más tarde fue Comandante en Jefe del ejército francés durante la Primera Guerra Mundial contra el Imperio Alemán. En lugar de centrarse en grandes ofensivas, abogó por la supresión de artillería a gran escala y lanzó una serie de ofensivas de coste relativamente bajo para debilitar a las tropas activas del enemigo. A menudo acudía al frente para escuchar las opiniones de los soldados y se esforzaba por mejorar sus condiciones de vida. Su destacada actuación en la batalla de Verdún le valió el honor de «el León de Verdún» y se convirtió en un héroe nacional en Francia.
En mayo de 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi derrotó a Francia, Bélgica, Holanda y algunos otros países con una estrategia de «guerra relámpago». En el momento de la crisis nacional, Pétain fue nombrado Primer Ministro de Francia, ya que el pueblo francés esperaba que su antiguo héroe recuperara su gloria y salvara a Francia de la destrucción. Sin embargo, en contraste con las esperanzas y expectativas de la nación, el mariscal Pétain inició las negociaciones de paz con Alemania nada más acceder al cargo. Firmó un armisticio el 22 de junio de 1940, que libró a París, famosa ciudad rica en cultura y arte, de la devastación de la guerra.
El general Dietrich von Choltitz, «destructor de ciudades», se rindió a los aliados y dejó de bombardear París.
La forma en que la Alemania nazi se retiró de París hacia el final de la Segunda Guerra Mundial también fue bastante dramática y fuera de lo común.
En agosto de 1944, cuando Hitler preveía su derrota, envió al general Dietrich von Choltitz a guarnecer París, para defender la ciudad o destruirla. El General era conocido por su estricta ejecución de las órdenes y fue apodado «Destructor de Ciudades».
París se llenó de explosivos, e incluso los torpedos de los submarinos se descargaron y apilaron en los puentes del Sena. Sin embargo, en el último momento, Choltitz decidió rendirse a los Aliados y no cumplió la orden de Hitler de destruir París. Dejó la ciudad intacta en manos de los aliados y, una vez más, París escapó a una catástrofe inminente.
¿Por qué el mariscal Pétain, héroe nacional que defendió el territorio francés a toda costa en la Primera Guerra Mundial, optó por firmar un armisticio con los agresores alemanes sin luchar en 1940 durante la Segunda Guerra Mundial?
Del mismo modo, ¿por qué Choltitz, un despiadado general alemán que destruyó innumerables ciudades antiguas en Europa, arriesgó su vida para desafiar las órdenes de Hitler y entregar París a los Aliados? Podría haber convertido París en escombros en un instante, pero cambió de opinión en el último momento y mantuvo a París intacta.
Restableciendo la conexión del hombre con lo divino
Por otra parte, también merece la pena detenerse a pensar por qué París se salvó en tiempos de guerra y, sin embargo, una famosa catedral fue devastada por un incendio en tiempos de paz.
Para reflexionar sobre nosotros mismos, cuando visitamos la catedral de Notre Dame, ¿cuántos de nosotros vamos allí para venerar realmente las reliquias de la pasión de Cristo con un corazón devoto? ¿Cuánto apreciamos con respeto y admiración los murales impregnados de divinidad? ¿Buscamos las huellas de los dioses y el recuerdo del cielo con un corazón bondadoso, o simplemente tratamos la visita como un lugar turístico comercial más de los tiempos modernos?
Los medios de comunicación mencionan cuánto dinero se gastó en la reconstrucción de la catedral y cuántos millones de turistas atrae cada año. Cuando la catedral sagrada se utiliza como atracción turística y lugar para ganar dinero, y cuando el interminable flujo de turistas ya no reverencia lo divino en sus corazones, ¿cómo pueden los seres humanos no cometer actos blasfemos, creando así un yeli y profanando la catedral sagrada?
Los dioses siempre han cuidado y protegido a los humanos, y les han dejado las artes ortodoxas tradicionales. París permaneció intacta y la catedral de Notre Dame fue restaurada para que la gente pueda mantener una fe inquebrantable en los dioses y regresar a los reinos superiores al final. Pero nosotros, como seres humanos, tenemos que pensar en la razón más profunda del incendio de la catedral.