Letizia alquilaba coches a nombre de amigas para viajar de incógnito a Suiza
Durante años, la vida privada de la reina Letizia ha sido motivo de especulaciones y rumores. No obstante, recientemente se han revelado ciertos detalles, desvelando las sofisticadas tácticas que empleaba para preservar su privacidad sin alteraciones.
Uno de los capítulos más destacados es el que relata sus viajes secretos a Suiza, lugar en el que se encontraba con Jaime del Burgo, quien, además, estaba comprometido con Telma Ortiz, hermana de la reina.
Viajes clandestinos y estrategias bien calculadas
Letizia, consciente del constante escrutinio al que se encontraba expuesta, elaboró un método detallado para viajar sin dejar huella. De acuerdo con fuentes próximas, la reina rentaba vehículos a nombre de amigas íntimas, quienes proporcionaban sus datos para prevenir que su identidad se registrara en ninguna base de datos. Este sistema le brindaba la libertad de desplazarse, particularmente en viajes extensos por carretera entre España y Suiza.
El destino final de estos viajes siempre era el mismo: encuentros discretos con Jaime del Burgo en hoteles de alta gama o residencias privadas alejadas de los focos de prensa. Las amigas fieles de Letizia desempeñaban un papel crucial en esta red de privacidad, asumiendo riesgos para salvaguardar la privacidad de la reina.
Una relación envuelta en secretos
El lazo entre Letizia y Jaime del Burgo no se limitaba a ser una amistad tradicional. Del Burgo, que también ejerció como letrado en el matrimonio real, sostenía una relación personal muy estrecha con la reina. Lo más conmovedor de este relato es que, en esa época, Jaime contrajo matrimonio con Telma Ortiz, hermana de Letizia. No obstante, según ciertas fuentes, su vínculo con Telma no era más que un maquillaje para distraer la atención de lo que verdaderamente ocurría entre él y la reina.
Las excursiones de Letizia a Suiza se prolongaban por días, cubriendo obligaciones personales o incluso de carácter institucional. Por otro lado, Telma parecía mantenerse alejada de esta circunstancia, permitiendo que la relación entre su esposo y su hermana continuara sin obstáculos. Las reuniones en Suiza se organizaban meticulosamente y, aparentemente, la relación entre Letizia y Del Burgo superaba cualquier tipo de frontera tradicional.
Aunque Letizia intentaba guardar estos viajes y encuentros en secreto, los rumores empezaron a propagarse en algunos círculos de la alta sociedad. El silencio comprensivo de su entorno próximo impidió, por años, que la verdad emergiera. No obstante, con el transcurso del tiempo, algunas partes del enigma han comenzado a ajustarse.
Hoy en día, esta historia continúa provocando polémica y curiosidad. Los desplazamientos de Letizia a Suiza, los vehículos rentados a nombre de amigas y su vínculo con Jaime del Burgo constituyen un episodio sombrío y cautivador de la reciente historia de la monarquía española. Un capítulo en el que la sutileza y la fidelidad desempeñaron un rol esencial para preservar las apariencias en un contexto caracterizado por el secreto y la intriga.
Fuente: Don Balón