Sánchez aforó a su jefe de Gabinete un mes antes de que el Supremo abriera causa contra el fiscal
El ministro para la Transformación Digital y líder del PSOE de Madrid se permitió ayer una chanza en su respuesta a Isabel Díaz Ayuso, que había denunciado un Watergate contra ella. «Aquí el único Watergate de pacotilla es el del señor (Miguel Ángel) Rodríguez. Watergate mezclado con whiskies de marca. Y yo no diría que es un Watergate, sino un whiskygate», afirmó.
Óscar López trataba de desviar la atención nuevamente hacia la Puerta del Sol, sede de la Comunidad de Madrid. Es consciente de que él más que nadie tiene el foco encima después de que el juez Ángel Luis Hurtado señalara a la Presidencia del Gobierno como partícipe del presunto delito de revelación de secretos por el que investiga al fiscal general del Estado.
López era jefe de Gabinete de Pedro Sánchez cuando sucedieron los hechos, entre el 12 y el 14 de marzo del año pasado. Y su jefa de Gabinete era, a su vez, Pilar Sánchez Acera, la que la mañana del 14 de marzo envió a Juan Lobato —entonces secretario general del PSOE-M— el email confidencial de la defensa del novio de Ayuso al fiscal de su caso. Quería que aquella mañana lo usara en la sesión de control al Gobierno madrileño en la Asamblea regional.
Se da la circunstancia de que el presidente aseguró el aforamiento a su mano derecha, López, el pasado mes de septiembre, cuando Sánchez ya barruntaba que el Supremo abriría causa contra Álvaro García Ortiz. De hecho, el 15 de julio, el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Francisco José Goyena había elevado una exposición razonada al alto tribunal para que así lo hiciera, por revelación de secretos. Finalmente, la Sala de lo Penal del Supremo acordó por unanimidad abrir causa el 16 de octubre.
Sánchez aforó a López al nombrarlo ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública contra pronóstico, en sustitución de José Luis Escrivá, designado gobernador del Banco de España. López no entraba en las quinielas, pero resultó el elegido.
El jefe de Gabinete de la Presidencia tiene rango de secretario de Estado. Sin embargo, la ley no incluye a los secretarios de Estado entre los cargos aforados ante el Tribunal Supremo. El artículo 57 de la Ley Orgánica del Poder Judicial señala que la Sala de lo Penal del Supremo conocerá de la instrucción y enjuiciamiento de las causas contra el presidente y los miembros del Gobierno, sin mayor concreción. Pero la Ley del Gobierno, que data de 1997, sí acota quiénes forman el Gobierno: «Se compone del Presidente, del Vicepresidente o Vicepresidentes, en su caso, y de los Ministros». Por tanto, López no fue aforado hasta que tomó posesión y su nombramiento fue publicado en el BOE, el 6 de septiembre.
Oficialmente, el Gobierno rechaza que el entonces jefe de Gabinete de Sánchez y ahora ministro y líder del PSOE-M pueda acabar imputado. No obstante, Hurtado va cerrando el cerco, pero no la lista de nombres. De hecho, en su auto del lunes extendió la condición de investigado al teniente fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado, Diego Villafañe Díez, que hasta entonces no estaba imputado.
La portavoz del Gobierno retó ayer al instructor del caso del fiscal a que pruebe que la Moncloa estuvo implicada en un delito de revelación de secretos. El borrado del teléfono de García Ortiz complica que la UCO pueda atar uno de los cabos que quedan sueltos: quién fue el interlocutor del Gabinete de la Presidencia con la Fiscalía General del Estado. En su escrito, el juez lo narra así, sin personalizar: «Llegado a Presidencia del Gobierno —el email—, se puso a disposición del testigo Juan Lobato Gandarias, portavoz del Grupo Socialista de la Asamblea de Madrid, al objeto de que hiciera uso de él, con una clara finalidad política, en la intervención que tendría la mañana del día 14 en el Pleno dicha Asamblea».
«Me va a permitir que no opine o no valore elucubraciones, porque son elucubraciones. No hay ninguna base documental. Estamos en un Estado de derecho y las afirmaciones se tienen que sustentar en indicios, y aquí no los hay. Por tanto, me permitirá que no valore elucubraciones», respondió este martes Pilar Alegría a Hurtado.