¿Votar contra nuestros votantes?
Edurne Uriarte.- Entre las críticas a la decisión del PP de votar Sí al nuevo decreto minibús, Lupe Sánchez escribía lo siguiente en su cuenta de X: «El PP haciendo oposición a sus votantes. Dramático». Pues he ahí precisamente el dato que muchos analistas críticos han minusvalorado u olvidado totalmente, querida Lupe. Que es precisamente la composición de los votantes, y muy especialmente los votantes del PP, a los que se debe en primer término este partido, como cualquier otro.
A muchos se les ha olvidado que en España hay casi diez millones de pensionistas. Y que esos casi diez millones van a suponer aproximadamente el 30 % de los votantes en las próximas elecciones. ¿Y saben ustedes a qué partido piensan votar en primer lugar los pensionistas? Pues sí, en efecto, al PP. Según el Polibarómetro de enero del Instituto Dym, un 30 % de los pensionistas tiene intención de votar al PP, frente al 24 % que lo hará por el PSOE y el 7,2 % que lo hará por Vox. Es decir, que casi tres millones de pensionistas tienen intención de votar al PP. Y, ciertamente, todos ellos están por la revalorización, aunque se tengan que tragar el palacete del PNV. Por no hablar de los afectados por el dana y las medidas sobre transporte. Por lo que difícilmente se puede afirmar que el PP «va a hacer oposición a sus votantes».
¿Y el resto de votantes del PP? El resto quiere ganar las elecciones. Y eso implica, entre otras cosas, no caer en las trampas del adversario, como esta de meter el palacete en el decreto minibús para provocar el voto en contra del PP a un decreto cuya aprobación ya había logrado con Junts, y pasar así los próximos dos años, o lo que dure la legislatura, haciendo propaganda con el supuesto peligro del PP para los pensionistas. Hacer batalla de las ideas es igualmente hacer batalla del relato y de las palabras. Y sin dominio del relato y de los conceptos de poco sirve la batalla de las ideas.
Parece que se nos ha olvidado muy rápido lo que ocurrió en la última semana de la campaña de las elecciones de 2023. Cuando el PSOE, con Silvia Intxaurrondo al frente, hizo aquella brutal campaña contra Feijóo a cuenta de las pensiones. Algunos piensan, y yo estoy de acuerdo, que esa campaña fue clave para que el PP no alcanzara los votos suficientes para una investidura viable. Por eso están tan enfadados los ministros estos días por la decisión del PP del votar Sí al decreto. Como si les hubieran quitado de la boca el caramelo que estaban a punto de saborear en forma de la nueva campaña del «PP contra los pensionistas». Me imagino también el disgusto de Silvia Intxaurrondo, su propagandista estrella para este y otros asuntos.
Y es que la batalla de las ideas, de la que soy firme defensora, necesita de gobiernos que lleven las ideas a la práctica. Y es en este punto donde muchas veces colisionan los caminos de los políticos y de los intelectuales y periodistas. Los segundos apuestan en numerosas ocasiones por la belleza y la perfección de la idea, mientras que los primeros tienen que pensar en la complejidad de los votantes, para que la bella idea pueda llegar a algún sitio, aunque sea a medias. Y para eso los políticos tienen que ganar las elecciones.