Richard Gere, “woke” de Honor: mitin en los Goya, mansión en La Moraleja y rezos budistas en Madrid
Richard Gere, el icónico actor y activista de mirada compasiva y fortuna colosal, el admirado protagonista de «Pretty Woman» y «Oficial y caballero», se encuentra una vez más en el ojo del huracán. A sus 75 años ha decidido dejar atrás las frondosas colinas de Connecticut para establecerse en la siempre vibrante Madrid junto a su esposa, la empresaria y también activista española Alejandra Silva, y sus hijos. Una mudanza que, en otros tiempos, podría haber sido una nota de sociedad más, pero que en la era de la opinión implacable ha despertado un encendido debate sobre la coherencia entre su activismo humanitario y un lujoso estilo de vida después de su encendido discurso ecologista en los Goya que abrió un gran debate en las redes.
La propiedad que Gere dejó atrás no era cualquier residencia: una mansión de ensueño en New Canaan adquirida en 2022 por 10,8 millones de dólares. Una joya arquitectónica diseñada en 1938 por Harold R. Sleeper, de estilo colonial inglés, que alberga seis habitaciones, once baños, tres chimeneas y una majestuosa escalera de caracol que llevaba a los dormitorios principales. Un refugio de casi 13 hectáreas, con una cabaña independiente que en su día sirvió de estudio de grabación para el legendario Paul Simon. Todo enmarcado por jardines perfectamente cuidados, una piscina reluciente, senderos boscosos y un estanque natural que parece sacado de un cuadro impresionista. Sin embargo, en noviembre de 2024, Gere vendió la propiedad por 10,75 millones de dólares, una ligera pérdida financiera que para un actor con una fortuna estimada en cientos de millones, resulta poco más que un pequeño traspié.
El cambio de residencia, sin embargo, no fue simplemente una mudanza: fue una declaración. Su nuevo hogar en Madrid es una mansión de 800 metros cuadrados emplazada en una de las urbanizaciones más exclusivas de la capital española. Ocho habitaciones, seis baños, gimnasio privado, piscina, un extenso jardín. Y, por supuesto, muros de cuatro metros de altura (los ha elevado) y un sofisticado sistema de videovigilancia. Porque, aunque Gere sea un ferviente defensor de los más desfavorecidos, también comprende la importancia de la privacidad y la seguridad.
Sostenibilidad y progresía
Gere recibió el Goya Internacional en una gala que, entre otras cosas, se destacó por su discurso en favor de la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. No pasó mucho tiempo antes de que aparecieran imágenes de Gere y su esposa a bordo de un jet privado después de la ceremonia, un lujo y un gasto energético que, según muchos, desentonaba con el espíritu ecológico de la noche. «Predicar la austeridad desde las alturas», murmuraban en redes, mientras otros recordaban que la contaminación de un solo vuelo privado equivale a lo que un ciudadano medio genera en varios meses.
Pero Gere no solo ha despertado reacciones en el tema ambiental. Durante su discurso en los Goya lanzó dardos políticos al calificar a Donald Trump de «matón» y lamentar la influencia de los multimillonarios en la política estadounidense. Para algunos, palabras valientes; para otros, una hipocresía monumental proveniente de alguien que ha amasado una fortuna gracias a la industria del entretenimiento.
Asimismo, y desde hace décadas, Gere ha abrazado el budismo con fervor, convirtiéndose en una de las voces más reconocibles en Occidente en defensa del Tíbet y de la filosofía budista. En 2017, incluso exploró la posibilidad de establecer un centro budista en Madrid, en el inacabado Centro de Creación de las Artes de Alcorcón. El proyecto nunca llegó a materializarse, pero el interés del actor en promover la espiritualidad budista en España es innegable. En 2018, visitó la capital española para asistir a las enseñanzas de su maestro, el lama Zopa Rimpoché, reafirmando su compromiso con una filosofía que predica la sencillez y el desapego.
Pero, ¿es realmente incompatible un compromiso social con un estilo de vida privilegiado? Sus defensores argumentan que no es necesario renunciar a la comodidad para apoyar causas nobles. Que su voz sigue siendo valiosa en la lucha contra la desigualdad, incluso si se proyecta desde una lujosa propiedad con muros infranqueables: «Ninguna voz sobra si busca alcanzar una meta noble».
De La Moraleja a Oleiros
Lo cierto es que cada vez es más habitual ver a Richard Gere en los restaurantes de moda de Madrid, sobre todo, los de La Moraleja, donde reside, en la mencionada mansión de 3,5 millones y donde sus hijos acuden a un elitista colegio. Desayunar en la prohibitiva cafetería Pino o comer en el restaurante Áurea, del laureado Grupo El Paraguas, es lo más común. La Prensa gallega informa que el actor y su esposa, nacida en La Coruña, podrían estar buscando casa en Oleiros, un municipio cercano a Arteixo (mundialmente conocido por ser la capital de Inditex), que tiene la renta más alta de Galicia. La pareja busca una casa con vistas al mar, algo que ofrece la preciosa playa de Santa Cristina (o la de Mera), donde muchos ejecutivos de Zara tienen su vivienda. ¿Serán al final vecinos los Gere de los Ortega? Se avecinan veranos en yate.
La Razón
A este sinvergüenza progre lo metió la mafia globalista en Hollywood, ahora está devolviendo favores con la propaganda al Open Arms y todo lo woke.
En su mansión de 11 millones de euros en la Moraleja cabe la tripulación de varias embarcaciones de los que “rescata” su ONG Open Arms en el Mediterráneo. Mejor vivir con lujo de la mano del filántropo Gere que en barrios pobres ya degradados por millones de sobrevenidos de al sur del Estrecho, degradados para los españoles en sanidad, educación y seguridad, a pesar de las ayudas estatales, merced del maltrecho paga impuestos trabajador español.
En menudo jilipollas woke de mierda se ha con ertido este otrora buen actor,ahora jubilado woke…
Actor para el entertaiment y gracias. Ya no hay “actores”. Lo que se precisa hoy, a la vista de los argumentos de las películas actuales, es ejecutantes que infiltren la ideología de la agenda 2030, sin negar que alguna excepción hay.
Dónde va a parar lo que fué las interpretaciones de los ya históricos Fernando Rey, José Isbert, o Laurence Olivier, Alec Guinness, o Jean Gabin, Gerard Filippe, o Vittorio de Sica, Marcello Mastroianni y Omar Sharif.
El actor Richard Gere estuvo en los Goya y habló del cambio climático. Después regresó al barrio de lujo de la Moraleja de Madrid en avión privado con total descaro y prepotencia sumado a un complejo de superioridad moral progre. Otro desvergonzado que viene a vivir de los españoles con su mujer catalana.