Necesitamos más Europa que nunca, pero no la de los corruptos, mentirosos y tiranos en el poder que representa Sánchez
Tiene razón Pedro Sánchez cuando dice que “Hoy necesitamos más Europa que nunca”, pero ¿Qué Europa? Desde luego no la que él representa, que es la de los corruptos, mentirosos y tiranos en el poder.
Lo que necesitamos es una Europa decente y justa, que hoy no existe, justo lo contrario de lo que tenemos.
El discurso del presidente Vance de Estados Unidos ha dolido a los políticos europeos, pero no va a surtir efecto alguno en esa jauría, acostumbrada a los privilegios y al abuso. En lugar de examinar sus conciencias, han decidido reforzar su comportamiento erróneo y escandaloso, nada limpio, lleno de decisiones corruptas, alejado de sus ciudadanos, sometido a sus oscuros amos y que antepone siempre los privilegios y poderes de la clase dirigente al bien común.
Dinero sin control, financiación de chiringuitos corruptos, subvenciones oscuras, mafiosas e inmerecidas, mentiras institucionalizadas, amiguismo y nepotismo a gran escala, intervención mediática mafiosa para controlar el pensamiento, acoso a la libertad y a la crítica, acoso a los agricultores europeos, recepción de dinero sucio procedente de Marruecos y otros países musulmanes, permisividad criminal con la invasión ilegal, destrucción masiva de los grandes valores, asesinato de la democracia, concursos públicos amañados, cinturones sanitarios antidemocráticos para cerrar el paso a los nuevos partidos de derecha y la peor de las suciedades, la de haber anulado las elecciones de Rumanía porque las ganó la extrema derecha, son sólo algunos de los pecados de esa Europa sucia que denunció, con toda razón, el vicepresidente de Estados Unidos en su discurso de Munich, que marcará un antes y un después en la vida de los europeos.
Si los políticos de Europa, como parece, se atrincheran en su corrupción perversa y acentúan sus errores, el destino de Europa es ser insignificante y sometida, pero si rectifican y emprenden el camino de la libertad, la decencia y la recuperación de los grandes valores, situando al pueblo donde le corresponde en democracia, que es en el corazón del sistema, entonces quizás haya salvación.
Hay muchos dirigentes europeos con déficit de democracia y de valores. pero el español Pedro Sánchez es, sin duda, el campeón en suciedades, miserias, corrupciones, decadencia y antidemocracia. Sus alianzas con comunistas y partidos llenos de odio a España apestan a tiranía, se sostienen con la venta de España a trozos, la destrucción de la dignidad y grandes daños a la nación y al pueblo.
Muchos de los actos del sanchismo son pura traición a la nación española. Su asalto a la Justicia, sus violaciones de la Constitución, la nauseabunda corrupción que le rodea, con su familia y entorno imputados por los jueces, son la prueba palpable de su bajeza y de un comportamiento miserable que la Europa de la Úrsula von der Leyen debería erradicar en lugar de proteger, demostrándose así que Bruselas está igual de podrida que la España sanchista asesina de valores y méritos.
En lugar de condenar a Trump y a su vicepresidente por afear a Europa la pérdida de los grandes valores que la hicieron grande y que América compartía, los europeos deberían rectificar y construir una Europa nueva, basada en el poder del pueblo y de la democracia, no en las mafias de partidos atiborrados de corrupción, hipocresía, mentiras, odio a la libertad, represión de la libertad de expresión y privilegios inmerecidos para una clase política podrida hasta el tuétano.
Europa tiene cuatro prioridades absolutas: necesita frenar la inmigración ilegal y deportar a los canallas que han llegado, un Ejército propio, una política exterior común y una clase política nueva y diferente, capaz de priorizar la recuperación de los grandes valores asesinados sobre todo lo demás.
Con los valores recuperados, sin enemigos en sus entrañas y gobernada por políticos dignos y decentes, Europa volverá a ser fuerte, a irradiar libertad y decencia y a dotarse de una coraza de dignidad que impedirá que tipos como Pedro Sánchez puedan acercarse al poder.
¿Necesitamos Europa?¿Más corrupción, totalitarismo y censura?¿Más Prostitución del 78?¿Más chiringuitos en cien niveles distintos?¿Más bazofia e intoxicación “informativa”?¿Más rejoneos, estelas químicas y burocracia?¿Más prohibiciones y más vividores en Bruselas a sueldo de Soros?¿Más fomento de la inmigración ilegal, más okupas, más paro y más indigencia intelectual?
Como dijo aquella delincuente de la administración yanki: “Fuck the EU”.
Sí que necesitamos a Europa Porque es nuestras razón de ser, nuestra referencia, nuestra Historia, nuestra civilización. Es nuestra identidad.
Lo que NO necesitamos es la UE, que es la negación de la Europa que añoramos, por la que debemos luchar para liberarla de su secuestro.
¿Mas Europa? ¿Mas: OTAN, Fumigaciones, Gastos MiIitares, Burocracia, Parasitos, Leyes, Multas, Perdida de Soberania,,,,,?