Trump, el caos, Sánchez y Feijóo
Jesús Rivasés.- Claude Malhuert es un senador francés, poco conocido, del grupo de centro derecha (LIRT) –apoya a Macron– que acaba de pronunciar un discurso que se ha hecho viral hasta en Estados Unidos. «Estábamos en guerra contra un dictador; ahora luchamos contra un dictador apoyado por un traidor», fue una de sus críticas a Trump, tras recordar que «solo se necesitó un mes, tres semanas y dos días para derrocar la República de Weimar y su constitución».
The Atlantic, la histórica revista americana fundada en Boston en 1857, incluso ha reproducido íntegra la intervención del parlamentario francés, casi al mismo tiempo que Trump impone y suspende aranceles, humilla a Zelenski en el Despacho Oval y vuelve a ofrecerle su apoyo. El inquilino de la Casa Blanca desconcierta con su, en apariencia, política errática, quizá más elaborada de lo que aparenta. El plan de su equipo sería crear el caos, con dos objetivos: que Estados Unidos dé un paso atrás en todos los organismos internacionales y avanzar en un programa casi aislacionista, aranceles incluidos.
Desde luego, empieza a tener éxito con el caos y desde ahí quiere actuar. Por otra parte, «el mensaje de Trump es que ser su aliado no sirve de nada, porque no te defenderá», dice el ahora famoso Malhuert. Europa se ha dado cuenta de repente y, mientras responde con otros aranceles, pretende rearmarse y estar lista para la autodefensa, algo que es caro, muy caro.
Sánchez está obligado a subirse a ese tren y hoy le pedirá apoyo a Feijóo, pero con el objetivo de que el líder del PP rehúse –por falta de garantías– y así acusarlo de todo y tildarlo de ultra. No hará lo mismo con sus socios de ERC, Bildu, Podemos y parte de Sumar, que rechazan todo aumento del gasto militar.
El presidente, por cierto, afronta otro sudoku. Anuncia que España llegará al 2% del PIB de gasto en defensa, pero calla que la UE exige más, un 2,7% como mínimo, es decir, unos 11.000 millones adicionales. Y todo en medio de un caos, en el que «debemos construir esa descuidada defensa europea, que ha dependido del paraguas de seguridad estadounidense desde 1945 hasta la caída del Muro de Berlín.
La tarea es titánica, pero la historia juzgará a los líderes de la Europa democrática actual por su éxito o fracaso», dice también el galo Malhuert.