El nuevo señor de la guerra
Estanislao de Kostka*.- Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, se ha convertido en el inesperado “señor de la guerra” de la política española, dejando atrás sus posturas pacifistas y abrazando un aumento significativo del gasto militar, por mucho que lo quiera disfrazar de necesidades de seguridad. Este giro radical en la política del PSOE y de su líder, ponen de manifiesto las contradicciones ideológicas y la falta de coherencia en sus valores. Tengo unos valores, pero si no te gustan tengo otros. La hipocresía ha llegado a límites insospechables.
En 2003, el PSOE lideró una impresentable, cínica y masiva campaña de “no a la guerra”, contra la supuesta participación de España en la guerra de Irak. Sin embargo, dos décadas después, el partido socialista y Sánchez han anunciado su compromiso de aumentar el gasto en defensa al 2% del PIB, no ya para el año 2029, sino para ya, y quizás para ese año supere incluso al 3%, duplicando el gasto militar de España. Este cambio drástico de postura, plantea serias dudas sobre la consistencia ideológica del partido y les hace caer en contradicciones insuperables, por mucho que intenten disfrazar el sí a la guerra y al gasto militar con nomenclaturas del tipo “lo hacemos por la seguridad de España”.
Mientras Sánchez impulsa el aumento del gasto militar, sus socios de gobierno muestran una clara oposición. Esta división interna evidencia la fragilidad de los principios que unen a la coalición gobernante y a quienes les apoyan. La paradoja llega hasta tal punto, que el presidente del gobierno piensa lo contrario que su vicepresidenta y lo contrario de quienes les apoyan. No es un gobierno, es un desgobierno. Es un simulacro de gobierno sin apoyos, ni parlamentarios ni de los ciudadanos. Está sólo y no tiene tampoco el apoyo de ningún gobierno europeo. Es lo que tiene gobernar con comunistas y con independentistas.
El presidente español ha evitado especificar cómo se financiará este aumento del gasto militar. La realidad es que este incremento sólo puede lograrse reduciendo el gasto social o aumentando la deuda pública, opciones que contradicen las promesas de protección social del gobierno de coalición y hace imposible un gobierno eficaz y eficiente. Le es igual porque sólo hay un objetivo: mantenerse en el gobierno, aunque ello signifique destruir España y poner en peligro la seguridad nacional, dando la llave de las fronteras a quien quiere acabar con el Estado español.
Sánchez ha mostrado una sorprendente hipocresía en su discurso internacional y un gran secretismo en su discurso interno. No sabemos si está con Putin, con Trump, con sus socios los comunistas o con la Otan. Pero sí sabemos que va a aumentar más que ningún otro gobernante en democracia el gasto militar, alineándose con la OTAN y alejándose de sus posturas anteriores. Quién le ha visto y quién le ve. ¿Se imaginan si los populares estuvieran en el poder y tuvieran que hacer esto?
En su intento por justificar este giro militarista, Sánchez ha convocado a todos los partidos políticos, excepto a Vox, para presentarles el aumento del gasto en defensa, sin explicarles nada. Esta exclusión selectiva revela una estrategia política calculada, más que una verdadera búsqueda de consenso nacional. Y revela comportamientos autocráticos, intentando esquivar el parlamento una vez más.
El nuevo “señor de la guerra” español parece haber olvidado rápidamente los principios que llevaron al PSOE al poder. La transformación de Sánchez, de pacifista a defensor del rearme, pone en evidencia la fragilidad de los valores políticos frente a las presiones internacionales y los intereses estratégicos. Queda por ver cómo justificará ante su electorado este giro radical y sus consecuencias para el estado del bienestar español.
*Abogado jefe de AD y politólogo
“Apocalypse now …again.
Aquí lo que hay es la agenda 2030. Nada más.