“Kiev mostró una total falta de voluntad política para la paz y para resolver el conflicto por la vía diplomática” , declaró la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.

“En realidad, el régimen de Zelenski, que ha perdido todo contacto con la realidad, mostró una total falta de voluntad política para la paz y para resolver el conflicto por medios diplomáticos”, señaló la portavoz, comentando los ataques ucranianos contra instalaciones de la infraestructura energética rusa.

En opinión de la diplomática, Zelenski “sigue obsesionado con la idea fija de derrotar a Rusia”, continúa utilizando “métodos de terror” contra instalaciones civiles y “sin sentir misericordia alguna por los civiles” que no están involucrados en el conflicto.

“Está absolutamente claro que se trata de otra provocación preparada ex profeso por el régimen de Kiev, cuyo objetivo consiste en minar las iniciativas de paz, incluidas las propuestas por el presidente de Estados Unidos [Donald Trump]. Zelenski violó una vez más los acuerdos alcanzados, confirmando con eso su total incapacidad de negociar”, subrayó.

Zajárova añadió que Moscú espera que Washington tenga presente que la condición clave para prevenir la escalada del conflicto y trabajar hacia su solución a través de medios políticos y diplomáticos debe ser el cese total de la asistencia militar extranjera y el suministro de información de inteligencia a Kiev.

En la noche del 19 de marzo, fuerzas ucranianas llevaron a cabo un ataque con un dron contra las instalaciones ubicadas en la localidad de Kavkázskaya, en la región de Krasnodar, lo que provocó una avería en un tanque de petróleo y un incendio que actualmente abarca un área de 3.750 metros cuadrados.

Rusia cataloga a Francia como una “incubadora de terroristas”

“La Francia actual se convirtió en una incubadora de terroristas y no es ningún secreto que precisamente los ciudadanos de la Quinta República tienen gran presencia en las organizaciones radicales islamistas en Oriente Medio”, señaló.

La funcionaria respondió en estos términos a las recientes insinuaciones del ministro de Justicia francés, Gerald Darmanin, y de la portavoz del Gobierno de ese país, Sophie Primas, de la supuesta implicación de Rusia en los ataques terroristas en Francia al incidir en el origen ruso del refugiado Abdulá Anzórov, quien en octubre de 2020 dio muerte al profesor Samuel Paty por enseñar caricaturas del profeta Mahoma.

En el momento del crimen, Anzórov tenía 18 años y se crio en Francia desde los seis.
Zajárova enfatizó que Francia lidera entre los países europeos por la cantidad de ciudadanos que se adhieren a la organización terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia).

“Da la impresión que a París le preocupa más el lugar de nacimiento de Anzórov que la incorporación de miles de connacionales a las filas del terrorismo internacional. Qué más se puede esperar del Gobierno de un país que divide a los terroristas en los suyos y los ajenos, no desdeña usar a los grupos terroristas para sus fines en Oriente Medio y el Sahel, apoya y justifica al régimen ucraniano que emplea métodos terroristas contra los civiles y la infraestructura civil de Rusia. No está de más recordar que terroristas del mundo entero se abastecen con las armas francesas y de otros países occidentales que fluyen del territorio de Ucrania”, puntualizó.

Rusia, subrayó, condena con firmeza el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, independientemente de dónde y quién comete esos actos, y está abierta a la cooperación con todos los países que realmente tengan interés en combatir esta lacra sin politizaciones ni estándares dobles.

Si Francia, apuntó, realmente quiere aportar a la lucha contra el terrorismo, en primer lugar, debe poner orden en casa y en las relaciones con sus protegidos. Al Gobierno francés, consignó, le duele los esfuerzos de EEUU y Rusia para hallar una solución a la crisis ucraniana.
En ese sentido, sostuvo, el Gobierno del presidente Emmanuel Macron en las últimas semanas volvió a inflar con frenesí el mito de la “amenaza rusa existencial”.

El objetivo de esta campaña, remarcó, es reforzar en la mente de los franceses la “imagen del enemigo”, justificar el aumento brusco de los gastos militares y arrastrar al país a una guerra híbrida con Rusia, e incluso enviar tropas a Ucrania.