“El crimen de Cuenca”
Carlota Sales.- El pasado viernes día 14 se volvió a emitir de nuevo la escabrosa película gore de El Crimen de Cuenca, de la socialista Pilar Miró en La2 de TVE. Como ya saben ustedes, la película está basada en el error judicial y policial sobre un desaparecido, resultando maltratados y condenados dos infelices labriegos. Parto de la base de mi total respeto hacía esos dos trabajadores, que sufrieron un proceso injusto finalmente resuelto.
Pero el fin de la película era otro, no el de denunciar aquel atropello a dos desgraciados. Hay que situarse en la época en que se filmó dicha película, 1979, asesinatos habituales principalmente de la ETA y los GRAPO (ambos de ultraizquierda, los primeros además sepa-ratistas), las víctimas, mayoritariamente uniformados de las Fuerzas de Orden Público (FOP) y Militares, que recibían el consiguiente apoyo y calor de gran parte del pueblo español.
Ante esos años de plomo del terrorismo rojo-separata, la izquierda no podía tolerar que las FOP y militares, para ellos (los rojos) referentes del régimen anterior, fueran objeto de recibir calor humano por parte del pueblo llano, había que contrarrestar de alguna manera ese sentimiento de empatía del pueblo honrado español con los uniformados, había que contratacar, y cómo no, para ello pusieron en marcha la gran maquinaria del cine español, infectada de directores y artistas de izquierdas para que se emplearan a fondo. Empezaron con Perros Callejeros (1977) que inicialmente pretendía denunciar la delincuencia juvenil (consiguiendo el efecto contrario), siendo la película detonante del catalogado como cine quinqui, que derivó en un fomento de la delincuencia. En esas películas se mostraba a los delincuentes como héroes y a las FOP constantemente como torturadores. Esa imagen cinematográfica de héroes y torturadores pretendió equilibrar la balanza de la realidad española de la transición, la finalidad era hacer ver al público unas FOP crueles, de tal manera que cuando hubiera un ataque terrorista contra esas FOP y Militares, el pueblo no sintiera pena y dolor para con las víctimas del atentado.
Simultáneamente con el cine quinqui se proyectaron otras películas (por ejemplo el Caso Almería), con el mismo perfil de criminalizar o ridiculizar a las FOP y militares, siempre con el mismo fin de generar odio al pueblo sobre sus FOP y su Ejército.
No pretendo justificar los métodos policiales de investigación de principios del siglo XX, pero eran los que eran, y se practicaban en todos los países sin excepción. Hay que tener en cuenta que en aquella época el utensilio más moderno para la resolución de un crimen era la lupa de Sherlock Holmes y las pruebas testificales.
En resumen, una vez más, el subvencionado cine español se puso al servicio de la izquierda para ayudar a minimizar los efectos del terrorismo rojo separatista.
A ver cuándo TVE emite películas como “Guerreras Verdes”, con el gran Sancho Gracia o “El Primer Cuartel de la Guardia Civil”, con el gran actor y patriota José Suárez. ¿A qué no?
Una lástima que los sempiternos “rojos”, malgasten tiempo y dinero, en intentar que su aureola, cambie. A estas alturas, el personal -sobretodo el muy maduro, o viejo- ya conoce el percal.” El algodón no engaña”, como dice aquel spot.
Excelente película,pero muy dura de Pilar Miró gran directora de cine sobre los excesos judiciales y policiales que por desgracia siempre abundaron en España antes y ahora…