No diga rearme, diga Gora Euskadi Askatuta
Edurne Uriarte.- España es ese país europeo donde el presidente comparece ante el Parlamento para explicar los compromisos del Gobierno para el gasto en Defensa y la ayuda militar a Ucrania, y dicho presidente habla durante dos horas y media y no dice una sola palabra de lo que piensa hacer en ambas materias. Ni una aclaración de cuánto va a gastar en Defensa, cuándo lo hará y de dónde saldrá el dinero, más allá de una sola frase referida a Rajoy y su compromiso de 2014 de llegar al 2 % de gasto en Defensa, con la infantil intención de que los ciudadanos atribuyan el aumento del gasto militar a Rajoy o al PP.
España es ese país en el que en ese mismo debate sobre Defensa el presidente pronuncia varias veces la palabra guerra para referirse a la guerra comercial de Trump, pero pide que no usemos la palabra rearme, que a él no le gusta nada. Y España es ese país en el que el aplauso más entusiasta de la bancada socialista se produce para la despedida de Aitor Esteban, que grita Gora Euskadi Askatuta y, no obstante, levanta a toda la bancada, que, puesta en pie, le da un largo aplauso tras su proclama independentista. Que fue también el grito de guerra de ETA, porque la tal proclama significa exactamente Arriba Euskadi Liberada, liberada del yugo opresor español, claro está. El infantilismo reinante ha cambiado el Arriba, que es lo que significa Gora, por el Viva, con la intención de que no se parezca al Arriba España tildado de franquista. Y Askatuta significa liberada, ni siquiera libre, es decir, que Euskadi no ha sido liberada aún en la España democrática y descentralizada, y Esteban aboga por la continuación de la lucha para liberarla y hacerla independiente. Poco importa que el apoyo a la independencia siga descendiendo en el País Vasco y se sitúe actualmente en el 20 %.
Y ahí tenemos a los socialistas, agradecidos a este político que fue clave en la moción de censura contra Rajoy, que ahora calla ante la corrupción socialista, y que sigue soltando consignas de ataque a la nación española, de las que usaba la ETA de las pistolas, las bombas y los asesinatos, mientras que se niegan a hablar de armas y de gasto militar para defender a España y a Europa. Porque la extrema izquierda y buena parte del nacionalismo que sostiene al Gobierno se oponen a la OTAN, al aumento del gasto militar y al aumento de la ayuda a Ucrania. Y porque los propios votantes del PSOE expresan muchas reticencias al respecto. Y eso que el diario de referencia de Sánchez, El País, llevó a portada esta semana lo del lamentable kit de emergencia de la Unión Europea, para alimentar el ambiente de amenaza y contribuir a ablandar los recelos antimilitaristas de sus votantes. Algo que si lo llega a hacer la derecha habría sido denunciado con grandes aspavientos como una intolerable campaña del miedo.
Y ahí estamos, con un presidente que se niega a decir rearme, guerra o armas y a informar a los españoles del aumento del gasto militar, mientras se pasea por Europa cual artífice de su salvación frente a lo que llama la internacional reaccionaria de Trump. Está por ver hasta cuándo le van a tolerar la tomadura de pelo en la UE y en la OTAN.