Nací y viví bajo el régimen del franquismo. Soy testigo directo de ese periodo de la historia de España y por mucho que traten de manipularle unos resentidos que no existirían si durante el franquismo se hubiera permitido el aborto, no estaría ahora esas ratas nauseabundas de cloacas tratando de manipular la historia de España.

Yo, como millones de españoles, no pertenecimos a la estructura y cargos políticos del franquismo, pertenecimos a la sociedad civil y fuimos testigos directos de como el franquismo con Franco a la cabeza levantó un país que la república y los comunistas la habían llevado al caos, a la regresión y a los asesinatos.

La practica totalidad del pueblo español vivieron en paz en prosperidad, creando una clase media, envidia del mundo entero.

Con Franco, se avanzó en libertades, en derechos sociales y en protección fundamental con los más vulnerables. La representación en las Cortes del mundo sindical y las Magistraturas de Trabajo y la ingente cantidad de viviendas sociales, así lo constatan. De la novena potencia mundial nos hemos convertido en la cola de Europa.

Dentro del círculo de desagradecidos y traidores, se encuentra la Iglesia Española, salvada del exterminio de la República y del comunismo.

Para prosperar con el franquismo no había que pertenecer al régimen, ahora para prosperar tienes que formar parte de un partido político.

Con el régimen del Franco, hice unas oposiciones con esfuerzo, no a dedo como ahora. El mérito y la capacidad eran requisitos para formar parte de las Administración Pública, ahora el mérito y capacidad es la clientela de pertenecer a un partido político.

En este falso régimen del 78, garante de las libertades, me suspendió de empleo y sueldo cuando denuncié la corrupción del Ayuntamiento de Madrid, siendo alcalde Tierno Galván.

Asimismo, en este falso régimen del 78, me metieron en la cárcel diez meses por denunciar la corrupción.

Del régimen franquista ostento con orgullo la distinción de Caballero de Honor de la Fundación Francisco Franco y por mucho que pretenda el psicópata y profanador de tumbas, Pedro Sánchez, esa distinción no la conseguirá pues la llevo en las entrañas de mi corazón.