Obras que perduran

San Juan de Dios salvando a los enfermos de incendio del Hospital Real, Manuel Gómez-Moreno González (1880), Museo de Bellas Artes de Granada.
Cristina Cazorla Cabrera.- El 8 de marzo de 1495 nació, en la localidad portuguesa Monteamor-O-Novo, Joao Cidade. A muchos este nombre no nos dice nada. Pero si les digo San Juan de Dios, ahora sí, habré captado su atención.
En mayor o menor medida, todo hemos escuchado alguna vez ese nombre. Y la mayoría, con más o menos profundidad, tenemos una idea de a qué va ligado. A la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Pero menos conocido será que, junto a San Cecilio, es Co-Patrón de la ciudad de Granada. Ya que fue, en esta pequeña provincia, donde su obra vio la luz por primera vez. Inicialmente en 1539 con sus primeras camas de hospital en la calle Lucena. Más tarde en 1543, ampliando su capacidad y trasladándose a la Cuesta Gomérez, para que finalmente, 3 años después de su fallecimiento, en 1553 sus discípulos fundaran, con una capacidad de 125 camas, el Hospital San Juan de Dios que se ubica en la calle que recibe el mismo nombre que el Santo.
Así que hoy toca dedicar unos minutos, ¡qué menos!, a recordar a uno de esos personajes que forman parte de nuestras vidas, aún cuando no seamos o no queramos ser conscientes. Pues irremediablemente, somos hijos del pasado.
Hace unas semanas se estrenó una película documental sobre su vida y obra. En la ciudad que fue testigo del desarrollo de su sueño se proyecta en el Cine Madrigal. Éste se sitúa en el centro de la ciudad. Es un cine de los que podríamos catalogar “de toda la vida”. Inaugurado en los primeros días del otoño de 1960, dispone de una sola sala. Sí, han leído bien. Una sala. Ya les había dicho que es un cine de “los de toda la vida”. A la vieja usanza.
Prácticamente sin haber sufrido grandes modificaciones, desde que echara a andar hace más de 60 años, cuenta con una gran pantalla, casi de parte a parte del recinto, y con una pequeña platea en el piso superior. Los asientos son testigos del paso del tiempo. De tapicería en tela negra desgastada e incluso rota en algunos casos, permitiendo asomarse, ya sin timidez ninguna, la estructura interior almohadillada.
Es la única sala de estas características que permanece en Granada y, si mi información no está errada, en España. Habiendo sobrevivido a la llegada de las cintas de video, de internet y sus descargas, a la pandemia. Y en los últimos años a la digitalización, resistiendo con el sistema de proyección en 35mm hasta hace escaso tiempo.
Aunque antaño pasaron por su pantalla grandes taquillazos, actualmente se centra en películas poco o nada comerciales. Podríamos decir que tuvo su momento de juventud, vitalidad y entusiasmo, y que progresivamente han llegado a una etapa de madurez. Más reposada y reflexiva. Como el abuelo que cuenta sus historias cargadas de la sabiduría del paso del tiempo y las vicisitudes de la vida . Algo que es de agradecer, pues de otra forma sería complicado que películas de este tipo se vieran en la gran pantalla.
Sin entrar en valorar el documental, les invito a que lo vean y juzguen por ustedes mismos, me quedo con algo expresado por uno de los participantes en esta cinta.
La figura de San Juan de Dios fue de gran relevancia para los posteriores acontecimientos en el mundo del cuidado de los enfermos. Marcando un antes y un después. No en vano, su obra se ha extendido a los 5 continentes y perdura casi cinco siglos después. Sin embargo, como ocurre de forma frecuente, es poco valorada y conocida por nuestra sociedad. En el filme se exponía que ésto, tal vez, se deba a sus lazos con el catolicismo. Algo que debe hacernos reflexionar. Pues se profese la fe católica, cualquier otra fe enlazada a otra manifestación religiosa, o sea uno ateo o agnóstico, esta obra no va de fe en Dios o, al menos, no solo de eso.
Esta obra va, sobre todo, de amor al prójimo, y de la creencia en que se puede construir un camino distinto. Un camino que colocó sus baldosas primigenias en la primera mitad del siglo XVI. Ofreciendo, a las personas sin recursos, cuidados y atención hospitalaria, con un trato humano y digno. Gestando el embrión de lo que hoy es la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Dando un giro en los acontecimientos de la Humanidad y sentando las bases del sistema asistencial sanitario contemporáneo.
En definitiva, la idea de un humilde hombre. Que, habiendo vivido en distintas ciudades, combatido en nombre de Carlos V o sido comerciante, tras su estancia en el Hospital Real de Granada, donde viviera en propia carne la deshumanización del trato al enfermo, encauzara sus pasos movido por el amor a sus iguales. Tanto es así que se adentró en el incendio que sufriera dicho Hospital años después de su ingreso para salvar a los enfermos, o que él mismo padeciera probablemente una neumonía, que terminaría por reunirle con su Hacedor, por rescatar a un joven que se había caído al río Genil, o directamente cambiara el curso de la Historia y por tanto, de nuestras vidas.
*Médico especialista. Neuro
Es una hermosa mezcla de historia, reflexión y cultura, que logra conectar el legado de San Juan de Dios con la Granada actual. De estilo cercano y evocador, invita al lector a apreciar no solo la figura del santo, sino también espacios emblemáticos como el Cine Madrigal, testigo silencioso de nuestra memoria colectiva. Destaca por su rigor histórico —con datos precisos sobre la fundación de los hospitales— y su tono humanista, recordándonos que la obra de San Juan de Dios trasciende lo religioso para hablarnos de solidaridad universal. La mención al cine como símbolo de resistencia cultural añade una capa… Leer más »
Muchas gracias por tus hermosas palabras.