Miguel Ángel Revilla.

El Rey Don Juan Carlos ha anunciado esta semana la interposición de una demanda por derecho al honor contra el expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, por sus reiteradas descalificaciones al monarca, entre las que se encuentran expresiones como «delincuente». En medio de esta polémica, hay que recordar el caso de corrupción en el que Revilla, que se presenta como un ejemplo de político honrado, se encuentra inmerso en estos momentos.

Mientras dice que el monarca es un corrupto, a pesar de que no cuenta con ninguna condena, su jefe de Carreteras está imputado por cobrar 2,9 millones de euros en mordidas. Según la Policía, este alto cargo de su Ejecutivo autonómicos, llamado Miguel Ángel Díez, recibía sobres con billetes por parte de empresarios a los que después se le adjudicaban contratos públicos millonarios.

Los agentes de la UDEF establecieron un nexo entre esta trama y el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), el partido de Revilla, en el tesorero del partido, al que los agentes encontraron vínculos empresariales con la mujer del jefe de Carreteras, una pieza fundamental para lo investigadores ya que tanto la cónyuge de Díez como sus hijas tenían un papel clave para blanquear las comisiones ilegales. Lo hacía a través de una empresa de fotocopias y después escondían el dinero en una sociedad en Suiza y en 13 cuentas bancarias en Luxemburgo.

A pesar de estos precedentes, Revilla ha anunciado que no se va a retractar de los insultos a Don Juan Carlos y que mantiene su palabras. Mientas tanto, juez de Santander y la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía investigan a un ato cargo de su Gobierno como cabecilla del mayor escándalo de corrupción en Cantabria de los últimos años que costó la dimisión del consejero de Obras Públicas, de la máxima confianza del expresidente.

El Debate