El Ministerio de Transportes ha informado al Tribunal Supremo de que el exministro José Luis Ábalos realizó 13 viajes oficiales “acompañado” de su expareja Jessica Rodríguez entre el 7 de junio de 2018 y el 12 de julio de 2021, al tiempo que ha señalado que no tiene constancia de cómo se pagaron los gastos ocasionados por ella en ocho de esos viajes.

Así se pronuncia en un oficio que este mismo viernes ha entregado al juez del alto tribunal que investiga a Ábalos por presuntamente haber percibido de forma ilícita determinados beneficios económicos a cambio de favorecer –prevaliéndose de su condición de ministro– la concertación de determinados contratos con la administración pública o institucional.

Según explica, “desde la secretaría particular todas las peticiones a la agencia de viajes El Cortes Inglés de billetes de avión o tren a nombre de Jessica Rodríguez” se hacían por “indicación” del exasesor de Ábalos, Koldo García, o la expareja de éste último.

El Ministerio responde a la petición que le hizo el pasado 13 de marzo el instructor Leopoldo Puente. Certifica que Ábalos realizó 293 viajes oficiales durante su etapa completa como ministro.

Al hilo, apunta que “en ninguna de las declaraciones de gastos remitidas aparece referenciado el nombre de doña Jessica Rodríguez” y precisa que en “tres ocasiones” la entonces pareja de Ábalos usó la sala de autoridades del aeropuerto.

AD ha tenido acceso a algunos de los audios que componen el informe de la UCO sobre José Luis Ábalos y Koldo García.

En ellos se comprueba cómo Jessica Rodríguez hablaba con Koldo con asiduidad sobre asuntos como el alquiler del piso de lujo de Plaza de España, e incluso se muestra contrariada por un retraso de la furgoneta de mudanza que iba a trasladarla.

Un piso que ella encontró y que como podemos escuchar ella misma comunicó a Ábalos que “ese era el que quería”.

La buena relación se fue deteriorando con el paso del tiempo.

En un momento determinado la trama deja de pagar ese piso de lujo en Plaza de España y ella se ve obligada a salir de él. “Llevan tres meses llamándome para decirme que no se están pagando las cosas ” y muestra su preocupación porque le puedan echar a la calle por algo que “yo no tengo ni puta idea de lo que pasa o deja de pasar”.