Franco y la Unidad política y militar
Por Eduardo García Serrano.- Incluso los franquistas, antes, durante y después de Franco caen en el error de creer que el Caudillo despreciaba la política. Falso. Franco despreciaba la falta de unidad, la dispersión, pero no la política como herramienta, de la que tenía una visión bonapartista. Sí, la política porque, se quiera o no, como Napoleón le espetó a uno de sus mariscales que le pedía el retiro porque no quería hacer política, “la política lo es todo, imbécil”. Decía Hernán Cortés, antes de la batalla de Otumba que “no pelea el número, sino el ánimo. No vencen los muchos, sino los valientes”. Y el ánimo de esos valientes lo codifica, lo encuandra y lo define un objetivo común que perfila y sustancia la política.
En el Bando Rojo no había unidad de criterio político. Lo que se ha dado en llamar eufemísticamente “la casa común de la izquierda” fue más bien la cheka común de la izquierda en la que socialistas, comunistas y anarquistas no sólo no tenían un ánimo y un objetivo común, sino que además se mataban fraternalmente, eso sí, por un quítame allá unas pajas ideológicas…mientras, claro, el Ejército Rebelde, el Ejército Nacional avanzaba imparable en todos los frentes. Mientras los mandos militares del Ejército Rojo estaban supeditados a la autoridad de los comisarios políticos, muchos de los cuales no sabían ni leer un mapa, las unidades “políticas” del Ejército Nacional, estaban mandadas por oficiales profesionales, militares de carrera. De modo y manera que las Banderas de Falange y los Tercios de Requetés operaron siempre con arreglo a criterios militares más allá de la política que esas dos fuerzas políticas pretendían llevar a cabo.
Francisco Franco sabía, por su larga y fecunda experiencia militar, que sin unidad de mando, el Ejército Nacional se dividiría en banderías estériles. La obtuvo para él y para España el 1 de octubre de 1936 y, posteriormente, para la unidad de las dos principales fuerzas políticas nacionales: la Falange y los Tradicionalistas, con el Decreto de Unificación del que surgió FET y de las JONS. Hubo, claro, guardianes de la pureza ideológica y vestales de la intransigencia que pusieron el grito en el cielo…y el ánimo y el valor en el combate. Por esa unidad de mando, por esa unidad política, por ese ánimo y por ese valor acabaron ganando la guerra.
La unidad de mando fué consecuencia, como siempre, de la lealtad que merecía la autoridad moral del que por su inteligencia, integtidad y valor fué unánimemente reconocido como Caudillo para, bajo su mando, llevar a cabo la misión de conseguir la victoria.
Honor para todos los que colaboraron en esta gloriosa empresa.